La pieza cultural volverá la próxima semana a ocupar la esquina de las calles Republiquetas y René Moreno. El municipio y la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz realizaron el trabajo para su preservación

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22 de junio de 2019, 4:00 AM
22 de junio de 2019, 4:00 AM

El retiro del Mojón con Cara sorprendió a algunos habitantes de la capital cruceña que no hallaban, en su momento, explicación sobre este hecho. Pero el movimiento de la pieza tiene un motivo: el espacio que ocupaba, sobre la calle Republiquetas, casi esq. René Moreno, será mejorado para su preservación.

La solicitud fue realizada por la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, que desde hace casi cinco años venía pidiendo al municipio para esta modificación, hasta que finalmente, hace 10 días, el mojón de cuchi fue retirado cuidadosamente y entregado al escultor David Paz para que le haga un trabajo de preservación, además de un molde para que, en un futuro, se pueda reproducir la pieza, pero en bronce.

“Se le hizo un tratamiento y ahora está listo para que aguante más tiempo”, indicó el presidente de la Sociedad, Germán Carrasco.

Nino Gandarilla, miembro de la Sociedad y quien se encargó del proyecto, informó de que el mojón será colocado en el lugar que le corresponde.

“Se lo va a reponer en la esquina tradicional. Se tomó las direcciones entre las casas más antiguas que hay en la línea, en un lado y en el otro. Se resguardará la distancia en la vereda para protegerlo. No sufre ninguna modificación traumática, pero sí dejará de estar escondido y volverá a un espacio principal”, explicó.

Gandarilla también remarcó, ante la susceptibilidad generada por el movimiento de la pieza, que es el mismo mojón que siempre estuvo en el lugar, además que se pensaba colocarlo esta semana, pero que el mal tiempo impidió que se inicie la obra. “Va a estar remozado, con luces, la gente podrá sacarse fotos allí”, informó.

Un nuevo escenario

Roberto Áñez, secretario de Parques y Jardines del gobierno municipal, señaló que, como premisa, se hará la remodelación del piso donde se encontraba emplazado, destacándolo con luces, piso granítico, bolardos en su perímetro para protegerlo de algún eventual choque, además del colocado de una placa conmemorativa a este tradicional hito cruceño.

“El Mojón con Cara fue retirado con mucho cuidado por la Sociedad de Estudios Geográficos para tenerlo a buen recaudo y no sea dañado mientras dura el proceso de ejecución de la obra”, aclaró Áñez.

Un trabajo delicado

Paz indicó que lo primero que hizo cuando recibió el mojón en su taller fue limpiarlo, ya que en medio de las rajaduras había mucho polvo. Posteriormente se hizo el molde y cuando se lo coloque en su esquina se le pondrá un barniz especial para que resista más tiempo.

“Estimo que el mojón dure unos 30 años más. Se debe pensar en su preservación y que éste, el original, deba irse a un museo, porque de lo contrario, se perderá con el tiempo. En su lugar se podría poner el de bronce, que puede aguantar mucho más a la intemperie”, explicó el escultor.

La siguiente semana se tiene planificado el regreso del mojón, el de cuchi, a su esquina, donde fue testigo mudo del crecimiento de la capital cruceña.

LA LEYENDA

A mediados del siglo XVIII vivía una joven hermosa muy cuidada por su madre que la guardaba para que se casara con un hombre de posición. “Pero sucedió que la niña puso sus ojos y luego el corazón en un mozo que, aparte de buena estampa y desenvueltos ademanes, nada más tenía a la vista. Cuando la celosa mamá se hubo dado cuenta de que el fulano rondaba a su joya viviente, redobló la vigilancia sobre ella a extremos de no dejarla salir un paso”, relata Hernando Sanabria en Tradiciones, leyendas y casos de Santa Cruz de la Sierra.

El galán resultó muy paciente: desde la mañana hasta la noche esperaba a que su amada asomara por alguna ventana para intercambiar miradas con ella. Fue en esas largas esperas que el joven se dio a la práctica de labrar una cabeza humana en uno de los troncos de cuchi, llamados ‘mojones’, que por aquellos tiempos había en todas las esquinas para proteger las casas de los encontrones de algún carretón. Una madrugada la mamá advirtió que la niña había desaparecido de la casa, pero quedaba en la esquina el mojón con la cara.