Opinión

Inadmisible extorsión y hierbas similares

19 de enero de 2020, 8:09 AM
19 de enero de 2020, 8:09 AM

Desde la caída de la dictadura de Evo Morales no hay día que no nos asombre con nuevas noticias acerca de múltiples corruptelas o actos ilegales. Y apenas estamos viendo la punta del iceberg, presumo que al profundizarse las investigaciones y mucha gente comience a perder el miedo de hablar -que por ahora aún inhibe- seguramente surgirán más trapos sucios.

El tema del canal de TV PAT se venía ventilando en voz baja desde hace tiempo pero siempre en forma cautelosa. Se sabía algo, pero no se sabia todo. Ahora, con las declaraciones del exgerente del canal, Sergio Weise y las del damnificado directo, el empresario Abdallah Daher, el panorama tiende a aclararse, no sin dejarnos con un sabor amargo ante tamaña iniquidad,  preguntándonos cuántas más ocurrencias como esta han tenido lugar durante
los largos 14 años, en los cuales un grupo político sin escrúpulos prácticamente copó el país bajo un disfraz populista de indigenismo y consignas demagógicas
con las que adormecía al pueblo, para dedicarse a enriquecerse sin límites, ya sea a costa del propio Estado o bajo maniobras tipo PAT. Ahora, con el retorno de la democracia, este tenebroso asunto verá la luz completa y el sufrido
empresario víctima -al que hasta lo amenazaron fraguando una denuncia contra su hijo- iniciará pronto un nuevo proceso: la batalla legal del legítimo propietario para recuperar sus derechos.


Casi tres lustros de autoritarismo y de haber tratado al país como rancho propio, harán que las cosas no se solucionen de un momento a otro, ya que además gran parte del Poder Judicial sigue en manos del MAS, pero confiamos
en que poco a poco se restablezca el estado de derecho y se haga justicia. Y esto va no solo para el caso Daher-PAT sino también para muchos otros que han sido a lo largo de años objeto de abusos de toda naturaleza, comenzando
con el infame caso terrorismo, que aún sigue dando vueltas por ahí en lugar de terminarse de una buena vez. Ahora, con la presidencia de Jeanine Áñez, asoma una luz de esperanza en materia de libertad de trabajo, libertad de
opinión y seguridad jurídica.

 Confío en que Abdallah Daher recupere lo que le corresponde y deseo fervientemente que nunca más en Bolivia vivamos experiencias como las que hemos sufrido hasta hace poco. Nuevos aires de
libertad soplan; felizmente, poco a poco, se irá develando el gran embuste que fue la mentira del “primer presidente indígena” y se comprobará cómo un régimen francamente delincuencial dilapidó recursos, intimidó personas y se apropió de empresas. El pueblo -que en su momento fue prácticamente hipnotizado por las imágenes idealistas que el tirano transmitía, pero sin hacerlas realidad- poco a poco también irá percibiendo la gran mentira pues por el pueblo poco o nada se hizo; solo hubo palabrerío hueco y muchas promesas.

Ha sido el fin de una vergonzosa era y así lo espero, aunque debemos admitir con preocupación la verdad del viejo dicho: “el ser humano es el único
animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Ojalá esta vez no sea así, deseamos con fervor que Bolivia reinicie el camino republicano de la
concordia con unidad nacional, dejando de lado racismos, divisionismos y las corruptelas que caracterizaron al régimen anterior.



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