Un tuit de la activista cayó mal a la ferroviaria alemana Deutsche Bahn porque en su imagen que publicó se la ve sentada en el piso del tren. La empresa informó que la joven tenía un asiento en primera clase. Greta, fiel a su estilo frontal, le respondió y políticos alemanes también se pronunciaron

El Deber logo
16 de diciembre de 2019, 8:39 AM
16 de diciembre de 2019, 8:39 AM

El revuelo causado por una foto de la activista por el clima Greta Thunberg a su paso por Alemania, sentada en el suelo de un tren abarrotado, saltó de las redes sociales al mundo de la política en lo que es ya su tercer día consecutivo.

El tuit con la foto polémica de Thunberg:

Tanto las redes sociales y los medios de comunicación se hizo un amplio eco del encontronazo entre la activista y la Deutsche Bahn, entre otros motivos porque las quejas sobre el mal funcionamiento de los ferrocarriles son un tema recurrente en Alemania.

De acuerdo con EFE, a los elevados precios del servicio de trenes hay que sumar los habituales retrasos y los incidentes técnicos, que producen frecuentes cancelaciones. Sin embargo, en consonancia con el paquete de medidas por el clima recientemente aprobado por el Gobierno alemán, la Deutsche Bahn pretende invertir más de 12.000 millones de dólares hasta 2016 en la compra de nuevos trenes y en la implementación de nuevos trayectos.

La foto de la discordia 

La controversia comenzó este sábado, cuando la joven, de camino a Suecia y procedente de la Cumbre del Clima de Madrid, tuiteó una foto que la mostraba sentada en el suelo y rodeada de maletas, una imagen familiar para muchos usuarios del ferrocarril alemán.

Desde la cuenta de Twitter de Deutsche Bahn, le desearon un buen viaje y apuntaron que el consorcio sigue esforzándose por poner más asientos y trayectos a disposición de sus pasajeros. Sin embargo, ese mensaje fue borrado, para ser sustituido el sábado por otro en los que la compañía de ferrocarriles dejaron mal parada a Thunberg al no informar del trato amistoso y competente que recibió en su asiento de primera clase.

Poco después, la activista aclaró en su tuit el equívoco: su tren original, que debía ir directo de Basilea a Hamburgo, fue cancelado, por lo que tuvo que hacer varios transbordos hasta alcanzar Gotinga, donde sí que obtuvo un asiento.

A partir de la ciudad de Kassel viajó en primera, sin que la joven especificase si era porque su billete original pertenecía a esa clase, o si la Deutsche Bahn había reacomodado a algunos pasajeros allí a falta de asientos en segunda. 

"Por supuesto que esto no es un problema y nunca he dicho que lo fuera. Los trenes abarrotados son una buena señal, porque significa que la demanda de los viajes en tren es elevada," explicó Thunberg, que según medios alemanes viajaba acompañada de su padre.

La cuenta de Deutsche Bahn no volvió a contestar, pero acumula cientos de comentarios que le afean la difusión de informaciones personales de la pasajera y critican la oportunidad perdida para aprovechar el viaje de la activista para su campaña comunicativa. 

Políticos alemanes se pronunciaron sobre la polémica

"Como decía mi abuela, a los santos y los hipócritas les separa muy poco," escribió en Twitter Thomas Bareiß, político conservador de la Unión Democristiana y secretario de estado parlamentario del Ministerio de Economía y Energía, realizando un juego de palabras en alemán.

Otros, como el primer ministro del estado federado de Turingia, Bodo Ramelow, salieron en defensa de la activista, preguntándose si la Deutsche Bahn -la empresa que gestiona los ferrocarriles alemanes- hubiera reaccionado igual si se hubiera tratado de otro cliente.

 "¿Van a publicar ahora sobre todos los pasajeros o solo sobre esta joven? ¿Y por qué tutean ahora a sus pasajeros?" demandó el político del partido izquierdista Die Linke.

Tags