Existen cuatro bloques que buscan salvar al MAS. El ala radical, el movimiento indigenista, el bloque conciliador y los intelectuales. Todos responden a la voz de Morales, pero es el grupo radical el que tiene más contacto con el expresidente

22 de diciembre de 2019, 3:00 AM
22 de diciembre de 2019, 3:00 AM

En el Movimiento Al Socialismo (MAS) hacen todo lo posible para no hacer visibles las grietas internas. Los actores del partido de Evo Morales intentan mostrar unidad, pero las diferencias son evidentes. Son cuatro las corrientes que intentan levantar a la organización que hasta octubre parecía compacto, pero la búsqueda de diferentes objetivos hace que sea difícil ese relanzamiento con miras a las nuevas elecciones. Lo único que quedó intacto es el liderazgo del exmandatario, que al final tendrá la última palabra.

Son cuatro alas que intentan despegar al MAS. La conciliadora, que está en la Asamblea Legislativa; la radical, que tiene su epicentro en algunos sectores sociales; la indigenista, que es liderada por organizaciones campesinas e indígenas; y la intelectual, que es la más afectada luego del conflicto que dejó el fraude en las elecciones del 20 de octubre.

La presidenta del Senado, Eva Copa, solo busca la conciliación en el país. Perdió el contacto con Evo Morales y la coordinación con los sectores sociales. Incluso, los cocaleros de Chapare pidieron su renuncia. Ella dice que no se aferra al cargo y que dejará la política cuando acabe su mandato.

Copa señala que en la bancada del MAS en el Senado se busca la concertación, aunque admite que hay visiones diferentes que dañan la estructura del MAS. Una de las diferencias la tuvo con su colega Adriana Salvatierra. “No puedo decir que somos una bancada unida, somos heterogéneos, con distintos pensamientos y también de diferentes sectores, pero las personas que dieron la cara por el partido eran aquellas que estaban calladas estos cuatro años, y son los que están dando luces para salir de esa crisis institucional”, destaca.

En ese grupo conciliador emergieron legisladores como Omar Aguilar y Efraín Chambi, este último jefe de bancada del MAS en el Senado. A este bloque se sumaron Pedro Montes, Milton Barón, Cupertino Mamani, Ciro Zabala, Erwin Rivero, Sergio Choque, Lineth Gómez y Concepción Ortiz.

“Esta bancada del MAS se encuentra unida en función a las responsabilidades constitucionales que tenemos en la recta final de nuestra gestión. No hay ni alas ni mucho menos fracciones dentro de la bancada”, señala Chambi.

En el ala radical aparecen legisladores como Adriana Salvatierra, Sonia Brito, Betty Yañíquez y dirigentes sindicales, sobre todo de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, que reúne a los cocaleros de Chapare.

En un ampliado, esta organización pidió el alejamiento de Eva Copa y sugirió que Pedro Montes asuma como presidente del Senado. Además, propusieron que el vicepresidente de ese sector, Andrónico Rodríguez, sea el candidato presidencial del MAS.

En este bloque radical aparecen también candidatos en las pasadas elecciones como Rocío Molina, Cecilia Urquieta y exautoridades como Amanda Dávila, Diego Pary, Juan Ramón Quintana, Javier Zavaleta, Wilma Alanoca, Alfredo Rada y Hugo Moldiz. También se suma a este grupo Raúl García Linera, hermano del exvicepresidente Álvaro García.

El diputado Javier Quispe, que representa a la ciudad de El Alto, ve a este grupo como al entorno de Evo Morales que “perjudicó” la gestión del mandatario indígena y no duda en afirmar que es el ala radical del partido.

El ala dura

“Algunos que fueron ministros de Estado lamentablemente han orientado mal algunos aspectos del trabajo a nuestro hermano Evo Morales. Eso la población también sabe. El compañero Alfredo Rada, Juan Ramón Quintana y, por otro lado, Carlos Romero, fueron esa ala radical que perjudicó el proceso de cambio y que ahora también tienen su participación”, detalla Quispe.

En esa línea también está el diputado Basilio Velásquez, que representa al Chaco chuquisaqueño. El legislador culpa a ese “entorno radical” de provocar la crisis política-social en el país luego del 20 de octubre y de bloquear a los sectores sociales del exmandatario, incluso en la actualidad.

“Ese era el entorno del expresidente Evo. Yo he visto muy de cerca la situación cómo lo alababan, le hacían creer que era un dios, que era el tal y el cual, que no había problemas, que todo está bien y si decían lo contrario es porque esa persona estaba enferma o demente. Y no aceptaban la autocrítica. Ese entorno, que es el radical dentro del MAS, conseguía lo que quería a como dé lugar por las buenas o por las malas”, recalca el diputado Velásquez.

