Opinión

cara a cara

12 de diciembre de 2019, 3:00 AM
12 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Hay que investigar todas las muertes ocurridas durante la crisis política. Por supuesto que sí. Y la indagación debe ser transparente y objetiva. 

Ninguna vida es más valiosa que otra. El informe de la CIDH buscó información sobre lo que pasó en Cochabamba y en El Alto, pero los responsables de esa tarea no entrevistaron a otras víctimas, afectadas por grupos que decían ser defensores de Evo Morales o, si dialogaron con ellas no las incluyeron en su informe preliminar. 

Tampoco indagaron sobre la quema de más de 60 buses en La Paz (donde según la Fiscalía se utilizaron bombas molotov) ni sobre los disparos que mataron a dos personas en Montero. 

Habría que preguntarles si consideran que en Bolivia hay ciudadanos de primera y de segunda o ¿por qué la omisión de su pesquisa? Cuando ocurrieron los enfrentamientos y muertes de Porvenir (Pando), Unasur envió a sus emisarios y ellos hicieron un informe que mostró un solo lado de la moneda, ¿será que se busca repetir esa experiencia? Es vital investigar a fondo y con imparcialidad. No debe manosearse de esa manera el dolor de las familias de los muertos ni la fe de los bolivianos. La vida y la paz de un país trasciende las cuestiones ideológicas.

La entrada del Gran Poder es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. No es para menos, se trata de una muestra del folclore boliviano, que mueve mucho turismo y que concentra el trabajo de miles de artesanos, músicos y bailarines. ¡Enhorabuena por la decisión de la Unesco!



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