Estos Zamoranos te cuentan cómo es aprender haciendo
La máxima cotidiana de la renombrada universidad en Honduras lleva a los estudiantes a conocer y valorar el trabajo manual, y apuntar alto en su vida profesional
Los define una actitud ante el trabajo que se vuelve modo de vida, con disciplina y proactividad. Los distingue el nombre de una universidad que le abre puertas a sus titulados. Son ‘zamoranos’ formados en la Escuela Agrícola Panamericana, más conocida como Universidad Zamorano.
Y lo son para toda la vida: un título de alguna de las carreras que se imparten en esa casa de estudios hondureña habla de liderazgo en su carrera profesional, y se expresa en una ética laboral y un excelente nivel de conocimientos, adquirido en cuatro años de “aprender haciendo”, la máxima cotidiana de una de las mejores universidades de agropecuaria de toda Latinoamérica.
Desde el año 1960, un total de 386 profesionales bolivianos se titularon en alguna de esas cuatro disciplinas: Ingeniería agronómica, Administración de agronegocios, Agroindustria alimentaria y Ambiente y desarrollo.
Con mística
En la actualidad, 50 jóvenes bolivianos se forman en las aulas, laboratorios, campos, plantas procesadoras de alimentos y otras facilidades que tiene la universidad en sus 5.000 hectáreas de extensión.
Y en sus testimonios, estos entrevistados coinciden sin dudar en que volverían a optar por estudiar en Zamorano, la universidad que los encaminó en la vida.
De tradición familiar ganadera, Alejandro Díaz, se graduó en 2002.
Hoy es vicepresidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) y lo que más valora del ‘aprender haciendo’, “es la mística que me dio conocer el trabajo de campo, de lo básico a lo más complejo. Desde la “chapeada”, que es carpir monte, hasta la planificación rural”.
“Para un Zamorano no existen imposibles, existen retos que asumimos con mística”, define, y recuerda que la vivencia en Zamorano, “orden, disciplina, proactividad, dar soluciones... inculca una actitud para la vida que uno después aplica en su carrera profesional”.
Con práctica
Para Diego Moscoso, que se graduó en 2013 con una tesis sobre el ciclo de vida del agallador amarillo, “‘aprender haciendo’ sirvió para perder el miedo a hacer las cosas”.
“Antes de Zamorano pensaba mucho antes de hacer, por temor a cometer errores. En Zamorano aprendes a ‘hacer las cosas’, que es lo que diferencia a un buen profesional”, afirma. “El aprendizaje es práctico, pierdes el miedo y aprendes a dar soluciones”, concluye.
“Nos explican cómo hacerlo y luego lo hacemos. Así aprendes más que tomando apuntes”, resume Daniela Gutiérrez, estudiante de tercer año de Ingeniería Agronómica.
Según la carrera, ‘aprender haciendo’ consiste en, por ejemplo, trabajar desde temprano en el módulo de lechería, y por la tarde ir a clases. Zamorano tiene 42 módulos agrícolas y los estudiantes asisten a los de su carrera en periodos de entre dos y cuatro semanas, en las que adquieren conocimiento manual de la actividad.
Bruno Boehme, de familia ganadera y que este mes defiende su tesis en Ingeniería agronómica, valora que en sus cuatro años de estudio y práctica, entendió “la realidad que vive la gente del campo y la gente que manda, los ingenieros, esa interrelación tan importante, que otras universidades no te dan”.
“Zamorano te prepara para afrontar el mundo y ser un líder ahí donde te pongan”, afirma orgulloso.
Para más información sobre el ingreso a Zamorano, contacta a Ana Claudia Alí, al mail representacionbolivia@ zamorano.edu.