El presidente cívico cruceño le envió una carta dura a Morales. Desde el MAS afirman que busca la Gobernación y que responde a Branko Marinkovic

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3 de octubre de 2019, 4:00 AM
3 de octubre de 2019, 4:00 AM

Pablo Ortiz

A horas del Cabildo cruceño, hay cívicos de otras regiones del país que no renuncian a la idea de un paro cívico indefinido a escala nacional. A la cabeza de esta idea están Juan Flores, de Cochabamba, y Marco Pumari, de Potosí, que comenzará la extrema medida el lunes 7, aunque ya no exigiendo la renuncia a sus candidaturas a Evo Morales y Álvaro García Línea, sino en protesta por la explotación del litio en su departamento. Mientras tanto, Luis Fernando Camacho, presidente cívico cruceño, envió una carta a Evo Morales con peticiones, reclamos y amenazas antes de la reunión en el Cristo.

El que más empuja la idea es Flores. De hecho, el dirigente cochabambino habla con decepción de los políticos, por eso dice que el control del voto no es una tarea de los cívicos, sino de los partidos, que solo se han preocupado de captar la preferencia del electorado sin importarle la “pelea por la democracia”. Para él no es prioridad, sino que prefiere enfocar sus esfuerzos en que los cruceños aprueben este viernes el paro nacional indefinido, pidan la abrogación del DS 3973 y demostrar la solidaridad con el Comité Cívico Potosinista, en huelga de hambre desde el martes.

Cuando se le consulta si hay unidad en el movimiento cívico para desarrollar un paro nacional indefinido, Flores cree que se podría desarrollar en Santa Cruz, Cochabamba, parte de La Paz, El Alto, Potosí y Tarija. Sin embargo, admite que en Tarija el presidente cívico ya se reunió con Evo Morales, y que el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) está más preocupado en el conteo rápido y las encuestas que en esta medida. Así, el paro solo dependería de tres comités: Santa Cruz, Cochabamba y Potosí. “Los que tenemos que estar, estaremos”, dijo Flores.

El que ya está en huelga y confirmó su paro indefinido desde el 7 de octubre es Marco Pumari. Explica que no es por el 21-F ni por las elecciones, sino por la explotación del litio en su departamento. Asegura que llevan seis meses movilizados sin que el Gobierno explique si beneficiará a su departamento. Esto llevó a Manuel Canelas, ministro de Comunicación de Morales, a acusarlo de hacer política en favor de la candidatura de Carlos Mesa. Recordó que hay audios en los que supuestamente se escucha la voz de Pumari admitiendo este apoyo y pidió que no se escude en la bandera cívica para hacer política.

La carta

Como antesala al Cabildo, Camacho envió una carta a Evo Morales haciendo uso de su derecho de petición. Sin mucha esperanza de que se la conceda, le pide una audiencia pública y pasa a hacer preguntas, quejas y acusaciones. Primero pregunta por qué no renunció a su cargo ante las muertes durante su mandato, como lo prometió. Luego consulta por qué no dio una amnistía a los “perseguidos políticos”. Después pasa a preguntar sobre por qué no declaró desastre nacional en la Chiquitania, si tenía miedo que la ayuda descubra a los verdaderos causantes del incendio. La cuarta y última pregunta está referida al 21-F y su respeto. Luego asegura que los bolivianos están más unidos que nunca en defensa de la democracia, que él daría su libertad a cambio de los que están presos por la refriega de septiembre con los masistas, le asegura que no tiene miedo a las amenazas, le dice “candidato ilegal”, lo sindica de causar los incendios en la Chiquitania a través de colonos para traer gente de Chapare y lo acusa de odiar a Santa Cruz.

Consultado al respecto, Rolando Borda, candidato a segundo senador por el MAS en Santa Cruz, consideró que a Camacho no lo mueve la defensa del bosque chiquitano, sino su propia candidatura a la Gobernación, por eso polemiza con el Gobierno y con Rubén Costas, y que responde a la línea de Branko Marinkovic. Aseguró que el 3 de octubre del año pasado, Camacho aportó con recursos económicos para una concentración del MAS en el Chiriguano.

“Ahorita está en una posición eminentemente política. No le ha dado resultado su intención de unir a la oposición a la cabeza de Carlos Mesa ni se atrevió a exigirle la renuncia a Óscar Ortiz como se lo pidieron. Torpedea a Rubén Costas y se cuelga de una estructura muy dura, como es la de Branko Marinkovic. Él obedece a esa línea para buscar su candidatura a la Gobernación”, dijo.



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