En los comicios pasados, el MAS ganó 227 de las 339 alcaldías. Esa cifra aumentó a por lo menos 257 debido al acercamiento con alcaldes opositores. Los adversarios al oficialismo quieren evitar errores

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18 de agosto de 2019, 4:00 AM
18 de agosto de 2019, 4:00 AM

A nueve semanas para la celebración de las elecciones generales, los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas también hacen cálculos para encarar los comicios para gobernadores y alcaldes, previstos para el primer trimestre del próximo año. Los opositores buscarán evitar errores, como los cometidos en 2015 cuando ganaron el 33,7% de las 339 alcaldías del país, pero después se dejaron arrebatar la conducción de varios municipios con el oficialista MAS.

En las subnacionales de 2015, el partido de Evo Morales logró 227 gobiernos municipales (66,3%) vía votación, pero cuatro años después, por diversos motivos, el oficialismo domina municipios que no había ganado y sobrepasa el 80%.

Muchos de los alcaldes que hicieron campaña con traje opositor, después optaron teñirse de azul y continuar sus gestiones entre aplausos a Morales y con la idea de postular nuevamente al año con la sigla del MAS. Hubo postulantes que criticaban a sus contrarios oficialistas. Cobija era un ejemplo.

Luis Gatty Ribeiro iba con la sigla Pando Unido y Digno (PUD), que era alentada por Leopoldo Fernández y la senadora Carmen Eva Gonzales.

El exfutbolista ganó la pulseada a Ana Lucía Reis, postulante del MAS que buscaba la reelección. Fue una sorpresa en Pando. Pero pasaron algunos meses y, poco a poco, el alcalde cobijeño se iba desmarcando de la estrategia opositora y se acercaba al oficialismo.

En la actualidad, es una de las autoridades municipales preferidas de Evo Morales. En los actos oficiales que se celebran en la capital pandina se puede ver a Ribeiro con el puño izquierdo en alto, señal que caracteriza a los militantes del MAS. “Debería decirle (a Ribeiro): ¿Usted por quién ha firmado apoyar? Hay una filmación. Ha traicionado al pueblo.

Él ha sido electo como alcalde por nosotros, Pando Unido y Digno (PUD). Hicimos campaña por él y ahora tiene alianza con el MAS, él traicionó a Cobija”, reclama la senadora González. Ribeiro se limita a responder que con la cercanía con el presidente Morales, Cobija creció y tiene más obras. “Comparemos la Cobija de antes con la de ahora. El desarrollo se ve en todas partes y es gracias al trabajo coordinado”, destaca el alcalde.

Yacuiba, caso emblemático

Lo mismo sucede en el extremo sur del país. Yacuiba, en el Chaco tarijeño, vivió una campaña electoral muy disputada en las últimas subnacionales. El MAS tenía a Carlos Brú hoy candidato a segundo senador por el oficialismo en esa región- como su postulante estrella.

Brú buscaba la reelección, pero perdió con Ramiro Vallejos, de Unidad Departamental Autonomista (UD-A), sigla de Wilman Cardozo, político chaqueño aliado del gobernador Adrián Oliva. Vallejos, al poco de tiempo de asumir la Alcaldía miró la vereda azul y saltó en un tiempo.

Hoy, también alaba a Evo Morales e hizo campaña para su reelección.

“La militancia del MAS en el Gran Chaco y, en particular Yacuiba, muestra su potencial y eso se debe a que el Chaco fue favorecido por el presidente, en el reconocimiento y efectividad de su lucha del 45% de los recursos hidrocarburíferos, en la conquista de la autonomía regional, en la inversión pública nacional y regional que implementó el Gobierno nacional en el Chaco”, alaba Vallejos, quien está tranquilo y dice no arrepentirse de pasar al MAS.

A pesar de que el partido gobernante alcanzó el 66,3% de los gobiernos municipales a través del voto, siguió su ambición polí- tica con la intención de dominar la mayor cantidad de municipios posibles.

Lo logró en varios municipios del occidente del país, como Cliza, Quillacollo y San Benito, en Cochabamba; Macharetí y Monteagudo, en Chuquisaca; Desaguadero, Guaqui, Puerto Acosta, Batallas, Copacabana, Caranavi, Patacamaya, Caquiaviri, Charaña, Ixiamas, Guanay y Palca, en La Paz; Caracollo, El Choro, Eucaliptus, Totora y Poopó, en Oruro; y Chayanta, Vitichi, Colcha “K”, Caiza “D” y Villazón, en Potosí. El presidente de la Federación de Asociaciones de Municipios de Bolivia (FAM-Bolivia), Álvaro Ruiz, considera que los alcaldes que giraron a la línea oficialista lo hacen por sus regiones, ya que existe mejor coordinación con el Gobierno central que con los departamentales.

Aun así, el alcalde de Uriondo, en Tarija, y que además es de filas del MAS, dice que el presidente Morales igual trabaja con municipios opositores. “Nosotros valoramos mucho que el presidente Morales llegue a Tarija y a diferentes municipios con obras, con recursos económicos para solucionar problemas de educación, de salud, problemas de agua, como el programa Mi Agua, Mi riego”, destaca Ruiz.

No pudo en Santa Cruz

En el oriente le costó y solo pudo penetrar en Beni. Y lo hizo, paradójicamente, con algunas alcaldías que ganó el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), como la de San Ramón y Santa Ana de Yacuma.

En Santa Cruz no pudo cooptar aquellos municipios que ganó el Movimiento Demócrata Social (MDS), de Rubén Costas. Demócratas domina 23 alcaldías del departamento de Santa Cruz.

El alcalde de San Ignacio de Velasco, Moisés Salces, detalla que existe coordinación con el Ejecutivo central, pero no “sometimiento” a los intereses políticos del MAS. “Coordinamos con todos los niveles del Estado y hay proyectos que nosotros tenemos una contraparte, pero eso no significa que seamos masistas”, remarca.

No tiene la misma percepción el alcalde de La Paz, Luis Revilla, quien señala que el MAS utiliza “hasta el sistema judicial” para perjudicar gestiones municipales y poderlas controlar. “Lo intentan, pero al menos en La Paz no lo logran”, recalca.