Partido de locos, era matar o morir. La Verde ganaba por 2-0, se lo igualó el rival (2-2) y a los 93' estando para cualquiera, Saldías puso el 3-2 definitivo. La selección está más viva que nunca en el sub 23 de Colombia

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25 de enero de 2020, 21:32 PM
25 de enero de 2020, 21:32 PM

Era matar o morir, no había otra. Bolivia ganaba cómodamente (2-0), pero en dos minutos de descontrol, Uruguay lo igualó. A partir de ahí, desde el minuto 80', se vivió un duelo frenético, como pocas veces se dan entre dos selecciones. Y al final, cuando el reloj marcaba loso 93', Fernando Saldías puso el 3-2 merecido para una Bolivia que había sido valiente y que no merecía igualar.

La victoria no solo lo vuelve a poner en el mapa del torneo, sino que le permite romper una racha de 24 años sin ganar en un Preolímpico (la última vez fue por 4-1 a Paraguay en Tandil). Uruguay no es un rival cualquiera, pero su juego de velocidad y remates de larga distancia, fue neutralizado por una Bolivia que agrupó bien, que desbordó por las bandas y que luego liquidó.

Es para destacar la labor de Ronaldo Sánchez, un pulmón por izquierda y de Víctor Ábrego que no se amilanó ante los fornidos defensores charrúas. Moisés Villarroel fue un soldado en el medio junto a Bustamante y Roberto Fernández un atacante más cada vez que se soltó y pisó el área rival. A él le cometieron el penal para el 1-0 que marcó Villarroel a los 24' del encuentro.

Ese gol abrió la puerta de la ilusión, porque llegó justo cuando Uruguay presionaba a través de Waller, Ugarte y Rodríguez, originando exigencia plena en el arquero Rubén Cordano. Desde ese momento hasta el final del primer tiempo, la Verde se defendió con Bustamante y Villarroel multiplicándose en el medio y con Jairo Quintero cortando apoyado bien por José Carrasco.

Es más, pudo haber marcado el segundo a través de Henry Vaca, culminando un buen contragolpe a los 41', y con un tiro libre a los 46' que un defensor rival desvió.  En el complemento la selección arrancó bien, con llegadas de Ronaldo Sánchez (la figura del partido) y Fernández que se introdujo en el área grande tras burlar piernas recias que buscaban derribarlo.

Y a los 58' cuando menos se lo esperaba el rival, vino el segundo. Sánchez levantó un tiro de esquina y Ábrego, anticipándose a toda la defensa e incluso arrodillándose para girar la cabeza, puso el testarazo y marcó el 2-0 parcial. Uruguay estaba sorprendido, jamás se imaginó que la Verde llegara a marcar el segundo gol.

Desde un costado de la cancha César Farías exigía concentración, calma para retener la pelota, sin embargo, dos momentos de desconcentración, primero de Cordano y luego de la última línea, originaron el empate charrúa en dos minutos. Primero marcó José Luis Rodríguez (77') y luego Viñas (79'). Baldazos de agua fría para una selección que no merecía ese inesperado 2-2.

La recta final del encuentro fue frenética, de locos, como una pelea de boxeo (al mejor estilo de Rocky Balboa ante el ruso Drago) porque cualquiera lo podía ganar, solo bastaba temple, físico y obviamente ser finos al rematar. Lo pudo liquidar Arezo Martínez en el mano a mano que le tapó Cordano y después Reyes cuando Bueno salvó de la raya. Era ganar o perder.

Y cuando el partido moría, cuando se jugaba el minuto 93' del encuentro, vino el último contragolpe de la verde. Lo generó Vaca, lo siguió Miranda y cuando el balón parecía perderse, lo tomó Fernando Saldías y sacó un remate que volvió ronco a quienes miraban el partido. ¡Gooollll! retumbó en Armenia con el 3-2 que consiguió Bolivia. Merecido desde todo punto de vista.

Tras el pitazo final la celebración no se dejó esperar, no era para menos porque el triunfo era necesario para esta selección. El próximo rival es Brasil y aunque se pinta difícil, nadie le quita la ilusión a esta selección que dio un batacazo en un partido inolvidable.