Sugieren que la Alcaldía se haga cargo de las restauraciones, iluminación en galerías y otras mejoras. El municipio analiza inversión mixta. Con cambios a la norma, se busca permitir mayor altura de edificios

El Deber logo
16 de febrero de 2020, 3:00 AM
16 de febrero de 2020, 3:00 AM

En el corazón de Santa Cruz de la Sierra hay 53 inmuebles que no tienen ninguna edificación, es decir, son lotes y algunos de estos se ocupan como parqueo. A esta cantidad se suman otros 400 espacios, entre tiendas e inmuebles, que están en venta o en alquiler. Estos datos reflejan un poco la crisis que atraviesa el centro citadino desde hace años y que cada vez se agudiza más. ‘Salvemos el centro’, es el principio común que comparten los especialistas y los vecinos de la zona.

No obstante, aún se busca el consenso en medio de un mar de propuestas. Por ejemplo, los arquitectos Jorge Alejandro Romero Pittari, Fernando Prado y Claudia Canido, y la gestora cultural Ejti Stih, sugieren que la Alcaldía cree un fondo para realizar diversas obras en esta zona.

Romero considera que la inversión debería estar impulsada por la Alcaldía, para que se hagan mejoras constantes y así volver a poner en valor el casco viejo. “Si al centro se lo mantiene limpio, con vigilancia y con una buena oferta culinaria, y no inundado por el comercio informal, muchas personas se animarían a frecuentarlo. Muchas de estas cosas son responsabilidad del municipio”, dijo.

A su vez, Prado indicó que se puede crear fondos gratuitos en su totalidad o de préstamos para los propietarios de las casonas catalogadas como patrimonio. Además, cree que se puede crear un impuesto voluntario para que los que quieran apoyen con diversas iniciativas en el centro citadino.

Lamenta que en la actualidad solo existan iniciativas aisladas, pues no hay mentalidad de planificación a largo plazo.

Por su parte, Canido puso dos ejemplos de mejora en los que la Alcaldía debería invertir con un fondo específico para el centro. Primero mencionó que se deberían mejorar las galerías, pues están en el espacio público y hay muchas que se están cayendo a pedazos, poniendo en riesgo la seguridad de los peatones.

La segunda propuesta es que la iluminación de las galerías esté a cargo de la comuna como parte del alumbrado público porque en la actualidad muchos vecinos optan por no encender estas luces ya que representa un gasto económico adicional. “Si la Alcaldía hace inversiones grandes para los gremiales y para el transporte, ¿por qué no invierte en el centro, que conserva la historia de la ciudad?”, expresó.

Stih considera que el Gobierno Municipal debe ser el principal guía e inversionista para la preservación del centro de la ciudad y también es a favor de que pueda expropiar viviendas y convertirlas en museo. “¿Por qué la Alcaldía no hace algo que nos ayude a buscar nuestra identidad como cruceños para que sea visible en el mundo?”, preguntó.

Sobre el tema, el secretario municipal de Planificación, Emiliano Cronenbold, explicó que no existe una repartición específica o un fondo para atender a los vecinos del casco viejo, sino que como Alcaldía se decidió que la acción sea de varias secretarías.

Co respecto a la refacción de las casonas indicó que se podría hablar de inversión pública-privada para conservar estos inmuebles o que, en casos específicos, dependiendo de la importancia del inmueble, el municipio podría expropiarlo.

Para Cronenbold, otra alternativa es que un privado pueda invertir en inmuebles estatales para hacer algo relacionado con la gastronomía, cultura u otra actividad. Recordó que desde el año pasado el municipio invierte en espacios públicos dentro del centro, especialmente en Los Pozos y la plazuela Calleja.

Cambio del reglamento

Una comisión integrada por arquitectos y vecinos del centro de la ciudad presentó un proyecto final para actualizar el reglamento del centro histórico. En este documento se plantea modificar la altura máxima permitida para las construcciones. Se pasa de 10,5 a 12,5 metros de basamento, es decir, de tres a cuatro pisos. Además, se incluye el permiso para construir una torre de tres pisos, aunque con un retiro frontal para no afectar directamente a la imagen de la calle. En total, en la zona central, un edificio podrá tener 21,5 metros de altura.

En opinión de Romero, lo que hace falta es una decidida acción de apoyo del municipio, antes que la modificación de la norma. Él rechaza la ampliación de pisos permitidos al indicar que el centro histórico contiene la cultura e historia y se debería tratar de conservarlo y no de “remplazarlo” por torres más grandes.

Similar criterio tiene Stih, quien cree que es un milagro que el casco viejo cruceño se haya podido mantener como está hasta ahora. “El centro es el corazón, es la historia de Santa Cruz y pienso que se lo debería conservar. El Gobierno Municipal debería ser el guía en esto”, remarcó.

Fernando Prado considera que es un engaño pensar que la revitalización pasa por permitir mayor altura en las construcciones cuando ahora mismo hay edificios vacíos.

Agregó que se debería priorizar la densificación en otras zonas de la ciudad y no en el centro.

Posturas contrarias tuvieron Cronenbold, Canido; el presidente del Colegio de Arquitectos, José Luis Durán; y el presidente de la Asociación de Propietarios del Centro (APC-Cruz), Guido Landívar.

Cronenbold dijo que, con esta medida lo que se busca es que más personas vayan a vivir al centro. Además, aclaró que previo a la propuesta se hizo un análisis de los posibles efectos de los edificios y se determinó que con la nueva altura no se va generar sombras ni problemas de ventilación en el espacio urbano.

Canido dijo que no entiende el miedo que surgió ante esta propuesta, pues Santa Cruz nunca será Nueva York, pues cada edificio que hay en la capital cruceña cuesta arriba de los Bs 10 millones y no todos disponen de esos recursos. “Si alguien tiene 10.000 metros cuadrados en el centro, no necesariamente tendrá la capacidad financiera de hacer una torre”, dijo como ejemplo a tiempo de señalar que los resultados de ampliar la altura de los inmuebles recién se sentirán en unos 25 años.

Landívar indicó que los vecinos están a favor del nuevo proyecto de reglamento, pues permitirá mejorar los ingresos. Ante el debate que surgió indicaron que emitirán un voto resolutivo para exigir que se apruebe la norma lo antes posible.

También señaló que una vez aprobado el reglamento presentarán un proyecto de ley del centro histórico en que el plantearán acciones para revitalizar la zona. Como ejemplo citó que en los alrededores de Siete Calles se puede crear otro tipo de comercio, como departamentos para jóvenes, y en otras zonas, boliches con condiciones adecuadas.

A su turno, Durán indicó que como institución están haciendo seguimiento a este proceso y serán guardianes de las tradiciones, en especial de aquellas plasmadas en la arquitectura. Él considera que la norma debe modernizarse, pero que también se debe proteger el centro. “Si lo dejamos así como está, probablemente en unos años ya no exista. Estamos empeñados en la revitalización y con el nuevo reglamento esperamos que se dé más valor a los inmuebles”, dijo.

El segundo cambio importante en el proyecto es que se fija la reclasificación de las casonas. Romero indicó que existe el riesgo de que bajo el pretexto de deterioro se retire de esta categoría de protección a casonas que tienen un importante valor histórico para la ciudad.

La Alcaldía prevé tener aprobado el reglamento hasta abril. Cronenbold aseguró que la propuesta se socializará con la sociedad civil, con las universidades, centros culturales y vecinos. Una vez que se tenga el documento final, deberá ser aprobado por decreto municipal.

Tags