Opinión

Un viaje a Nueva York sin salir del Chapare

Gonzalo Chávez/Economista

26 de septiembre de 2021, 13:03 PM
26 de septiembre de 2021, 13:03 PM


El Presidente Luis Arce dio su primer discurso en las Naciones Unidas (NU) y habló de economía en la Universidad de Columbia en Nueva York. Un discurso igual al que hizo Morales años atrás. Evo generó gran expectativa. Era el primer indígena boliviano en ambas instituciones. Arce fue muy previsible.

En las NU, habló sobre el medioambiente, asumió la retórica de David Choquehuanca sobre la defensa de la madre tierra, habló de los derechos indígenas, responsabilizó al capitalismo por la crisis ambiental y propuso el Vivir Bien. Conocida retórica, pero que entra en contradicción con el modelo primario exportador (minería, agricultura e hidrocarburos) destructor del medioambiente que impulsa hace 15 años. Tampoco, ni una mención a los incendios forestales en el oriente de Bolivia.

La defensa de derechos humanos se redujo a la denuncia del bloqueo contra Cuba. En el país viviríamos en el paraíso donde lo único que se quiere es hacer justicia. Ni una palabra sobre la podredumbre del Sistema Judicial.

Obviamente, insistió en la retórica del golpe de Estado y volvió a acusar actores internos y externos. Cargó las tintas contra la OEA (Almagro), la Unión Europea, la Iglesia Católica y al gobierno de Macri.

En suma, un discurso en contenido, forma y tono más volcado para la clientela interna. Arce está convencido de que la política exterior no es más que la continuación de la política local.

En Columbia, repitió la narrativa del modelo económico exitoso que fue destruido en 11 meses por un gobierno golpista y neoliberal. Dio una especie de examen frente al premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, quien con tono condescendiente hizo preguntas educadas. En contenido, nada que no se haya visto en alguna en la propaganda oficial. Hasta el 2019, la economía boliviana funcionaba blindada sin problemas. El golpe destruyó todo. Ahora la recuperación económica es espectacular gracias a la vuelta del Estado. ¿Y esito sería todo de la visita a New York de Arce? Sí. Pero para que usted no pierda el viaje de lectura a su columna dominical, la visita de Arce a Columbia me transportó a los años que estudié en esa universidad. Recordé a varios profesores y amigos, con quienes hubiera sido muy bueno que nuestro Presidente converse. Sé que lo hizo con Stiglitz y Sachs.

Stiglitz recibió a Arce en Columbia. El profesor tiene una relación de larga data con Bolivia. En el año 2006, Maestrías para el Desarrollo de Universidad Católica Boliviana lo nombró líder del desarrollo. En el 2008 fue invitado por el gobierno de Morales, hizo varias charlas y asesoró al Gobierno. Ciertamente la reunión con él, fue un punto alto de la visita a Columbia, estoy seguro de que hablaron de los desafíos de la inclusión social y medioambiente en Bolivia, mas allá de la conversación superficial que tuvieron frente a las cámaras.

El economista, Jeffrey Sachs, dirige el Centro para el Desarrollo Sostenible en dicha universidad. Sachs, un economista muy joven a mediados de los años ochenta, fue uno de los teóricos del DS 21060 que paró la hiperinflación en Bolivia. Ahora es un líder mundial de la defensa del medioambiente. El Presidente habló con Sachs, con quien ciertamente conversó de cómo impulsar un crecimiento verde y cómo acabar con la pobreza. También es posible que Bolivia haya ganado un aliado para conseguir el alivio de la deuda externa. Sachs es muy influyente en las NU. El Presidente mostró pragmatismo al conversar con alguien que es considerado, en la izquierda boliviana, como el padre del neoliberalismo, el mentor de Sánchez de Lozada.

Otro profesor que ojalá hubiera conversado con Arce es el economista boliviano que también trabaja en esa prestigiosa universidad, Miguel Urquiola. Él es un especialista mundial en economía de la educación. Ciertamente, con Miguel podrían haber intercambiado ideas de cómo promover una recuperación económica, más inclusiva, transformando la educación en Bolivia.

También enseña en esa universidad, Xavier Sala i Martin, economista de origen catalán y especialista en temas de crecimiento económico. Tuve la suerte de ser su alumno en los años 90. Con Sala i Martin, el Presidente probablemente podría haber conversado sobre la importancia de la innovación tecnológica y productividad en el crecimiento económico.


En la Universidad de Columbia también está el profesor emérito Herbert S. Klein, un historiador especializado en Bolivia. Formó a varios historiadores nacionales. Me imagino que una charla con él, hubiera ayudado a no repetir los errores del modelo primario exportador y recordar que hace 195 años seguimos corriendo por este camino circular.

Finalmente, es una pena que Robert Mundell, otro Nobel de economía de Columbia que también fue mi profesor, haya fallecido, con él, la charla hubiese sido muy fructífera, porque seguramente, como especialista en economía internacional, le hubiera alertado del peligro de mantener un tipo de cambio fijo por mucho tiempo. Le hubiera mencionado que no es posible tener un tipo de cambio real apreciado y buscar una genuina industrialización. Sin embargo, tengo la seguridad de que Arce fue a la librería de la Universidad y se compró sus libros.

Por lo visto del viaje, en las presentaciones en las NU y Columbia se perdió una gran oportunidad de pensar en grande. Arce repitió las narrativas del golpe y de la fortaleza económica destrozada en un año. Si bien fue a Nueva York, su cabeza no salió del Chapare. No le habló al mundo, sino a sus correligionarios y aparatos de propaganda. Habrá que ver si en las reuniones bilaterales con Stiglitz y Sachs se amplió el horizonte de los problemas y la soluciones. Ahora es posible que el Presidente se haya encontrado con todos los profesores mencionados en el artículo u otros investigadores y yo esté desinformado.
Sería una grata sorpresa, que después de pasar por una de las cunas académicas del mundo, Columbia, Arce vuelva renovado, mirando al futuro, promoviendo la unidad nacional y decidido a abandonar el patrón de desarrollo económico basado tan sólo en los recursos naturales. Pero es más probable que retorne con un discurso triunfalista que diga: la política y académica mundial se postra frente al modelo económico y político del proceso de cambio.

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