La periodista colombiana Jineth Bedoya fue secuestrada y violada hace 21 años en intermediaciones a la cárcel la Modelo, en Bogotá. Entre 1999 y el 2000 Bedoya fue la única mujer periodista en Colombia que documentó las violaciones a los derechos humanos que ocurrían en las cárceles colombianas.

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19 de octubre de 2021, 8:32 AM
19 de octubre de 2021, 8:32 AM

En un fallo histórico, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) declaró responsable al Estado colombiano por el secuestro, tortura y violencia sexual de la periodista Jineth Bedoya.

Por Laura Alejandra Lopez Pineda para RFI

En su sentencia, la Corte ordena al Estado investigar, juzgar y sancionar a todos los responsables de los crímenes cometidos contra la periodista. En estas dos décadas solo ha habido tres condenas a autores materiales, ninguna contra los determinadores o autores intelectuales de los delitos. 

Adicionalmente, la Corte ordenó la creación una política integral para la protección de los y las periodistas. Asimismo,  el diseño e implementación de un sistema público de recopilación de datos y cifras actualizadas sobre de violencia de género y sobre amenazas y violencia contra periodistas.

La periodista colombiana Jineth Bedoya fue secuestrada y violada hace 21 años en intermediaciones a la cárcel la Modelo, en Bogotá. Entre 1999 y el 2000 Bedoya fue la única mujer periodista en Colombia que documentó las violaciones a los derechos humanos que ocurrían en las cárceles colombianas.

En su fallo, la Corte afirma, además, que la tortura física, sexual y psicológica contra Bedoya no pudo llevarse a cabo sin la colaboración del Estado colombiano, que además ha fallado a la hora de otorgar medidas de protección y hacer justicia en su caso.

Para el tribunal, las agresiones en contra de la periodista no solo vulneran su libertad de expresión en el ámbito individual, sino que tuvieron un impacto colectivo, tanto en la sociedad colombiana en su derecho a la información, como en otras personas que ejercían el periodismo.

La sentencia es histórica, entre otras cosas, porque analiza por primera vez el uso de la violencia sexual como forma de silenciamiento y control en contra de una mujer periodista en el marco del conflicto armado colombiano.