Los vecinos se muestran preocupados por la salida del MAS del Gobierno. Aseguran que no conocían al guerrillero argentino, que recibió atención médica en su casa comunal

24 de noviembre de 2019, 3:00 AM
24 de noviembre de 2019, 3:00 AM

El eco de los gritos y disparos aún resuena en el barrio Guadalupe Cofadena. Este asentamiento de 860 familias, instalado en terrenos militares hace casi nueve años, fue escenario de tres días de enfrentamientos contra jóvenes que pedían el respeto el paro cívico que llevaba una semana, por fraude en las elecciones, y que los vecinos se resistían a cumplir.

Desde la caseta instalada al lado izquierdo del puente de ingreso al barrio, un cuarto de techo bajo de calamina, pintado de azul y con el rostro de Evo Morales, los vecinos no ocultan la preferencia electoral que tuvieron en las elecciones generales hacia el Movimiento Al Socialismo (MAS).

Tienen sus motivos. A casi nueve años de su fundación, el asentamiento establecido sobre terrenos sin uso que pertenecían a los militares, en enero de 2011, logró la construcción de casas, escuelas, centros culturales y un hospital de tercer nivel próximo a la zona. El 10 de julio de 2018 hubo un intento de desalojo, pero la dirigencia se resistió y anunció una negociación ante el Ministerio de Defensa.

“Ahora que ha vuelto la derecha no sabemos qué va a pasar con nuestras casas. A mí me falta poco para terminar de construir el techo para el ingreso a mi garaje, pero ahora prefirieron construir en cualquier otra parte, porque tal vez y no podamos vivir más acá”, comentó uno de los vecinos.

Eduardo, sentado en el patio de tierra de su casa, muestra la parte ya edificada, dos cuartos, un baño, y una lavandería. Teme que ‘la derecha’ tome represalias porque los días de paro se negaron a acatarlo.

“Ni tiene que ver con la preferencia política, todos vivimos del día a día y necesitábamos trabajar, porque no podíamos parar como lo hicieron los cívicos”, dijo.

Eduardo, que trabaja en el ingenio en Guabirá, contó que el embate de los seguidores de los cívicos lo tomó por sorpresa, y que él como muchos otros vecinos del lugar, ni tenía idea de quién era Facundo Molares, el guerrillero argentino de las FARC que luego apareció herido de gravedad en la cabeza, en la casa comunal.

“Escuchamos que los unionistas venían a atacarnos, incluso con armas, y por eso salimos a defendernos. Fueron cuatro días, comenzó el domingo (28 de octubre) y acabó el miércoles (30), cuando llegaron respaldados por los unionistas”, recordó.

El hecho

Los enfrentamientos del 30 de octubre dejaron dos muertos, y desvelaron la presencia de un guerrillero argentino de las FARC. Investigaciones posteriores comprobaron que recibió atención médica en Cofadena, y que incluso antes había sido alojado en la casa de una enfermera, en Nuevo Amanecer, un barrio de Montero.

En las investigaciones se involucraron a autoridades y candidatos de las pasadas elecciones.

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