Carlos Romero es uno de los exministros que más tiempo permaneció en el gobierno del MAS, estuvo al mando de cuatro carteras de Estado. Después de ostentar el poder por más de una década pasó de procesador a procesado

14 de enero de 2020, 20:49 PM
14 de enero de 2020, 20:49 PM

De asesor de los pueblos indígenas del oriente boliviano, Carlos Romero se convirtió en el 'hombre fuerte' e imprescindible del expresidente Evo Morales y ahora, después de 13 años y nueves meses del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), en un procesado por supuesta corrupción. 

Cuando gobernaba con el líder indígena era resistido por los opositores al MAS, ahora también lo es en (un sector de) su partido, desde donde lo responsabilizan por el amotinamiento de la Policía -un hecho que fue clave para la renuncia y posterior huida de Morales del país- y por, supuestamente, filtrar información a sus opositores. 

Nacido el 23 de agosto de 1966, Carlos Romero estudió Derecho en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz), donde además inició su carrera política como dirigente universitario. Una vez terminados sus estudios se trasladó al oriente boliviano para trabajar en una ONG, el Cejis, que colaboraba a los indígenas de tierras bajas. 

Ahí fue cuando conoció a un Evo Morales en su rol de dirigente y fungió como su asesor. También lo fue cuando el líder cocalero se hizo con el mando de Bolivia, en enero de 2006, y continuó hasta su caída.

Era el gran solucionador de los conflictos que ponían contra la pared al gobierno de Morales. Su intervención con las organizaciones sociales, por ejemplo, fue clave en 2011 durante el 'gasolinazo', uno de los eventos que le significó al MAS una de sus mayores caídas en aprobación popular, del 70 al 32%, según un sondeo de Ipsos.

También fue el nexo entre el sector privado y el Gobierno. En diciembre de 2017 fue el articulador de una reunión que se llevó acabo en la terminal Presidencial del aeropuerto de Viru Viru. Ahí se tejieron acuerdos sobre el tema tierra, productividad, exportación, biotecnología e infraestructura portuaria.

También, en 2018, fue quien puso paños fríos a las semanas de conflicto de los médicos que la ministra de Salud, Ariana Campero, no pudo resolver. 

El trampolín al poder
“Yo no quería ingresar a la política, fueron los indígenas que me pidieron que los represente”, señaló Romero el pasado sábado en la Caja Nacional de Salud de La Paz, cubierto con una manta y en una silla de ruedas. Así, ya no era ni la sombra del único hombre que pudo controlar a la Policía (casi) hasta el final de la gestión de Morales.

Ese vínculo con los indígenas fue el trampolín para que Evo Morales le pida que le ayude a gobernar Bolivia. Así, en septiembre de 2008, lo posesionó como ministro de Desarrollo Rural y Tierras.

Con la aprobación de la nueva Constitución en 2009, era necesaria la creación del Ministerio de Autonomías y Romero, así como en el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, fue uno de los principales impulsores y primer ministro de estas carteras. Fue posesionado en febrero de ese año y estuvo al frente de Autonomías hasta junio de 2011.

En los ministerios de la Presidencia y de Gobierno

Aquejado por problemas de salud a causa de una diabetes, el 14 de junio del 2011 Óscar Coca presentó su carta de renuncia al Ministerio de la Presidencia, fue entonces cuando Evo Morales puso al frente de esta cartera al hombre que lo asesoró desde que era dirigente. 

En Presidencia estuvo medio año. El líder cocalero necesitaba una persona de confianza y de 'mano dura' en el Ministerio de Gobierno, por lo que en enero de 2012 le dio el mando a Romero

Por sus propias palabras es que se sabe que fue una decisión que lo tomó por sorpresa porque “no sabía eso de perseguir gente” y se lo dejó claro a Morales, pero pese a ello fue posesionado en el cargo. Sus actuaciones lograron el visto bueno y continuó al mando de este ministerio hasta junio de 2014, cuando tuvo que renunciar para habilitarse como candidato a senador por el MAS. Era la mejor carta de Evo para hacerle frente a sus opositores en Santa Cruz.

El lugar de Romero en el Ministerio de Gobierno fue ocupado por Hugo Moldiz, quien estuvo en este cargo solo cuatro meses y cuatro días. Se vio obligado a renunciar por la fuga del empresario peruano Martín Belaunde Lossio, acusado de pertenecer a una organización criminal de Perú.

Las duras críticas contra el Gobierno por la fuga de Belaunde obligaron a Morales a dar un golpe de timón, que significó el retorno de Romero, en mayo del 2015, y permaneció al frente hasta la renuncia de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia, para huir a México. 

De procesador a procesado

El último año de la primera década del siglo XXI ha comenzado con nubarrones en el horizonte del hombre que se convirtió en el imprescindible del primer presidente de indígena de Bolivia. La semana pasada acaparó los titulares de la prensa porque algunos dirigentes del MAS lo tildaron de 'judas' y el mismo Romero reconoció que en el interior de este partido lo responsabilizan por la caída de Evo Morales, porque no pudo prever ni desactivar el amotinamiento de la Policía que, finalmente, fue clave para la salida del MAS del gobierno.

Fuera del poder, Carlos Romero debe enfrentar diferentes procesos. El pasado viernes fue citado a declarar por las irregularidades en la Unidad Ejecutora de Lucha Integral Contra el Narcotráfico (Uelicn) y ayer (lunes), debía presentarse en la Fiscalía de Santa Cruz para responder por un proceso instaurado en su contra por conducta antieconómica en el caso de supuesto terrorismo. 

Hoy, a las 15:09, fue detenido cuando salía de la clínica de la Caja Petrolera de Salud, donde estuvo internado tres días. 

Así -y después de 10 años y dos meses de gobernar junto a Evo- pasó de acusador (en su calidad de ministro) a acusado y la noche de este martes, será la primera que pasará tras las rejas de una celda judicial.