Opinión

cara a cara

17 de enero de 2020, 3:00 AM
17 de enero de 2020, 3:00 AM

_La misión de pasar la posta democrática parece quedar en un segundo plano para el Gobierno de transición, ahora que sus ministros no se dan abasto en el destape de irregularidades y supuestos delitos cometidos por los anteriores gobernantes. 

Demandar por sedición a los exministros bocones estaba cantado, pero ahora resulta que ni las cacareadas nacionalizaciones habían sido tales: Entel, Yacimientos, Sabsa… ¡son empresas privadas!, por lo que a sus exejecutivos no se los puede procesar en calidad de funcionarios públicos. Además, se viene la Ley de Inmunidad, recientemente sancionada por el rodillo masista. 

Sobran razones para pedir rendición de cuentas, pero quizá esta sea tarea del próximo Gobierno. Que las confrontaciones no nos hagan perder el rumbo hacia las elecciones.

_La transición también implicaba que el Gobierno actual no se iba a complicar demasiado haciendo ajustes de fondo, sobre todo en materia económica. Vale decir que quien gane las próximas elecciones tendrá la enorme responsabilidad de aplicar medidas necesarias, aunque impopulares. Otro aspecto que no ha merecido mayor atención en la presente coyuntura es la institucionalización de los cargos públicos. 

Las acefalías producidas por desbande o por purga están siendo ocupadas por personas allegadas a las autoridades de turno, como principal criterio de selección, según parece. Otra tarea pendiente para los que vendrán: incorporar la meritocracia como factor indispensable para consolidar la institucionalidad.



Tags