El partido de Evo Morales tiene entre un 20% y 25% de voto duro. Cuida ese electorado con el objetivo de recuperar a la clase media. Los adversarios del MAS quieren llegar a los descontentos por el fraude

19 de enero de 2020, 3:00 AM
19 de enero de 2020, 3:00 AM

Es posible considerar que el Movimiento Al Socialismo (MAS) no llegará a esa cúspide de votación a la que estaba acostumbrado desde 2005. Siempre pasó el 50% del total de los sufragios, aunque en las justas de 2019, que fueron anuladas, le faltó dos puntos para pasar esa mitad del electorado.

Ahora, el partido de Evo Morales se enfrenta la contienda más difícil de su historia: sin Evo, con mucha resistencia social y con muchos disconformes en sus bases por el fraude que provocó una movilización ciudadana y la salida del exmandatario. Ese voto decepcionado es la meta de varios rivales del MAS, pero incluso es el objetivo del propio MAS.

La presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, admite que será difícil para el MAS “arrasar” en las elecciones del 3 de mayo como lo hizo en otros procesos electorales. Aun así, la legisladora que, al momento, no tiene relación con Evo Morales, ve un escenario positivo para que el masismo vuelva al poder y lo atribuye a los logros de los últimos 14 años. 

Otro de los factores –considera- es la dispersión del voto en los rivales de Evo Morales, que hasta la fecha llegan a seis: Jorge Quiroga, Luis Fernando Camacho, Carlos Mesa, Israel Rodríguez, Félix Patzi y Chi Hyun Chung. Todos están en proceso de reconstrucción para llegar a las justas del 3 de mayo.

“Fueron 14 años de estabilidad económica y social y será el pueblo boliviano el que ponga la gestión en la balanza. Pero creo que vamos a tener una muy buena representación (…) Evo siempre estará presente entre el pueblo indígena, campesino y las mujeres que gracias a él estamos dentro del Parlamento. Tenemos mucha gratitud hacia su persona y seguimos manteniendo nuestra posición ideológica, pero es importante lograr una renovación y buscar nuevos cuadros dentro del MAS”, destaca Copa.

Para el analista Marcelo Silva, el MAS mantiene un voto duro de un 20% del electorado. Pero aun así -dice- que no será fácil para el partido de Evo Morales lograr buena votación y considera que en este proceso lo más factible es que se llegue una inédita segunda vuelta electoral.

“Claro que estas elecciones serán diferentes a las del año pasado. Acá vemos dos factores. El primero, que Evo Morales está fuera de la carrera electoral después de 18 años, pero sigue siendo un líder y jefe de campaña del MAS, aunque por ahora buscando protagonismo desde Argentina. Un segundo factor es la dispersión del voto. Los que antes eran de oposición siguen cometiendo errores y no pueden unirse en una elección”, considera Silva.

Perfil propuesto

David Choquehuanca se perfila como una de las opciones electorales del MAS. Fue el primer canciller de Evo Morales y su relación con el exmandatario es estrecha. Admite que la realidad del MAS es compleja, pero dice que tiene más factores positivos que negativos.

“Todo esto fue un golpe duro para el instrumento, pero ahora está en nuestras manos la victoria. Si no se imponen candidatos habrá buenos resultados, ya que las bases no quieren más imposición”, remarca Choquehuanca.

Los seis rivales de Evo Morales van por separado, al menos hasta el momento. Comunidad Ciudadana (CC), alianza que perfila a Mesa, quiere una restructuración para encarar las elecciones. Saben que la situación no será fácil, debido a la dispersión del voto.

El vocero de CC en La Paz, Edwin Herrera, considera que el MAS “no está muerto”, pero sabe que hay votantes descontentos por “fraude electoral” y por la obligación de militancia, caso que pasó en funcionarios públicos.

“Las elecciones serán difíciles y por eso es necesario analizar la coyuntura. Soberanía y Libertad (Sol.bo) pidió una reestructuración de la alianza para evaluar estrategias y llegar a todo tipo de electores, muchos de ellos decepcionados del MAS”, dice Herrera.

La analista y socióloga María Teresa Zegada asegura que no hay posibilidad de reconfiguración de partidos políticos y la construcción de nuevos liderazgos para los comicios de 2020 por el factor del tiempo, aunque destaca la candidatura de Camacho y Marco Pumari como producto de la movilización post electoral.

“Se van a presentar las mismas siglas vigentes y una serie de liderazgos productos de la movilización social que todavía están intentando postularse por medio de la popularidad”, destaca la experta.

Apoyo de la calle

Pumari está consciente de que el proceso eleccionario será difícil. Dice que uno de los objetivos es llegar a la población que salió a las calles para pedir la renuncia de Evo Morales, pero también la idea es llegar al descontento que antes votaba por el MAS.

“Será una campaña difícil, con mucha guerra sucia. Nuestro objetivo es mantener ese apoyo de las calles, esa población que salió a las calles para parar con la dictadura. Pero también el MAS está destrozado ahora, algo que debemos aprovechar para de una vez terminar con ese partido político”, remarca Pumari.

Natalia Peres, politóloga especializada en temas electorales, considera que un primer punto para analizar es ver si las justas del 3 de mayo serán elecciones críticas o elecciones desviadas. Explica que las críticas suceden cuando cambian los resultados electorales y las bases de apoyo y la desviadas aquellas en la que se modifican resultados electorales, más no las bases de apoyo. “El 21-F fue una elección desviada porque Evo Morales continuó teniendo un caudal electoral. Estas elecciones si podrían llegar a ser elecciones críticas”, detalla.

Esa no es la postura de Renzo Abruzzese. El analista ve que el MAS se reinventa como un “ave Fénix” debido a que sus rivales no tienen estrategias de unidad. No ve posible que el voto descontento del MAS migre a Jorge Quiroga, por ejemplo, ya que en las bases masistas, de una mayoría que viene de sindicatos y sectores campesinos e indígenas, no aceptan a personajes político con pasado.

El MAS busca innovar y la tarea es lograr un binomio que aglutine a la clase media y los sectores populares. Sus rivales van dispersos, como siempre lo hicieron.

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