Ante una lesión de vértebras de su esposa, José Rendón creó un aparato para que ella se ponga calcetines sin depender de otras personas

16 de febrero de 2020, 3:00 AM
16 de febrero de 2020, 3:00 AM

Tiene 82 años, estudió Electricidad Industrial, con especialización en Alemania. Buena parte de su vida innovó para el montaje de equipos industriales en Fancesa, donde trabajó por 40 años.

José Irineo Rendón nunca había inventado algo que fuera destinado a la salud, hasta hace dos años, cuando el amor por su esposa se lo exigió.

Ella, víctima de una dolencia en las vértebras y con 75 años, le pidió una solución que le permitiera ponerse las medias sin pedir ayuda a otras personas. Y José se puso manos a la obra.

Desarmó un termo y usó una charola en desuso; sus experimentos fueron adquiriendo forma. Mandó imágenes de sus trabajos al grupo familiar en WhatsApp y fue aplaudido, especialmente por dos sobrinos que viven en Buenos Aires, uno médico y el otro ingeniero en animación. La ovación de la parentela lo animó a iniciar el trámite de derechos de autor ante el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi), bajo el nombre de Pontemedias.

Su invento ya fue lanzado oficialmente en diciembre del año pasado, con el apoyo de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco). Ha vendido varios dispositivos en su natal Chuquisaca (reside en la capital del país) y ya tiene algunos pedidos en Santa Cruz. Vende cada aparato a precio promocional por ahora, Bs 500, que va acompañado con el video explicativo.

Amor creativo

“Fue un placer otorgar a mi esposa una solución a la dificultad que tenía. No depender de otra persona le da seguridad y autonomía, y con el invento por ninguna circunstancia se encontraría en apuros al no contar con alguien cerca”, sostiene José.

La situación de su esposa le dio mucho para pensar, “en los diferentes casos que quizás, por motivos distintos, no cuentan con ayuda suficiente, personas que se encuentran solas y a las que espero aliviar con este invento”, dice satisfecho y muy activo el octogenario inventor.

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