Si el expresidente Evo Morales no hubiera renunciado, la actual jefa de Estado no hubiera vuelto al Congreso. Su nombre no estaba en la lista de legisladores que postuló Demócratas en las elecciones de octubre. Hoy su partido quiere que sea candidata

22 de enero de 2020, 3:00 AM
22 de enero de 2020, 3:00 AM

Antes del 10 de noviembre el nombre de Jeanine Áñez, salvo en el ambiente de la Asamblea Legislativa, no era conocido por la población. La renuncia del expresidente, Evo Morales, luego de las fallidas elecciones del 20 de octubre, alteró el camino político de la actual mandataria a tal punto que es considerada, por su partido como la única que puede unir a la antigua oposición, pese a que no figuraba en la lista de aspirantes a asambleístas en el anterior proceso. El asumir el poder en un momento álgido y mantenerse firme hizo que su carrera política resurja y sea relevante, opacando incluso a los principales dirigentes de su organización; Rubén Costas, Ernesto Suárez y Óscar Ortiz.

Senadora por el departamento de Beni comenzó su carrera política entre 2006 y 2008, primero como constituyente. De ahí se encaminó hasta llegar a la Cámara Alta de la Asamblea, donde ocupó la segunda vicepresidencia. Ante el vacío de poder, generado por la renuncia masiva que hicieron la cúpula de la bancada masista, su llegada al sillón presidencial fue por sucesión, avalada por el Tribunal Constitucional. Así se convirtió en la segunda mujer en llegar a Palacio Quemado, después de Lidia Gueiler.

Según su propio testimonio, Áñez formaba parte de la masa descontenta con los resultados de las elecciones del 20 de octubre que dio como ganador, en medio de denuncias de fraude, a Morales. Era parte de un grupo de personas que instaló un punto de bloqueo con ‘pititas’ y llantas en Trinidad, cuando el expresidente dimitió en medio del caos social.

Este hecho, según el analista, José Luis Santistevan, fue el golpe de suerte que hizo que, la ahora jefa de Estado, pudiera demostrar que no era solo una legisladora más, opacada por la estructura caudillista de su partido Movimiento Demócrata Social.

“Llega con un golpe de suerte y demuestra que tiene capacidad para grandes retos. Eso no lo iba a tener en la democracia interna de su partido. En Demócratas hay caudillos. Está Rubén Costas y encima de él, Ernesto Suárez, y luego Óscar Ortiz, que no la iban a dejar ocupar ese cargo por mérito propio. Por eso era poco conocida en el país”, afirmó el analista.

Sin embargo, el vocero del Movimiento Demócrata Social, Vladimir Peña, rechazó esta postura, y aseguró que Áñez es miembro del Comité Ejecutivo de su partido. “Es fundadora de Demócratas y obviamente su cargo ha hecho que el país la conozca más”, dijo.

Peña sostuvo que el papel discreto de Áñez y de otros legisladores se debe a que la antigua estructura de Gobierno, opacaba el trabajo de los asambleístas opositores. Además negó que su partido sea caudillista porque su principal dirigente no es candidato. Es más, aseguró que en las próximas elecciones surgirán nuevos líderes.

Para Santistevan, que fue asambleísta departamental por Demócratas, ni Áñez ni su partido tuvieron un rol histórico en los 21 días de paro. Recordó que siempre estuvieron en el ojo de la tormenta porque se los acusó de ser funcionales al MAS.

“Su rol vital fue a partir del 10 y el martes 12 de noviembre, cuando asume con una firmeza única que debe tener una mujer”, dijo.

Gestión y aceptación

Para la exasambleista Jimena Costa la mayor virtud de Áñez fue haber tenido el coraje de asumir la presidencia en un periodo hostil. A diferencia de Santistevan, la exlegisladora dijo que su llegada al poder no es una casualidad, sino una sucesión Constitucional.

“Ella estaba asumiendo el cargo de segunda vicepresidenta del Senado. Entonces, no es suerte es institucionalidad”, dijo Costa.

La exlegisladora señaló que “dentro de lo que implica un Gobierno de sucesión, la presidenta lo ha hecho bien. Pueden existir observaciones, pero en general la economía está funcionando”.

Siguiendo su análisis, Costa sostuvo que el hecho de ser mujer jugó un rol muy importante para tener la aceptación popular.

“Representa a más de la mitad de la población”, señaló.

El analista financiero Jaime Dunn señaló que pese a recibir un Estado descabezado y una economía desordenanda, el Gobierno pudo hacer ajustes que han estabilizado la economía.

“Recibió un país con una economía que estaba desbordada. El déficit fiscal pudo llegar a los dos dígitos.Había un gasto sin control. Se prometieron muchas cosas, a todo el mundo, y eso causó un desorden muy grande”, dijo.

Recientemente, el ministro de Economía, José Luis Parada, informó que el déficit comercial para el 2019 se redujo en un 7%.

El politólogo Carlos Guzmán coincidió que la llegada de Áñez a la presidencia fue producto de un vacío de poder provocado por las renuncias de las autoridades constitucionales del MAS ante la ola de protesta contra el fraude electoral. Para Guzmán el mayor logro del Gobierno de transición fue la pacificación del país, en un momento en que algunos sectores convocaban incluso a una guerra civil.

Pero sostuvo que se cometieron excesos que derivaron en más de 30 muertos. “La pacificación se logró a tropiezos”, aseguró.

En este contexto, el experto dijo que Áñez, tuvo el tino político de poder negociar con el ala moderada del MAS, cuando el bloque radical perdía apoyo popular.

Empero sostiene que la pacificación es de cristal, que la presidenta “está sabiendo cuidar con sus virtudes y defectos”.

El politólogo dijo que ella cuenta con apoyo popular, y que su futuro político dependerá de las decisiones acertadas que tome. Dejó en claro que sería un error si se suma a la carrera presidencial, cuando hay otras fuerzas políticas con mucho mayor proyección como Camacho-Pumari y Mesa - Pedraza. “Ella tiene la oportunidad de salir como una de las presidentas más importantes de Bolivia, la que llevó a la pacificación. No puede ser juez y parte del proceso”, dijo.

El MAS ve excesos

Edgar Montaño, diputado por el MAS calificó de negativa la gestión de Áñez, por los más de 30 muertos en los disturbios sociales en Senkata y Sacaba. Además, observó la legalidad de su mandato. Sin embargo, explicó que eso deberán de aclararlo expertos constitucionalistas.

Pese a estar del bando opositor admitió que la actual presidenta tiene apoyo del sector de la clase media, y que si se postula puede tener un buen número de votantes. Pero dejo en claro que el binomio del MAS, Luis Arce - David Choquehuanca, recuperará ese espacio porque representan la integración del campo y de la ciudad.



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