Patrulla canina. Siete cachorros y un niño muestran sus aventuras en Paw Patrol, la exitosa producción animada que, además de entretener, deja lecciones de vida a los pequeños seguidores de todas las temporadas. ¿Por qué tiene tantos seguidores?, aquí te lo contamos

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19 de enero de 2020, 3:00 AM
19 de enero de 2020, 3:00 AM

Silvana Vincenti - EL DEBER

ientras que algunos, cuando piensan en una mascota en manos de un niño, visualizan un pequeño ser humano jalando la cola o las orejas de un perro, en Paw Patrol la historia es otra. Podría ser el sueño dorado de cualquier canino.

La serie animada, transmitida por Nickelodeon y también disponible en Netflix, muestra una tierna forma de relacionamiento infanto-animal que, según expertos, podría ser de uso pedagógico para niños por encima de los tres años, aunque algunos, como el hijo de Roxana Del Río, son la excepción a la regla; Manuelito Saavedra, de dos años, ya es un verdadero admirador.

“El concepto de Paw Patrol resulta muy interesante y positivo debido a que, al portar cada cachorro con su propia personalidad, fortalezas, miedos y habilidades al grupo, se enfatiza el valor de la diversidad, la tolerancia, el trabajo en equipo y el amor por su ciudad”, argumenta Claudia Gabela, formadora de párvulos (niños de 0 a 6 años), sobre la relevancia de programas de este tipo.

José María Parada, padre de Franco Parada Valenzuela, de cuatro años, se conoce todos los personajes y también sus astucias. “A Franco le gustan todos los perritos, pero se identifica más con Chase y Ryder, hasta yo me sé los nombres (ríe). A mi hijo le llama la atención la lucha contra el mal, la ayuda que realizan los perritos cuando la gente lo necesita, eso es algo que yo veo que los personajes se toman muy en serio. Cuando el niño (Ryder) convoca a los cachorros a una misión, siempre están dispuestos a ayudar, hay mucho trabajo en equipo”, cuenta Parada.

Él dice que, junto a su esposa Viviana Valenzuela, siempre han buscado programas educativos y que en Paw Patrol encontró la respuesta. “Enseña mucho sobre la empatía, la ayuda al prójimo, el trabajo en equipo y el cariño a los animales, por ejemplo, cada vez que ve a un dálmata en la calle, me dice: ‘Mirá papá es Marshall’. Además, miramos la serie juntos y él, desde que tiene dos años y medio, ya nos pedía Paw Patrol, hasta a mí empezó a gustarme (risas)”, agrega otro de los seguidores, esta vez adulto.

Emiliano Flores, de dos años y nueve meses, hijo de Shirley Herbas, también se suma a la lista de fans. “Hace tres meses que empezó a ver Paw Patrol y lo disfruto porque veo que le enseña a compartir con sus compañeros de la guardería, además, se nota que le gustan los cachorros”, dice Shirley.

Claudia Gabela también destaca las peculiaridades del personaje humano de la serie, Ryder, que según la experta en estimulación temprana de párvulos, presenta rasgos distintivos del ‘buen liderazgo’. “Tiene una alta capacidad de comunicación, carisma y una notable inteligencia emocional para guiar a su equipo. Cada personaje que refleja con transparencia sus fortalezas y debilidades deja en claro que, con todo ello, es una pieza clave para salvar a la ciudad en cada misión”, añade.

Al realizar un análisis de la pintoresca serie, Gabela no solo cree que esta promueve el pensamiento planificado para resolver problemas, sino también valores palpables, como el respeto a los animales, a la ecología y a la igualdad.

Gabela cree que Paw Patrol es una serie dirigida para niños y niñas a partir de los tres años, ya que están en una etapa evolutiva preoperacional en la que su imaginación se encarga de estructurar las cosas. “Consumir este tipo de producciones los llevará a ser más imaginativos con su juego y entender de gran manera la trama de la serie. Sin embargo, es importante recalcar que el tiempo que los niños permanezcan viendo televisión debe ser de un mínimo diario”, recomendó.

Gabela dice que, si bien en sus sesiones de estimulación temprana actualmente no usan dibujos animados como parte del ‘repertorio’, de maneras distintas promueven los mismos valores, aunque desde otro enfoque.

Versión juguetes

Como parte del merchandising de Paw Patrol, Nickelodeon tiene juguetes de la serie en diversas formas que podría trascender la superficialidad de las estrategias de marketing.

“El tacto logra estímulos en nuestro cerebro que no pueden ser reemplazados por la vista. Gracias al contacto, durante el juego, nuestros niños consiguen con mayor facilidad tomar roles según el personaje con el que se sientan más identificados. En una realidad cada vez más digital, dejar de lado las pantallas y volver a los juegos ‘en la vida real’, es algo casi revolucionario”, asegura Gabela, que trabaja la estimulación temprana en el Centro Hands Learning.

Y aunque hay edades recomendadas para este tipo de juegos, no siempre son reglas irrefutables. “A mi bebé de dos años, Manuelito, le gusta Paw Patrol porque a su primito le encanta. 

Le enseñó los perritos y a mi hijo le encantan los animales. Una de las cosas que más gusta de esta serie animada es que se incentiva el cariño y el respeto a los animalitos. Además, enseña cómo trabajar con ellos para ayudar, como por ejemplo los perritos de la Policía, de los bomberos. 

Otra de las cosas que se puede aprender es que siempre hay oportunidad para ayudar al prójimo. Crea mucha sensibilidad al jugar con animalitos que tienen nombre, personajes específicos, tal como son las mascotitas en la casa”, dice Roxana del Río.

 Patrulla canina.  Zuma, Rubble, Everest, Chase, Marshall, Rocky y Skye son los

protagonistas de la serie, además del personaje humano, Ryder.

Juguetes. Nickelodeon pone el sello a las piezas lúdicas de esta serie animada



Pequeño fan. Franco Parada Valenzuela, de cuatro años, no se pierde un
solo capítulo de Paw Patrol, ni promoción que involucre a sus personajes .


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