Es de una de las pocas personas que afirman abiertamente que son transexuales en Mongolia, donde el 80% de las personas LGBT prefiere esconder su verdadera condición sexual, según un estudio de la ONU

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28 de diciembre de 2018, 6:32 AM
28 de diciembre de 2018, 6:32 AM

Solongo Batsukh, una mediática reina de la belleza transexual, siempre se muestra elegante y afronta el invierno glacial en Mongolia con un fino vestido negro debajo de un abrigo de color pastel.

"No quiero parecerme a un bollo", asegura esta joven de 25 años mientras se dirige al salón de belleza para el que trabaja como agente publicitaria, en uno de sus vídeos en Facebook.

Gracias a esta sinceridad y a su autoestima, Solongo decidió en octubre presentarse a la primera competición organizada en su país para elegir a la candidata de Mongolia para el concurso de Miss Universo, que se celebrará el próximo lunes en Tailandia.

Aunque no logró ser la candidata de su país, Solongo Batsukh se convirtió en un símbolo en un país muy conservador.

Si hubiera ganado, hubiera competido en Bangkok al lado de la representante española Ángela Ponce, la primera candidata transexual en la historia de Miss Universo.

"Quería inspirar al mayor número de mujeres posible", afirma Solongo en declaraciones a la AFP. "Estoy muy orgullosa de haber tenido la oportunidad de competir. La Solongo que he creado es una verdadera ganadora en mi corazón", añade.

No obstante, su participación en el concurso de belleza generó una gran polémica en Mongolia.

Cuando trabajaba para la asociación "Juventud por la Salud", que da consejos sexuales a las personas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales), se dio cuenta de que en realidad era una mujer en el cuerpo de un hombre. Entonces, empezó a llevar pelucas y vestidos e inició un tratamiento hormonal.

Es de una de las pocas personas que afirman abiertamente que son transexuales en Mongolia, donde el 80% de las personas LGBT prefiere esconder su verdadera condición sexual, según un estudio de la ONU.

"Resulta muy difícil para los transexuales encontrar un trabajo", lamenta Baldangombo Altangerel, un responsable del centro LGBT.

Solongo intenta ahora aprovechar su fama para combatir estos prejuicios. Tanto en las redes sociales como en la televisión, explica que ser transexual no es fruto de ninguna enfermedad mental ni conlleva prostituirse.

Solongo trabaja como maquilladora, viaja muy a menudo y se hizo muy famosa en su país tras haber terminado en la décima posición en una concurso de belleza transexual en Tailandia.

Solongo, cuya página de Facebook cuenta con 120.000 seguidores, impulsará una emisión en la que participarán cinco mujeres que quieren dotarse de una nueva imagen. Ella las ayudará a perder peso, cambiar su peinado o forma de maquillarse.

"Sus objetivos y su paciencia resultan inspiradoras", asegura Sarangoo Sukhbaatar, de 25 años, que es una de las cinco mujeres seleccionadas. "Si un hombre puede ser tan guapo como ella, las mujeres aún pueden ser más bellas", afirma Sukhbaatar.