Los pocos juicios son lentos y dan sanciones leves. En China, según datos del Gobierno, un jaguar vendido por partes supera el millón de dólares. Hay más de 40 procesos abiertos en Bolivia 

El Deber logo
18 de noviembre de 2018, 13:00 PM
18 de noviembre de 2018, 13:00 PM

Mientras la justicia cruceña llevaba a cabo un juicio lento contra los ciudadanos de origen chino Li Ming y Yin Lan, quienes en febrero de este año fueron detenidos al haber sido encontrados en su restaurante de pollos de la avenida Grigotá con 185 colmillos de jaguar y otras partes de animales silvestres, la matanza del gran felino de América continuaba perpetrándose en las selvas de Bolivia. 

El viernes pasado, después de nueve meses y 13 audiencias postergadas, en la sala 7 del Palacio de Justicia, Li Ming y Yin Lan eran declarados culpables a cuatro y tres años de prisión, -y no a la pena máxima de seis como el Estado boliviano había solicitado- por  el delito de destrucción o deterioro de bienes del Estado y la riqueza nacional.

Pero eso no impedía que en algún lugar de los bosques las balas continúen tronando y que un jaguar caiga desplomado con una mancha roja en el pecho, pese al esfuerzo del Gobierno, de la Gobernación de Santa Cruz y de algunos municipios de poblaciones colindantes con el hábitat de los felinos que instauraron decenas de procesos judiciales contra los traficantes de la vida silvestre.

La viceministra de Medio Ambiente, Cintia Silva, está segura de que en todos estos meses que duró el juicio contra Li Ming y Yin Lan, el tráfico de colmillos y otras partes de animales ha continuado no solo en Bolivia, sino en varios países de la región y que prueba de ello es que se lograron abrir más de 80 causas judiciales que buscan hacer visible que la matanza y el tráfico de animales silvestre es un delito en Bolivia.

Rodrigo Herrera, asesor legal de la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas, detalló que de los juicios que abrió desde el 2008 el Ministerio de Medio Ambiente y Agua llegan a 64  y que el resto fueron instaurados por las gobernaciones y municipios por delitos relacionados no solo sobre el tráfico del jaguar, sino también de tortugas, lagartos, aves, insectos, vicuñas, monos y osos jucumaris. “De todos esos procesos solo 11 han terminado con sentencia”, puntualizó.

Según el informe técnico elaborado por Fabiola Suárez, de  Gestión de Biodiversidad y Flora Silvestre, del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, desde la gestión 2014, los reportes y denuncias sobre tráfico de colmillos de jaguar, se incrementaron de manera alarmante, razón por la cual, a la fecha, se motivó el inicio de 13 acciones penales por este tipo de casos, habiéndose concluido dos de ellos.

Uno, el 9 de octubre de 2017 con la interposición de sentencia de privación de libertad de 3 años a dos personas (una de ellas de procedencia china), y el otro, el viernes 9 de noviembre pasado, cuando se condenó a Li Ming y Yin Lan a 4 y tres años, respectivamente.