Se llama Edson Arce Ajhuacho. Es más conocido como el ‘Moroco’ y domina todo el contrabando de ropa usada, ropa nueva y zapatillas en Pisiga y Challapata. Se fugó a Chile por su doble nacionalidad

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25 de agosto de 2019, 4:00 AM
25 de agosto de 2019, 4:00 AM

El silencio reina en Pisiga cuando se habla del ‘Moroco’. Nadie responde. Muchos miran a otro lado cuando se pregunta sobre el supuesto jefe contrabandista del clan Mamani Nina. Edson Arce Ajhuacho escapó a Chile y dejó la posta a Tito Mamani Pocomani.

Este clan opera en Pisiga y se dedica a introducir de manera ilícita y en diferentes modalidades ropa usada, ropa nueva y zapatillas de marca

. Este grupo tiene ramales y diversas rutas. EL DEBER accedió a un informe de inteligencia que revela quiénes, cómo y por dónde operan los clanes de contrabandistas en la frontera con Chile. Estos grupos tienen contactos con policías y militares que trabajan en trancas y dominan varias poblaciones del departamento de Oruro.

El Gobierno instaló una denuncia contra el ‘Moroco’, quien tiene doble nacionalidad.

El viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Gonzalo Rodríguez, detalla que el ‘Moroco’ maneja una organización de contrabandistas y que el modo de operar del clan Mamani Nina es captar en la frontera con Chile a los camiones que quieren ingresar al país, les cobran dinero y luego pretenden corromper al personal uniformado para transportar la carga por rutas establecidas.

“Este señor (‘Moroco’) fue pasante de la fiesta de Santa Cecilia en la gestión 2018. Su socios, Ninfa Calisaya y Ronald Sandoval Verástegui, fueron pasantes de la fiesta de San Felipe y de San Antonio de Padua en esta gestión.

Estas personas gastan mucho dinero en estas fiestas, hasta $us 200.000 de ganancia, una cantidad de dinero para nosotros que tenemos un sueldo y que tenemos un trabajo estable es un sueño”, remarca Rodríguez.

El informe señala que el ‘Moroco’ es cabecilla de esta organización. Hoy que escapó a Chile el clan lo dirige Tito Mamani Pocomani con la ayuda de Ninfa Callisaya y Óscar Calle Mamani. Otras seis personas, entre hijos y parejas de los jefes, son parte de este grupo delictivo.

El personaje

“Se conoce que este sujeto (‘Moroco’) busca negociar con personal militar en los puestos de control y recientemente con el puesto de Llica. De tal puesto ya se está realizando la investigación correspondiente para dar con el militar que realiza esta acción ilegal. (‘Moroco’) emplea más de 15 camiones para transportar mercadería ilegal, buscando adeptos a su causa para poder incrementar esta cantidad de camiones”, des

taca parte del documento. Pisiga vive ahora días normales. El comercio en la frontera se mantiene y el trabajo militar y policial y de la Aduana Nacional sigue sin problemas. Los camiones y flotas pasan de un lado al otro sin problemas.

La población se calla al escuchar preguntas sobre el contrabando.

Más aún cuando se les consulta sobre los clanes familiares. Los conocen, pero evitan hablar de ellos. Solo dos personas se animan a responder. Uno de ellos mira el horizonte, un amplio desierto golpeado por el frío intenso, y señala lugares por donde pasan estos grupos sus productos de manera ilegal.

“Lo hacen por allá. Tienen depósitos y ahí guardan su mercadería. Cuando tienen una cantidad razonable cargan nuevamente en camiones para llevar a Challapata. Van por vías ilegales, pero no sabemos exactamente

por dónde van”, relata la persona consultada. El informe indica que otro clan familiar es Colque Herrera. Es liderado por los esposos Miguel Colque Canaviri y Ludim Herrera Vásquez.

El primero fue alcalde mayor de Pisiga en 2017. Hace siete años estuvo preso en la cárcel de Alto Hospicio, al norte de Chile, por el delito de narcotráfico y fue beneficiado por el indulto de ese año.

Tiene el control de las personas que ingresan los autos indocumentados por Pisiga. Mientras que Herrera Vásquez es la líder de las personas que realizan el trabajo ‘hormiga’ en Pisiga. Ellos son quienes introducen mercadería en bicicletas acondicionadas con un espacio adelante. Es dueña de camiones ‘chutos’ y los utiliza para ingresar ropa usada. En el domicilio de a Herrera Vásquez es donde se acopia la mercadería.

Es una vivienda cualquiera. Modesta y sin lujos. Ahí, a unas dos cuadras de la carretera internacional, la poca gente que transita prefiere no hablar de Ludim. Ella no estaba en su domicilio.

“Esta mujer (Herrera Márquez) intentó linchar a dos miembros del CEO-LCC que cumplen la función de controlar este ilícito. Actualmente esta persona realiza llamadas de amenazas de muerte contra el comandante de este puesto. Ya se tiene identificado el número de celular y se realiza la denuncia correspondiente”, remarca parte del documento.

Las mafias familiares

“La que está manejando es su esposa (Herrera Márquez), ella paga a los estibadores, paga a las personas que usan bicicletas para traer la mercadería de contrabando a pequeños canchones o depósitos que están cerca de la frontera con el objeto de llenar los depósitos, trasladarlos a la población e introducirlos al país en forma de microtráfico o trafico hormiga”, detalla el viceministro Rodríguez sobre el clan Colque Herrera.

El informe de inteligencia profundiza la labor que realiza el ‘Moroco’. Lo muestran como el cabecilla de estos grupos y enumera sus antecedentes.

En Oruro maneja dos vehículos de alto costo: un Toyota Land Cruiser y una Toyota Burdeo. El documento muestra las fotos de los vehículos y de los ocho camiones de su propiedad. Ese texto detalla que todos los motorizados son ‘clonados’.

Además, se revela el croquis de su domicilio en la capital orureña y fotos del edificio, que está cerca de la avenida Circunvalación de esa ciudad. La infraestructura es muy similar a los denominados ‘cholets’ que se construyeron en la ciudad de El Alto.

Tiene al menos seis pisos y su fachada es color azul. “Edson Arce Ajhuacho trabajó de pilotero utilizando la ruta de Llica. Agrupa a varios contrabandistas para sumar grandes cantidades de camiones, entre estos Tito Mamani Pocomani.

Emplea 20 camiones para transportar mercadería ilegal. Interna la mercadería por la ruta de Sicsihua-Llica-Salinas García Mendoza hacia la población de Challapata, como punto intermedio o de fondeo”, revela el informe de inteligencia sobre el ‘Moroco’.

El clan de los Mamani Nina opera con seis familiares de Tito Mamani, del ‘Moroco’ y de Ninfa Callisaya. La esposa del líder y su cuñado son encargados de contratar choferes con experiencia en el traspaso de mercadería ilegal.

Los informes de estos dos clanes hacen referencia a que ambos tienen contactos con funcionarios policiales y militares para que puedan pasar las trancas de control sin ningún tipo de problemas.

En algunos casos existe la investigación, como es el caso del puesto de Llica. El viceministro Gonzalo Rodríguez remarca que se hacen las indagaciones para evitar que uniformados perjudiquen la lucha contra el contrabando. Las denuncias contra los clanes fueron interpuestas. Los líderes están en lado chileno y no descansan. Su mercadería llega a Cariquima, a 16 kilómetros de Bolivia, y desde ahí ven cómo introducirla al país. Sus cercanos, por ahora, están a cargo del trabajo.