Las emisiones se incrementarán 0,6% en 2019. Unos 37.000 millones de toneladas de CO2 llegan a la atmósfera cada año, lo que lleva al calentamiento de la Tierra

5 de diciembre de 2019, 3:00 AM
5 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Más contaminación y emisión de gases de efecto invernadero están provocando más catástrofes climáticas, mientras los líderes de la cumbre COP25 reunidos en España claman por mayor presión ciudadana para evitar una crisis global irreversible.

El récord de emisiones de CO2 en la atmósfera en 2019 que aumentarán el 0,6 % respecto al año pasado, según un prestigioso informe científico publicado ayer, dificultará aún más la lucha contra la crisis climática y el logro de los objetivos decididos por los países en el Acuerdo de París. Unos 37.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) fueron emitidos a la atmósfera.

Así lo aseguró Glen Peters, director del centro de investigación Cicero, en Oslo, en representación de la organización científica internacional Global Carbon Project, que publicó ayer su último informe anual de previsiones sobre emisiones de dióxido de carbono, cuyas conclusiones han sido debatidas en la Cumbre del Clima en Madrid.

Aunque en 2017 las emisiones de dióxido de carbono crecieron un 1,5 %, y en 2018, un 2,1 %, el nuevo dato en 2019 confirma un menor aumento, pero la noticia “no es alentadora”, dado que se sigue en la dirección equivocada para avanzar en los objetivos de mitigación de la crisis climática, según Peters.

Para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París que se aplicará a partir de 2020 y que exigirá compromisos más ambiciosos para mantener el incremento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados, preferiblemente en un máximo de 1,5 grados y evitar daños muy severos, habría que reducir al menos un 7 por ciento cada año las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según los científicos.

El estudio de esta asociación, que involucra a numerosas organizaciones científicas de diversos países, ha sido publicado en Nature Climate Change, Earth System Science Data y Environmental Research Letters, y confirma que el aumento de emisiones de CO2 previsto en 2019 se deberá principalmente al fuerte incremento del uso de gas natural y petróleo, mientras que el consumo de carbón se ha reducido.

De acuerdo con el informe de Global Carbon Project, que elabora desde 2006 informes anuales sobre las emisiones de dióxido de carbono, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos son las regiones con una mayor contribución en 2019 a la reducción de las emisiones procedentes de la combustión de carbón.

En el caso de China y la India las emisiones siguen creciendo, aunque más lentamente que otros años, en parte por la ralentización del crecimiento económico.

En la Unión Europea, sus emisiones se están reduciendo año tras año y la previsión es que en 2019 se mantenga la tendencia.

Peters expresó su confianza en que pueda alcanzarse un punto de inflexión en las emisiones en línea con los objetivos del Acuerdo de París, pero no tiene tan claro que, en el caso de llegarse a un pico, se pasaría a una drástica reducción de los gases o se mantendría una tendencia de subidas y bajadas en ciertos umbrales.

Preguntado por el consumo del gas natural como alternativa en el camino hacia la descarbonización de las economías, el experto dijo que esa no es la solución definitiva, sino en todo caso de transición, porque sus emisiones también contaminan, aunque por supuesto menos que la combustión del carbón. “El gas natural solo puede ser una solución a corto plazo”, subrayó.

En cuanto a los niveles de concentración de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero cuyos niveles alcanzaron cifras récord en 2018 con un promedio de 407,4 partes por millón (ppm) en 2018, las previsiones de los científicos para 2019 apuntan a que seguirán creciendo hasta unas 410 partes por millón.

Esos valores eran los de hace unos tres millones de años cuando el nivel del mar era veinte metros más alto y la temperatura del planeta dos o tres grados más cálida, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Noviembre, el más cálido

El mes pasado fue uno de los tres noviembres más cálidos jamás registrados, convirtiéndose en el sexto mes consecutivo que marca o roza un récord de este tipo, anunció ayer el servicio europeo Copernicus.

Las temperaturas mundiales fueron 0,64 ºC más elevadas que el promedio de un mes de noviembre para el periodo de referencia 1981-2010, según un comunicado de este servicio sobre cambio climático.

Así noviembre de 2019 se convirtió en uno de los tres más cálidos, junto a los de 2015 y 2016.

La mayoría de zonas en el mundo registraron temperaturas superiores a la media, excepto parte del este de Estados Unidos, Canadá y una región que cubre desde Siberia hasta la costa iraní, según Copernicus. 2019 se inscribirá entre los tres años más calurosos jamás registrados desde 1850 y culminará una década de “un calor excepcional”, anunció la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Más catástrofes climáticas

Japón, Filipinas y Alemania encabezaron la lista de los países más golpeados el año pasado por fenómenos meteorológicos intensificados por el cambio climático, según un informe publicado ayer, que muestra que ningún país, rico o pobre, está a salvo.

Inundaciones por fuertes lluvias, mortíferas olas de calor y el peor tifón en un cuarto de siglo dejaron en 2018 en Japón centenares de muertos, miles de damnificados y más de 35.000 millones de dólares en daños, señaló el estudio de la oenegé Germanwatch.

El ciclón Manghut, el más potente del año, devastó Filipinas en septiembre, desplazó a un cuarto de millón de personas y provocó derrumbes mortales, según esta relación anual de riesgos climáticos.

De su lado, Alemania sufrió una prolongada ola de calor y sequía en verano, que dejó 1.250 muertes prematuras y pérdidas de 5.000 millones de dólares, principalmente en el sector agrícola.

La conclusión es que hasta las economías más desarrolladas se encuentran a merced de eventos meteorológicos exacerbados por el calentamiento global.

“La ciencia ha confirmado el nexo entre cambio climático, de un lado, y la frecuencia y severidad del clima extremo, por el otro”, afirmó la investigadora de Germanwatch, Laura Schafer.

“En Europa, por ejemplo, momentos de calor extremo son 100 veces más probables que hace un siglo”, señaló.

Por detrás de Japón, Filipinas y Alemania quedó la India, golpeada por temperaturas extremas e inundaciones en 2018, y Madagascar.

En estas últimas dos décadas han sido las regiones más pobres las que se han llevado la peor parte, según el informe, que toma en cuenta los eventos extremos pero no procesos más lentos como el aumento del nivel de los océanos.

Puerto Rico, Birmania y Haití fueron los países más afectados en los últimos veinte años, principalmente por ciclones que se han vuelto más violentos con el calentamiento de la superficie del agua y más destructivos por el incremento del nivel del mar.

Un solo ciclón, Nargis, provocó 140.000 muertes y destruyó las propiedades de 2,4 millones de personas en las costas birmanas en 2008.

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