El Pacto de Unidad saldrá a contrarrestar las protestas de los colectivos ciudadanos. Los dirigentes alistan el lema “Evo sí se queda”

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22 de julio de 2018, 4:00 AM
22 de julio de 2018, 4:00 AM

Hay malestar y cansancio en el oficialismo. Las protestas de plataformas ciudadanas por el 21-F incomodan al Movimiento Al Socialismo (MAS) y la estrategia para contrarrestar esos movimientos están en manos de sus sectores afines, quienes serán los grupos de choque en los actos públicos donde esté presente el grito de “Bolivia dijo No”. La idea oficialista es partir en dos el plan: las autoridades políticas están a cargo del discurso que desprestigiará a los grupos civiles y la dirigencia sindical hará frente a los colectivos con gritos y letreros. La oposición mira la pulseada sin lograr reaccionar. Las fiestas patrias en Potosí serán el primer escenario de esta batalla política.

El ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), Jacinto Herrera, admite que el crecimiento de la protesta por parte de las plataformas ciudadanas incomodó al oficialismo y que hubo diversas reuniones para definir estrategias con el objetivo de contrarrestar las movilizaciones que quieren evitar una cuarta repostulación consecutiva de Evo Morales, quien aseguró que será candidato nuevamente en 2019.

“Que no provoquen enfrentamientos porque ya venimos soportando mucho tiempo, porque nos van a encontrar. Queremos decirles que no provoquen al movimiento campesino porque sabemos responder también (...) No podemos seguir soportando las provocaciones, en cada evento vienen y provocan, eso está generando un enfrentamiento. No podemos controlar uno por uno a nuestros afiliados, ahí va a reaccionar la gente y eso no es bueno para el pueblo boliviano, no es bueno enfrentarnos entre bolivianos”, remarca Herrera.

En el último tiempo las plataformas ciudadanas se hicieron más visibles demandando el respeto al voto del 21 de febrero de 2016. Los colectivos se organizaron y su pedido se hizo notar en distintos actos públicos en Bolivia y en el exterior. Eso ocurrió, por ejemplo, en los Juegos Suramericanos que se realizaron en Cochabamba, en plena plaza principal de Santa Cruz de la Sierra cuando el vicepresidente Álvaro García pasaba por ese espacio y en el desfile de teas por el aniversario cívico de La Paz. Este movimiento anunció su presencia en los actos cívicos por el aniversario patrio, que se realizarán el 6 de agosto en la ciudad de Potosí.

Eso no gusta a los sectores afines al MAS. La ejecutiva de las bartolinas, Segundina Flores, es más inclemente. No quiere que las plataformas se acerquen a los eventos donde participe el presidente Evo Morales o el vicepresidente Álvaro García. Dice que faltan el respeto al mandatario y por eso se decidió hacerles frente. ¿Cómo?: “Nos organizamos para hacer frente a estos grupos. ¿Plataformas ciudadanas? ¡Qué plataformas ciudadanas! Son grupillos que no quieren que progrese nuestro país. Hay que decir que esos grupillos siempre van a estar fregando, siempre van a estar jodiendo, para mí son unos locos”, remata.

Henry Nina Calle es el líder de los interculturales. El dirigente informa de que el Pacto de Unidad, el conglomerado de organizaciones que defienden al MAS, analiza las acciones que hacen las plataformas y cómo se enteran de los actos donde está Evo. Dice que los colectivos “no reúnen más de veinte” personas, lo que, según él, hace más fácil el accionar de los afines al oficialismo. “Nosotros somos más, la gente está consciente de que este proceso es irreversible y no permitiremos que grupillos vengan a perjudicar (...) Son resentidos que hablan de plataformas. En agosto nosotros vamos a responder y ya no vamos a permitir esos grupos, nos vamos a organizar y no vamos a permitir que esos pequeños grupos salgan. ¿Cuál es el miedo a que nuestro hermano presidente (Evo) se repostule?”, lanza el intercultural.

Aún más duro en su postura es Hilarión Mamani, líder del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq). El dirigente indígena organiza a sus afiliados en el altiplano boliviano. No quiere “interferencias” cuando Evo o Álvaro lleguen al área rural de La Paz, Oruro y Potosí. Cree que en estos lugares no hay respaldo a las protestas por el 21-F y que la población es “consciente” de la reelección del mandatario. “Digan lo que digan, el presidente Evo será nuestro candidato, no hay vuelta atrás. Nosotros, como Pacto de Unidad, nos organizamos para hacer frente a estos grupos, no para enfrentarnos, pero queremos evitar que molesten a nuestro presidente”, destaca.

El trabajo duro lo tienen los sectores sociales. Serán los campesinos, indígenas, bartolinas e interculturales quienes hagan frente a las plataformas. Su objetivo es reunir afiliados para ser más que los colectivos y con letreros y gritos de “Evo sí se queda” harán la batalla política a los grupos que piden respeto al voto popular. Las autoridades, según Nina, se encargan del discurso, de desprestigiar el movimiento ciudadano. Y así lo demostró el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, quien lanzó una comparación poco agradable para los colectivos. “Lo hemos dicho absolutamente claro, es muy probable que si tú haces una fiesta y entra un borracho a arruinarte la fiesta, es muy probable que reacciones ante eso y no queremos ese tipo de provocaciones”, remarcó.

Bajo ese formato declararon varias autoridades. La ministra de Comunicación, Gisela López, dice que las plataformas no reúnen a más de “diez personas” y que la agenda de Evo Morales no se mueve en torno a ellos. Aún así, el organigrama de las actividades del mandatario dejó de ser público.

Los colectivos no están preocupados, mucho menos sorprendidos. Christian Tejada, de la plataforma G21, cree que el MAS reacciona así tras mostrar preocupación por la creciente ola de rechazo a la repostulación de Evo Morales. “No quieren aceptar que este movimiento crece y que se organiza. Este reclamo, que pide respeto al voto y que no quiere ninguna dictadura, estará donde Evo Morales vaya, él tiene que respetar al soberano que le dijo No, Bolivia le dijo No a Evo Morales”, remarca el ciudadano.

Vladimir Machicado, de la plataforma Bolivia Dijo No, lamenta que el oficialismo saque a sus grupos de choque para contrarrestar al movimiento ciudadano y que el aparato estatal esté en contra de algo democrático, como es, dice, el respeto al voto. “Partamos de algo coherente. Bolivia le dijo No a Evo Morales, ya no quiere su repostulación, pero el presidente quiere volverse dictador y seguir en el poder a pesar de que la población le dijo No. Nosotros salimos a las calles de manera pacífica, pero será culpa del MAS si hay enfrentamientos, ya que sus sectores de choque salieron a amenazar a este movimiento”, lamenta el dirigente. 

En esta pulseada, la oposición se queda mirando la batalla, que tendrá su primer round en los festejos de las fiestas patrias en Potosí, donde ambos bandos medirán fuerzas. 

 

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