Actualmente utilizamos una gran cantidad de palabras sacadas de contexto o creadas de manera unilateral

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11 de enero de 2020, 16:37 PM
11 de enero de 2020, 16:37 PM

Mario E. Roca - Filólogo

Desde hace varios eclipses hemos convertido la lengua en una realidad independiente, al igual que lo es un perro o un limón. Aunque… si nos paramos un rato a pensar, esas ideas son reales o existen porque alguien en algún momento las vio, las creó, las escribió o dijo. Además de ello, podemos dar testimonio de que, efectivamente, ha ocurrido e incluso podemos grabarlo para mostrarlo después a otra persona.

Pero si alguien nos pidiera que hiciéramos algo parecido con el español en Bolivia nos encontraríamos en un laberinto debido a la cantidad de palabras sacadas de contexto o creadas de manera unilateral que es imposible entenderlas como unidad independiente que no precise intervención o explicación.

De esa manera, en los diarios y redes sociales se puede apreciar usos novedosos y, a veces, creativos de expresiones que, en ciertas ocasiones, resultan innecesarias o redundantes en su uso.

En esta nota expondremos los casos y se brindará un acercamiento a las razones lingüísticas de su formación.

Interín

En la jerga periodística tiene su nido esta palabra, que adaptaron de su forma original ínterin, que equivale a la expresión entretanto o también significa interinato. Sin embargo, en el mundo de los periodistas, ese mundo antes de la redacción, cuando se discuten y debaten los temas de la jornada, la expresión es usada para señalar un espacio de tiempo determinado en que ha sucedido algo.

La irrupción de esta expresión obedece a un proceso de metátesis en el que el acento pasa de un lado a otro para una pronunciación más relajada; así, simplificamos la articulación al dar el golpe de voz al final de la palabra (norma mayoritaria) y no al inicio. Además, la formación de interín parece estar relacionada con trajín y con ínterin.

Aperturar y todos los -ar

En español, a la hora de ‘verbificar’ un sustantivo o alguna expresión, solemos preferir los verbos de la primera conjugación porque generalmente son verbos regulares, que siguen un mismo patrón de conjugación y no generan el mar de dudas que podrían causar un verbo de segunda y tercera cuando nos encontramos con verbos irregulares o defectivos.

Bajo esa premisa, en prensa han emergido una serie de verbos de primera conjugación que han logrado remplazar expresiones por demás asentadas en nuestro sistema ortográfico y gramatical. El primer caso es el ya generalizado aperturar, que, en el campo financiero ha desplazado completamente a la forma abrir. Tal es el extremo de su uso, que, cuando vamos al banco a abrir una caja de ahorro, el oficial bancario nos corrige diciendo que “vamos a aperturar una cuenta”.

Otro campo en el que aperturar ha ganado terreno es en la política y los medios de comunicación, pues en cada elección para cargos políticos a la hora de dar inicio a la votación se habla de aperturar una mesa de sufragio y no así de abrir o iniciar.

Un brazo operativo de la RAE ha hecho un análisis a esta expresión y ha dado ciertas licencias para un uso en el ámbito financiero.

Lecturar

Ya que estamos en política, otra expresión que merece análisis es lecturar, pues está logrando desplazar a la forma leer. De repente, varios analistas políticos esnobistas a la hora de hacer sus análisis sociales prefieren hablar de “lecturar el campo político” y no así de hacer una lectura, menos de leer. Sin embargo, no hemos podido registrar en medios escritos ni de forma oral que hagan uso de las conjugaciones de este verbo; o sea, no hemos visto a personas hablar de ‘yo lecturo que…’, ‘ellos lecturarán con...’

Aún el verbo está en expansión y llevará tiempo para el asentamiento de sus formas conjugadas.

Direccionar

Por lo general, cuando se quiere dar un rumbo a algo o a alguien, se suele usar el verbo dirigir, pero como es un verbo de tercera conjugación nos hemos ahorrado la tarea y lo convertimos en verbo de primera gracias a la forma direccionar.

Ahora, direccionar se presenta como una alternativa de amplio uso que no ha necesitado demasiado tiempo para su convención entre los hablantes, pues el verbo en sí mismo es explícito y no se presenta rechazo de las personas al escucharlo o leerlo.

Por alguna razón la gente entiende que dirigir solo es aplicable a vehículos y no a objetos, de esa manera nace direccionar.

Liderizar

Si a muchos nos pareció curioso que lideresa sea la forma femenina de líder, más perplejos nos ha dejado el verbo liderizar que las redes y medios han empezado a emplear en sus redacciones para hacer referencia a grupos o personas que toman iniciativas políticas, sociales o culturales en favor de otros, pues ya existe un verbo para tal fin, liderar.

De la misma forma que lecturar, liderizar no está ofreciendo por ahora sus conjugaciones con los pronombres, se ha presentado como un mero verbo que reemplaza a liderar, aunque el diccionario de la RAE lo registre.

Aunque estos que mencionamos no aparecen en el diccionario, otros sí tienen una entrada y están asentados y consolidados, como agendar, recepcionar, etc.

Transitabilidad

Cuando se produce un corte de ruta o bloqueo de alguna carretera en el país es normal entender que el tránsito o la circulación de motorizados esté detenido o cortado; sin embargo, la institución que da estos reportes prefiere informar que la ‘transitabilidad’ está corta o que no existe transitabilidad hacia ciertos puntos del país. De esa manera, los medios han recogido la forma transitabilidad para referirse al tránsito de movilidades de un punto a otro.

La razón de este nuevo uso tiene origen en que la terminación –bilidad, al igual que el sufijo –dad, hace referencia a cualidades, es decir, nos habla de una característica que distingue o conforma la naturaleza de una entidad.

Nuevos aportes

La lengua arbitraria

Uno de los principios básicos de toda lengua es la economía de palabras. Mediante ella tenemos la capacidad de decir mucho con poco. Sin embargo, estamos dejando la economía de lado para agregar palabras que resultan innecesarias. 

Algo similar a lo que sucede con la corriente de lenguaje inclusivo o con la adopción de extranjerismos innecesarios, pues como una regla general se tiene que toda palabra que ingrese al español, ya sea desde fuera o desde dentro, debe entrar a suplir un vacío de significado que no pueda llenarse con un término de la propia lengua, pero estamos dejando de lado ese criterio para introducir palabras que no aportan nada en contenido o significado. La lengua es arbitraria y somos nosotros mismos quienes decidimos el camino que toma.

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