La poesía persiste en sobrevivir en la Calleja, el corazón de América
Poesía en la Calleja llega a su décimo aniversario y al encuentro # 136 con la amenaza de concluir por la falta de apoyo económico. Hoy puede ser la despedida
De Pessoa a Girondo y de Safo a Otero Reiche, se leyeron los jueves en la plazuela Calleja. Ocurre desde hace una década con el objetivo emprendido por el autor y gestor cultural Óscar ‘Puky’ Gutiérrez de convertir este espacio en “el corazón poético de América del Sur”.
Hoy, desde las 20:00, tendrá lugar una nueva sesión de Poesía en la Calleja, que, lamentablemente, llega con sabor de festejo-despedida, lo primero por cumplir una década de versos y lo segundo por la finalización del ciclo a causa de la falta de apoyo económico.
Poesía, música, pintura y un homenaje al ‘librero mayor’ Peter Lewy será la mejor despedida de un movimiento que reunió a todas las artes en el centro cruceño.
Un poema
Poesía en la Calleja nace en enero de 2013, cuando Gutiérrez y su colega Pablo Carbone se dieron cuenta de que Santa Cruz de la Sierra no tenía un lugar donde escuchar poesía. “Fieles al estilo cruceño, como no había ese espacio, lo creamos”, cuenta el gestor.
De esa forma se dotó de vida a un “ecosistema autogestionado, creativo y, medularmente, solidario”, relata el poeta, y se emprendió la búsqueda del lugar donde se liberaría la magia.
A la Calleja, según Gutiérrez, llegaron de manera “azarosa”, después de ser rechazados por otros sitios. Las tertulias de Carlos Hugo Molina les presentaron la nueva casa sin paredes de la poesía.
Con grandes amigos, como Carbone, Pablo Deheza, Patricia Gutiérrez, Viviana Vargas, Ximena Rojas, Mauricio Gómez, Álex Pérez y
Mabel Molina, entre muchos otros, se logró 135 encuentros “de tangible y gratuita felicidad”. La ayuda de instituciones, entre ellas la Fundación SmartLife de Pentágono y CRE, también sostuvieron el proyecto que insiste en vivir.
En las sesiones participaron poetas de renombre internacional, como el nicaragüense Ernesto Cardenal, exponentes contemporáneos de Argentina, México, Perú, Chile y Uruguay, además de autores nacionales.
“En 2022 recibimos dos reconocimientos, uno de ellos reza, ‘...por la humanización del espacio público, y la convocatoria permanente a la alegría’. Es la mejor síntesis de esta historia o, mejor dicho, de este poema urbano de Poesía en la Calleja”, señala.
Por todo esto, Puky cree que recibió más de lo que dio y otra retribución fue “ser testigo del poder transformador del lenguaje cuando es articulado desde la potencia creativa de la poesía”. “Acá sanaron almas, porque la palabra es una energía que, cuando es escuchada en plenitud, tiene notorias facultades terapéuticas”, manifiesta.
Un acto de rebeldía
Patricia Gutiérrez, directora creativa, guionista y escritora, y parte de la familia de la Calleja, destaca la importancia de los jueves, de la poesía y de la recuperación de los espacios públicos para el arte.
“Cuando Vargas Llosa vino a Bolivia dijo con absoluta razón que ‘las palabras nos ayudan a defendernos frente al infortunio’. Esa frase enhebró magistralmente; Llosa sintetiza lo que hacemos en la Calleja: plantamos la semilla de la discordia, el pensamiento libre, damos voz a los que escriben jóvenes, viejos y también autores reconocidos. Es imprescindible pensar. Y leer poesía en una plaza pública es un acto de rebeldía. Y, también es un acto de ciudadanía recuperar nuestras plazas para el arte, la música y la palabra escrita o dicha”, sostiene.
