De 20 oradores que intervinieron en la Asamblea de la Cruceñidad, 11 eran representantes populares o de la juventud. Solo hubo un representante de colegios de profesionales y ninguno de los empresarios. Hubo mucha presencia joven

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16 de febrero de 2020, 3:00 AM
16 de febrero de 2020, 3:00 AM

Una Asamblea de la Cruceñidad a la que no asistió ni uno solo representante de los gremios empresariales -en otros tiempos- era considerada un fracaso y había la absoluta certeza que las medidas que se definan en ella no tendrían efecto. La del jueves último fue así. Con un directorio plagado de ausencias, sin los discursos de los presidentes de la Federación de Empresarios Privados, Cámara Agropecuaria del Oriente o de la Cámara de Industria y Comercio, se llevó adelante una asamblea que determinó parar el departamento de forma indefinida si el Tribunal Supremo Electoral habilita a Evo Morales. Pese a las ausencias, nadie duda que el paro se cumplirá.

Durante décadas criticado por su falta de apertura, tras el alejamiento de las instituciones que representaban el poder en Santa Cruz, las instituciones populares y juveniles han tomado la posta y gozan de capacidad de movilización, algo imprescindible para mover o paralizar la ciudad.

Si antes los discursos que marcaban la asamblea era los del presidente, el líder de los gremios empresariales o el de algún representante de provincia, esta vez el discurso más aplaudido fue pronunciado por un hombre de apellido Mamani. “Estuvimos presentes ‘ena’i’, donde todos los cruceños, nacidos y no nacidos, hemos de hacernos respetar. El doctor (Salvador) tiene que pensar mil veces en habilitar al tirano, porque Santa Cruz se respeta, carajo”, dijo Carlos Mamani, representantes de los taxistas, que volvía a su asiento con el pecho hinchado del orgullo mientras toda la asamblea lo aplaudía de pie y gritaba “¡bravo, bravo!”

No fue el único. También aplaudieron a Dorian Guaristi, de la Federación de Juntas Vecinales, cuando dijo que “habíamos pensado que habíamos derrotado al dictador que ahora pretende volver por la ventana”, o al representante de Juventud Unida que aseguró que no se podía permitir “que el tirano pise un centímetro de nuestra patria”; o Juan Alba, cívico del bloque norte, que recordó que ellos son los guardianes del norte y que la puerta de entrada del MAS a Santa Cruz está en Yapacaní.

Pero la cabaña del salón Cabildo casi se vino abajo cuando hablaron dos mujeres de la Villa Primero de Mayo. La primera fue Quitita Roca, del movimiento Control de rotondas. “Este mismo sinvergüenza viene a desafiarnos y no vamos a permitir que pase por encima de los cruceños”, dijo, ante los vítores de los suyos. Lorena Justiniano, de Resistencia de la Villa, entró nerviosa, titubeando ante el micrófono, pero después del primer mierdazo, todo fluyó: “Vengo a decirles que si habilitan a Evo Morales las elecciones se van a la mierda, porque nosotros vamos a habilitar los 63 puntos de bloqueo de la Villa Primero de Mayo”, gritó y puso al público de pie.

Fue la penúltima en hablar. Antes ya había subido José Luis, representante de los artesanos, que exigió que le retiren la sigla al MAS por el fraude. “Un partido que hace fraude no puede gobernar”, dijo y confesó que está feliz de ver preso a Carlos Romero, exministro de Gobierno. La lista de oradores cerró con Stello Cochaminidis, el único miembro de la directiva que queda para acompañar a Calvo.

 

Espacio tomado

Germán Antelo fue uno de los tres expresidentes que asistió a la Asamblea y notó el recambio de liderazgos. Cree que ocuparon los espacios que otros dejaron libre. “Ese cambio fue una de mis apreciaciones con unos amigos -dice- y estoy muy complacido con eso. Nosotros, que hemos vivido esas luchas, creemos que tiene que haber una renovación en todas las áreas. Estos nuevos liderazgos están más preocupados de que el beneficio llegue a la gente, los veo con más sensibilidad, más ciudadanos que súbditos de un Estado, más rebeldes y con mucha capacidad de interpelar al Estado”, dijo.

Antelo cree que la cultura política ha entrado con fuerza en Santa Cruz y ve muy convencidos a los jóvenes de empujar “a los viejos liderazgos a que asuman sus compromisos, a que se retiren de una vez o se comprometan”.

“Hay que admitir que lo que se logró no ha sido a base de liderazgos obsoletos y mediocres, sino gracias a la juventud que ha empujado y a la capacidad de escuchar del anterior presidente del Comité, hoy candidato a la presidencia”, dijo el expresidente cívico y exsenador.

Antelo es uno de los mentores políticos de Luis Fernando Camacho, actual candidato a la presidencia por Creemos y fue candidato a la Gobernación de Santa Cruz. Desde ese entonces, mantiene una rivalidad con Rubén Costas, quien ganó esas elecciones.

Eso, las tensiones internas, son una explicación de este recambio para Carlos Guzmán, politólogo. “Pareciera que, en el Comité, la élite y los espacios corporativos de poder están en una disyuntiva política, que hay una tensión al interior de esas cabezas”, explica. “Es la primera vez que se encuentran dos candidatos del oriente con posibilidades de pelear la presidencia. En esa disyuntiva habrá tensiones y van a replegarse a sus bases, si es que las tienen”, añade.

Cree que las personas que se movilizaron en los 21 días de paro cívico son las que hoy están apoyando a Camacho, pero no encuentran una directiva clara. Ve que ese fenómeno crecerá en las siguientes semanas, pero finalmente la tensión se decantará por el candidato o candidata que tenga más posibilidades de ganar las elecciones. “El comité sigue siendo corporativo y se va a terminar inclinando por un candidato. En la medida que la campaña vaya avanzando, se va a ir decantando a la que lidere la votación”, analiza.

Para él, la alianza Juntos le lleva la ventaja a la de Camacho, que ha terminado por encerrarse en un espacio más regional, tanto en Potosí como en Santa Cruz. Sus alianzas son del núcleo duro de cada departamento y cuando llegan al resto del eje central, se desgastan”, acota.

Cree que si hay algo que une a los movilizados es precisamente el tema de la Asamblea de la Cruceñidad, que no vuelva Evo Morales. “La tendencia será la de apoyar al candidato que tenga más posibilidades, así como se hizo el 20 de octubre. Mesa no ha logrado ampliar el centro democrático y mientras el MAS se corre más hacia la izquierda (es más que nunca cocalero, alteño y campesino) y Camacho se va más a la derecha, Juntos se posesiona en la centro-derecha”.

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