La Asamblea aceptó la dimisión del exmandatario y la de su exvicepresidente. Dos asambleístas del MAS se increparon.

22 de enero de 2020, 3:00 AM
22 de enero de 2020, 3:00 AM

La lectura de las cartas de renuncia del expresidente Evo Morales y del exvicepresidente Álvaro García Linera, que fueron aceptadas por la Asamblea Legislativa, desnudaron diferencias profundas en el MAS.

La bancada del expartido hegemónico, especialmente en la Cámara Baja, está absolutamente fragmentada y ese hecho fue evidente ayer.

La Asamblea aprobó con los dos tercios del MAS la dispensación de trámite con la lectura de ambas misivas, en medio de los gritos del minoritario oficialismo, que exclamaba que leerlas y tratarlas era extemporáneo, porque los exmandatarios abandonaron el país.

Cuando el secretario Iván Aguilar leía la misiva del exmandatario, ingresó al hemiciclo y tomó su puesto el diputado por La Paz, Franklin Flores.

Se ubicó en su curul. Los gritos de los oficialistas pusieron nerviosa a la presidenta Eva Copa, quien inmediatamente pidió que los asambleístas que estén de acuerdo con la renuncia levanten la mano, aunque en el registro de audio y video que realizó EL DEBER casi ni se la escucha. Los diputados del MAS levantaron la mano.

En ese momento, Flores les hace un gesto para que las bajen, algunos de sus compañeros dudaron y le obedecieron.

La presidenta del Senado peguntó a Aguilar el resultado de la votación, y él respondió: “Se tiene la cantidad suficiente de votos para aceptar la renuncia del expresidente Evo Morales”.

En ese momento, el diputado Flores y otros asambleístas del MAS y de UD se acercaron a la testera, pero la presidenta Copa continuó con el procedimiento, y consideró la renuncia del exvicepresidente García Linera. Cuando pidió la verificación, el secretario señaló: “Existe la mayoría necasaria para la aceptación de la renuncia señora presidenta”.

En ambos casos, efectivamente se necesitaba solamente la mayoría simple. Todo esto sucedió en un lapso no mayor a 20 minutos.

Antes de la sesión, la diputada Betty Yañíquez, jefa de bancada, convocó a una reunión a diputados de su partido. La tensión era evidente. Algunos asambleístas del MAS entraban y salían, otros revisaban sus mensajes en el celular o deliberaban en grupos en el mismo hemiciclo. No había una línea definida, y alguno de ellos adelantó que primaría, en esa votación, “el criterio propio de cada senador y diputado”.

Cerca de la puerta de ingreso del edificio, el diputado Flores le reclamó al senador Aguilar: “Has contado mal, por qué no cuentas bien, verifica las cámaras, no ha habido los votos suficientes”, dijo.

El senador calificó de “manipulador” y “masista corrupto” al diputado, y luego le gritó: “Vas a pagar por la muerte de (Rodolfo) Illanes, ¿dónde estabas?”, mencionando al exviceministro, asesinado en medio del conflicto cooperativista en agosto de 2016. Remató con un “masista corrupto, por gente como vos estamos mal”.

El diputado Flores admitió que nada iba a cambiar, “pero definitivamente era una cuestión de honor”.

En La Paz, la dirigencia del MAS hizo conocer que se determinó que la senadora Adriana Salvatierra no será tomada en cuenta en las elecciones del 3 de mayo.



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