Opinión

EDITORIAL

Triunfo histórico de la democracia boliviana

Esta histórica ‘Primavera Boliviana’ que celebramos hoy no fue posible sino después de mucho sacrificio

25 de noviembre de 2019, 4:00 AM
25 de noviembre de 2019, 4:00 AM

Cuando la presidenta constitucional, Jeanine Áñez, levantó la Ley del Régimen Excepcional y Transitorio para la realización de Elecciones Generales tras su aprobación en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) la democracia boliviana ganó una de sus batallas más duras y más preciadas desde que la misma se recuperó de las garras de la dictadura en 1982, hace casi 37 años. Esta vez, una insurrección popular, la denominada ‘Revolución de las Pititas’, la rescató de otro régimen autoritario, que intentó perpetuarse a través del fraude y la violación del voto popular.

Esta histórica ‘Primavera Boliviana’ que celebramos hoy no fue posible sino después de mucho sacrificio, mucho dolor y mucha violencia que han causado profundas heridas entre los bolivianos que, ahora, tenemos el deber de cerrar con más diálogo, más reencuentro, más respeto por quien piensa diferente o no tiene nuestro mismo color de piel.

No hablamos de una reconciliación mentirosa ni de una paz parecida a la de los cementerios. El pueblo boliviano demanda, hoy más que nunca, justicia frente al abuso de poder, al atropello de los derechos humanos, la corrupción y las mafias enquistadas en la esfera pública.

Los bolivianos no estamos dispuestos a tolerar la impunidad. Menos con quienes perpetraron aquel monumental fraude electoral durante las elecciones del 20 de octubre y que fueron anuladas tras la promulgación de la mencionada ley.

La normativa, que consta de 24 artículos y cinco disposiciones finales, exige la convocatoria a Elecciones Generales en un plazo no mayor a 120 días desde la conformación del nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), órgano que tendrá la máxima responsabilidad de organizar unos comicios libres, transparentes y creíbles para una población que ha hecho todo para defender su voto en las urnas. La conformación de dicha institución deberá respetar una representación mínima para los pueblos indígenas y para las mujeres, lo que muestra una señal clara en favor de dos sectores históricamente discriminados por el sistema político.

La ley impide que Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera puedan ser candidatos en las próximas elecciones, en consonancia con la voluntad popular expresada en el referéndum del 21 de febrero de 2016 que le dijo No a su postulación y que también fue vulnerada a través de una oprobiosa maniobra judicial.

Como bien dijo la mandataria Jeanine Áñez durante una promisoria visita a EL DEBER: “No podemos fracasar de nuevo con estas elecciones generales dado que el país en su conjunto no nos lo permitiría”. Todos los sectores, líderes políticos, autoridades institucionales, movimientos sociales, cívicos y ciudadanos tenemos la obligación de aportar en este último tramo fundamental para que podamos contar con autoridades nacionales electas por el voto popular, en libertad, y con amplia participación.

Una democracia nueva se levanta lentamente de las cenizas que ha dejado el autoritarismo y el fraude electoral. No podemos pensar esta batalla en términos de vencidos ni vencedores.

Todos los bolivianos hemos ganado y todos también hemos perdido, especialmente, por el fallecimiento de casi 30 bolivianos en enfrentamientos que solo nos han dejado luto y familias desgarradas. Hagamos esfuerzos todos para reencontrarnos como bolivianos y apostar siempre y en cualquier circunstancia por la paz y la concertación como únicas vías para resolver los conflictos de nuestra sociedad.



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