Ocurrió en marzo de 2018. La joven estaba con sus amigas festejando la obtención de un campeonato en un local, pero luego se quedó a cuidar a su tío en un alojamiento donde lo dejaron porque estaba ebrio

19 de enero de 2020, 3:00 AM
19 de enero de 2020, 3:00 AM

El tribunal de sentencia integrado por los jueces Carlos René Roca, Lily Salazar y Raúl Lizarazu, condenó a 30 años sin derecho a indulto al joven de 24 años Jesús Mole Bayá, al ser encontrado culpable de feminicidio contra su sobrina de 21 años, Helen Nicol Ruiz Mole, una muchacha que se destacaba por sus buenas notas en los estudios y por ser la mejor futbolista del equipo de su zona.

Esta sentencia se convierte en la primera de la gestión 2020 en Santa Cruz con la aplicación de la máxima pena que establece el Código Penal para este delito.

El caso encierra una dramática historia que involucra como autor del crimen a una persona del entorno familiar de la víctima.

“Este caso es uno de los que más nos conmovió, por la dura forma y sin piedad en que la joven con todo un futuro por adelante, fue victimada de la manera más cruel”, dijo el presidente del tribunal Carlos Roca.

La historia se remonta al domingo 18 de marzo de 2018. Nadie se imaginaba que ese día Helen Nicol perdería la vida de la forma más despiadada, a golpes de puño y patadas a manos de su tío.

Sucedió en un residencial de la zona de Villa Warnes. La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) y la Fiscalía, profundizaron las investigaciones y desentramaron la historia que empezó un día antes del crimen.

Era un sábado a mediodía cuando se jugó el partido final del campeonato de fútbol del barrio de la víctima y cientos de vecinos se concentraron a presenciar el encuentro. Ese día, la figura y jugadora estrella era Helen Nicol, que llevó a su equipo a la victoria y se coronaron campeonas.

Todas las jugadoras y algunos familiares se fueron festejar a un local público hasta que anocheció; cuando el festejo estaba en su punto álgido, llegó al lugar Jesús Mole Bayá, hermano de la mamá Helen Nicol.

Jesús se unió también al festejo pero, según las investigaciones en poco tiempo quedó dormido en la mesa, aparentemente ebrio, hasta perder el conocimiento. Sin embargo en las pesquisas la Policía no dudó en sospechar de que Jesús Mole fingió estar borracho.

Cerca a la medianoche, cuando la gente empezó a irse, Helen Nicol pidió ayuda a sus amigos para sacar del local a su tío Jesús.

Fue así que cargaron al sujeto, lo subieron un motorizado y lo llevan a un alojamiento por la zona de Villa Warnes.

Lo metieron en una habitación, lo echaron en la cama y se retiraron del alojamiento, pero Helen Nicol decidió quedarse a cuidar a su tío por el estado de embriaguez en que se encontraba.

Aunque sus amigos no estuvieron de acuerdo con la joven, no les quedó otra que retirarse y respetar la decisión.

Ya era la madrugada del domingo 18 de marzo.

La coartada

La mañana del domingo, los familiares de Helen Nicol empezaron a preocuparse porque ella no llegaba a su casa después del festejo de su equipo de fútbol.

Empezaron a llamar a sus compañeras de equipo y a sus amigos y estos quedaron sorprendidos. Todos los que habían estado hasta el final del festejo comentaron que la dejaron en un alojamiento con su tío porque ella decidió quedarse a cuidarlo.

Esto confundió a los familiares, porque el tío, Jesús Mole, también llamaba a los amigos de Helen Nicol para preguntarles del paradero de su sobrina.

La familia dio parte a la Policía y decidió trasladarse al alojamiento. Cuando entraron a la habitación donde habían dejado a Jesús, hallaron a Helen Nicol muerta, tirada en el piso y su cuerpo tapado con un colchón.

En ese momento, todas las interrogantes se dirigieron a su tío Jesús, quien se puso nervioso y empezó a contradecirse en sus explicaciones a los agentes, por lo que fue detenido.

Tras la autopsia de ley se llegó a establecer que Helen Nicol murió por traumatismos y por una hemorragia interna incontrolable.

La pericia forense determino que fue víctima de una brutal golpiza con golpes de puño y patadas hasta lesionar varios órganos vitales. Los forenses también establecieron signos de relaciones sexuales recientes.

 

La madre no puede perdonarlo
El juicio que se desarrolló a instancias de la fiscal Angélica Vallejos concluyó el anterior fin de semana en el tribunal encabezado por Carlos Roca. El acusado se negó a declarar y desde el inicio se acogió al silencio.

Sin embargo, en la última audiencia, cuando el juez Carlos Roca le dio la palabra, el acusado dijo que no recordaba nada de lo ocurrido ese día en el alojamiento y pidió disculpas a la familia.

Una de las pruebas que presentó la Fiscalía para que Jesús sea condenado no solo fueron las contradicciones del sujeto sino los signos de rasguños que se le detectaron en el cuello. Fueron pruebas contundentes para la Fiscalía de que la víctima trató de defenderse del agresor.

La madre de la joven, en sala, rompió en llanto y dijo que era difícil perdonar a su propio hermano y que éste debía pagar en la cárcel por semejante crimen.

Helen Nicol no solo era una brillante deportista de fútbol sino empezaba a estudiar en la universidad.

Su tío, que se convirtió en su verdugo, también estudiaba en la universidad.

Los informes y estudios realizados por profesionales en las investigaciones señalan que la joven siempre era perseguida por su tío a donde ella iba y ponía el pretexto de que era su sobrina y por eso cuidaba de ella, al extremo de hasta controlarla para que no tenga enamorado.



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