La Gobernación destacó el apoyo de las comunidades para ubicar a los fugitivos. Los comunarios de las zonas aledañas dicen sentirse inseguros cuando hay escapes. Para la Gobernación, es un hecho aislado

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31 de agosto de 2018, 4:00 AM
31 de agosto de 2018, 4:00 AM

A las 6:15 de la madrugada de ayer, uno de los tres internos que había escapado de Cenvicruz la tarde del miércoles, L.F.G.R. (17) con antecedentes por violación, fue avistado por una patrulla policial cuando la sed lo obligó a salir del monte en busca de agua a un riachuelo y allí fue atrapado.

Su acompañante, M.G.O. (16), quien tiene sentencia por robo agravado y tenencia y portación de arma de fuego, logró escapar y hasta anoche era el único de los tres que falta por recapturar, señaló el comandante de la Policía de El Torno, Jaime España.

La misma tarde de la fuga, el otro fugitivo, R.C.D., con antecedentes por robo agravado, fue recapturado cuando los pobladores de la comunidad Monte Verde, a unos 200 metros de Cenvicruz, dieron aviso sobre la presencia de un extraño, colaboraron en su ubicación, captura y entrega a las autoridades, informó el secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, Enrique Bruno, quien calificó la fuga como “un hecho aislado”.

Ambas autoridades destacaron la labor coordinada con los pobladores de las comunidades aledañas al centro de rehabilitación.

Comunarios, apoyo y temor

Pese a esto, los comunarios manifestaron sentirse atemorizados e inseguros cuando suceden estos hechos, pues en los alrededores las casas son muy distantes unas de otras y temen que los fugitivos les roben o ataquen, principalmente a mujeres y niños.

“Vivo hace 14 años aquí y esta es la cuarta o quinta vez que escucho de fugas en los últimos años”, dijo Clemencia Cairo, dueña de una tienda a 500 metros de Cenvicruz. Para Iván Romero, de la comunidad Playón, el recuerdo de la fuga de octubre del año pasado, cuando cinco jóvenes se fugaron y dos fueron recapturados, aún está fresco y lo compara con el del miércoles por la sensación de inseguridad que provocan estos hechos. “Debo estar pendiente de todas mis herramientas y hay que dormir con un ojo abierto”, señaló.

Por su parte, Delfín Arteaga, que vive en la zona desde 1963, dice recordar vívidamente el ‘destape’ de los abusos y muertes que se dieron en la ex-Granja de Espejos el siglo pasado y haber sido testigo de la construcción de Cenvicruz, se lo toma con más calma, aunque reconoce que el principal temor son los ataques contra las mujeres y los menores.

Bruno destacó, por ejemplo, que el microhospital con el que cuenta Cenvicruz también ofrece su atención a las comunidades aledañas.

Las causas de la fuga

Bruno consideró el escape como un “hecho aislado” y señaló que las autoridades deben ser exhaustivas en la derivación de infractores a ese centro, pues se han detectado casos de internos que mienten sobre su edad y llegan a Cenvicruz a ejercer una mala influencia sobre los más jóvenes.

Solo cinco policías están asignados a la seguridad externa del recinto