El Gobierno pidió al organismo internacional ampliar su investigación y evaluar también los hechos, procesos y factores causales del conflicto

12 de diciembre de 2019, 19:47 PM
12 de diciembre de 2019, 19:47 PM

Luego de presentar un primer informe sobre los hechos de violencia ocurridos tras el proceso electoral del pasado 20 de octubre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Gobierno acordaron realizar otro documento más amplió sobre los sucesos que dejaron un saldo de 35 muertos y 832 heridos. El estudio abarcará los acontecimientos registrados entre septiembre y diciembre de 2019.

En su primer informe la CIDH califica como "masacre" las muertes por disparos de al menos 18 civiles durante operativos militares y policiales en noviembre. Se mencionan también "ejecuciones extrajudiciales", entre otras posibles violaciones de derechos humanos. El organismo baso su investigación en testimonios recabados en los municipios de Sacaba (Cochabamba) y El Alto (La Paz).

Sin embargo, el Gobierno de Jeanine Añez calificó el documento de la CIDH como sesgado y lleno de imprecisiones, por lo que el ejecutivo invitó a la organización a realizar un nuevo relevamiento de datos en otras ciudades donde también se registraron protestas.

Para este segundo informe ambos actores acordaron constituir un grupo independiente de expertos internacionales en derechos humanos, integrado por cuatro personas que serán designadas por la CIDH, con la finalidad de apoyar y coadyuvar las acciones iniciadas por el Gobierno de Bolivia, que contará con un equipo técnico propio.

El acuerdo quedó plasmado en un documento, firmado por el Gobierno y la CIDH.

"Se trata de una visita que tiene el objetivo de ampliar el marco temporal de verificación de la situación de los derechos humanos en el país, incluyendo en su análisis hechos, procesos y factores causales de todo el conflicto", dijo la canciller de Bolivia Karen Longaric.

El actual Gobierno pidió a la CIDH no solo analizar la violencia durante octubre y noviembre, sino en un contexto más amplio.

Desde los fallidos comicios del pasado 20 de octubre, Bolivia vivió una de las crisis más graves de su historia reciente, con episodios de violencia que dejaron al menos 35 muertos y 832 heridos según datos de la Defensoría del Pueblo.

La violencia comenzó al día siguiente de los comicios, cuando Evo Morales se autoproclamó vencedor de las elecciones para ejercer un cuarto mandato consecutivo como presidente de Bolivia, a pesar de las denuncias de fraude.

Un informe de la OEA presentado el 10 de noviembre advirtió graves irregularidades en las elecciones. Ese día Evo Morales anunció su renuncia y denunció un golpe de Estado para derrocarlo.

El país quedó sumido en el caos, con un vacío de poder hasta que dos días después la entonces senadora opositora Jeanine Áñez asumió como presidente 'transitoria' hasta la celebración de nuevos comicios.

Ley de Régimen Excepcional y Transitorio anuló las pasadas elecciones para iniciar el proceso hacia una nueva cita electoral a comienzos de 2020; sin embargo, aún no existe fecha para los comicios.

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