En el estadio de Shinahota, una localidad del trópico de Cochabamba, la gente llena todo el espacio. La fiesta es sin Evo Morales, pero a favor de él. Los cocaleros son parte del bloque radical. No aceptan otro partido en su región que no sea el MAS y, por ahora, tampoco avalan el regreso de la Policía ni de las Fuerzas Armadas.

Leonardo Loza es dirigente cocalero del municipio de Chimoré. Está seguro de que el MAS volverá al poder en 2020 y que uno de sus candidatos será Andrónico Rodríguez. No ve al sector cocalero como un bloque radical, pero dice que es “agradecido” con el denominado proceso de cambio por la “transformación” que logró Bolivia en los últimos 14 años.

“No somos un grupo terrorista, un grupo narcoterrorista, como dice el señor Arturo Murillo. Él nos conoce y no sé por qué nos tilda así. Conoce a los dirigentes porque tiene su hotel en Villa Tunari y sabe cómo somos acá de organizados. La tradición dice que el trópico es una zona antineoliberal y, por lo tanto, es cien por cien masista”, afirma Loza.

Otro bastión del MAS es la ciudad de El Alto. El partido de Evo Morales recuperó esa zona electoral con el último conflicto. Los dirigentes no son del ala radical, pero dicen que “luchan” por lograr sus ideales y objetivos. Freddy Quispe es dirigente del distrito 8 y admite que en la época de conflictos protestaron por la clase política, incluido contra Evo Morales. Pero ahora -dice- la situación cambió y la idea es apoyar al instrumento político.

En esta ciudad se aglutina el bloque indigenista del MAS. Fue en El Alto que se proclamó al excanciller David Choquehuanca como presidenciable del MAS, aunque Evo Morales no lo tenga todavía en sus planes. En la urbe alteña, vecina de La Paz, radican muchos dirigentes del altiplano de La Paz e incluso los denominados Ponchos Rojos. El ejecutivo de la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de La Paz “Túpac Katari”, Justino Leyva, admite que en el departamento paceño está la base indianista del MAS y que se buscará que Choquehuanca sea parte del binomio masista en los próximos comicios de 2020.

“Tal vez los aimaras hemos sido relegados, pero ahora es el momento de un aimara para que lidere la agenda 20-25. Nuestra idea es lograr unidad en el instrumento político. Tenemos que levantarnos y saber aprender de nuestros errores. Eso es posible con diálogo y con reuniones. Debemos unirnos los campesinos, indígenas y obreros para levantar nuevamente al MAS”, remarca Leyva.

Choquehuanca asume el reto por el llamado del sector indigenista al interior del MAS. Sabe que tiene respaldo en el altiplano paceño y admite que este bloque será “primordial” para reconstruir lo que él llama el instrumento político. “No podemos seguir peleando, tenemos que aprender de esos días de luto y llanto y desaliento que ha vivido nuestro pueblo, tienen que ser lecciones para nuestro pueblo y no podemos seguir cometiendo los errores que nos han llevado a la polarización”, remarca la exautoridad, que hasta hace poco fue secretario general de la Alternativa Bolivariana Para Nuestros Pueblos de América (Alba), bloque regional de izquierda que el Gobierno de Jeanine Áñez decidió abandonar.

El bloque intelectual

El último bloque es el intelectual. Es el que está más derribado en el partido y que todavía tiene el liderazgo de Álvaro García Linera. Lo vinculan también con el ala radical y lo ven peleado con el movimiento indígena-campesino. Todavía tiene poder de decisión y su búnker está en la Vicepresidencia.

“Se ven derribados, pero todavía con toma de decisiones. No por nada Álvaro García Linera está al lado de Evo Morales. Estuvo con él en México y ahora en Argentina, entonces, ante la población se puede ver al bloque intelectual disminuido, pero tienen fuerte postura al interior del MAS”, explica una fuente interna.

El ala intelectual no comparte con la fracción indianista, lo que obliga una fricción entre García y Choquehuanca. Al medio siempre estuvo Evo Morales intentando calmar la pelea, pero siempre ganó el bloque del exvicepresidente, que también lo integran Héctor Arce, Juan Carlos Pinto, Luis Arce Catacora, Pablo Ramos y Claudia Peña.

Todos los bloques responden a la voz de Evo Morales, que fue nombrado jefe de campaña del partido. Por ahora están trabajando en la restructuración del MAS bajo coordinación con el exmandatario y buscan consenso de todos los sectores.

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