El húngaro que estuvo preso por más de cinco años y que se declaró culpable para salir de la cárcel asegura que dentro de poco la CIDH se pronunciará sobre el fondo de su demanda en contra de Evo

18 de febrero de 2020, 3:00 AM
18 de febrero de 2020, 3:00 AM

A casi dos semanas después de que el juicio por el caso de supuesto terrorismo fuera extinguido, desde Hungría, Elöd Tóásó, uno de los sobrevivientes al operativo en el hotel Las Américas, dio sus impresiones sobre lo que sucedió.

Tóásó afirma que el proceso fue una vulneración total de sus derechos humanos, que se cometieron delitos de lesa humanidad, que hay más de 170 personas que deberán responder por lo que les hicieron a él y a Mario Tadic, el otro sobreviviente del operativo en el hotel Las Américas.

El extranjero, que aceptó ser culpable y fue sentenciado junto a Tadic, reiteró que fue presionado para tomar esa determinación, que la justicia del país debe mejorar y que la causa que él junto a otros implicados en este caso siguen ante la CIDH, dentro de poco tendrá una primera determinación respecto al fondo de la demanda, que versa sobre las vulneraciones a los derechos humanos durante la gestión del expresidente Evo Morales.

_¿Cómo recibió la noticia sobre la extinción del caso y la absolución de los procesados?

Estaba feliz. Estaba en contacto con Mario Tadic y con mi hermana y analizamos cómo la extinción de la causa cambia nuestra situación jurídica. Pero lo más importante es que los otros imputados pudieron terminar con ese proceso, considerando que estaban enjuiciados hace 11 años. 

La liberación de Alcides Mendoza y de Juan Carlos Guedes de la cárcel, como los últimos presos de este caso, también fue una gran alegría para nosotros. Sin embargo, la lucha no terminó, porque aquí se extinguió el caso por puro tecnicismo judicial y porque era de esperarse que ningún juez o fiscal se animaría a admitir o llevar adelante este caso que tiene un patrón de violación de los derechos humanos. 

Ninguna autoridad se animaría a hacerlo, pero eso no significa que todo quedó olvidado o que pueden esconder bajo la alfombra lo ocurrido como quieren algunos.

_Usted, como varios de los procesados, ha denunciado torturas ¿qué tipo de abusos fueron?

Esta pregunta es un poco dura. Es como preguntarle a una mujer que fue abusada que cuente su violación. Duro. Aquí hubo ejecuciones extrajudiciales, porque antes de ejecutar a los señores Eduardo Rózsa Flores, Árpád Magyarosi y Michael Dwyer, ellos fueron torturados. Tenemos pruebas contundentes con expertos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otras instancias. Para otras personas involucradas en este caso también hubo malos tratos y torturas.

Fuera de eso, nosotros, con Mario Tadic, fuimos torturados mientras nos interrogaban, fuimos amenazados, drogados, etc. Por ejemplo, yo sobreviví por suerte o por gracia de Dios, siendo que me han disparado supuestamente 13 disparos desde afuera hacia adentro de mi habitación en el hotel. 

Hasta nuestra detención con Mario Tadic es considerada una tortura, porque nuestra detención fue excesiva, arbitraria e ilegal, y esto fue declarado por las Naciones Unidas.

No puedo contar aquí todos los hechos ocurridos por razones de tiempo y espacio, pero puedo decir que nuestra causa en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es la más grande y contundente de los últimos 20 años.

_¿Qué sensaciones le quedan hacia las personas que impulsaron este caso?

Yo he publicado una lista de las personas que de alguna forma tienen que ver en el caso. Eso no es una denuncia. Pienso que estos nombres deben ser públicos, tengo miedo que ahora, como en los tiempos de Evo, se puedan manosear en la justicia, que algunas personas o grupos puedan negociar una absolución intercambiando intereses, etc. 

Que quede claro que estamos empujando todo esto hacia una investigación internacional, donde se establecerá el grado de participación en este asunto, como autores intelectuales, materiales, encubridores, facilitadores, etc. En este caso hay delitos de lesa humanidad y el Estado tiene la obligación de investigar y castigar a los partícipes.

Por si acaso, la lista ya tiene 170 nombres y todavía no he revisado todos mis documentos y pruebas de donde extraigo estos nombres. Hay abogados que dicen que es una venganza de parte mía y que no se puede armar un juicio con tantos imputados. Les aseguro que esto se llama obtención de justicia y no venganza.

Más bien pienso que si alguien pretende sacar participantes, por un motivo u otro, eso significa encubrimiento y obstrucción de la justicia. ¿Ustedes piensan que con la salida del señor Evo Morales las cosas cambiaron? Yo pienso que para los próximos gobiernos la tarea más importante será rehacer la justicia y esto solo se puede hacer de una forma clara y abierta, no con manoseos.

_¿Qué espera de la demanda presentada por los absueltos a la CIDH?

Como dije antes, la absolución no resuelve las causas de derechos humanos. Nuestro caso en la CIDH ya está admitido y esperamos que en cualquier momento se informe sobre el fondo.

El Estado reconoció frente a los medios de prensa que en este caso hubo manipulación política y hubo violaciones a los derechos humanos, ya no puede afirmar lo contrario frente a la CIDH.

Obviamente nosotros ya terminamos con las posibilidades internas, por eso nuestra prioridad es terminar el proceso de la CIDH. Cuando eso suceda vamos a ver cómo podemos ayudar en las otras investigaciones internas e internacionales.

_¿Cómo vivió el proceso que terminó en la renuncia y salida de Evo Morales?

Creo que un periodista boliviano lo definió claramente, ‘este caso fue el talón de Aquiles de Evo Morales’. Sí es, siempre fue. Nosotros supimos que tarde o temprano sucedería eso (la salida de Evo Morales). Nuestro caso está tan bien fundamentado que, con Evo o sin Evo en el poder, se llegará a una sentencia, es solo cuestión de tiempo.

_Usted, tras salir del país, dijo que fue presionado para declararse culpable, ¿reafirma esas declaraciones?

Las sentencias internacionales lo definen claramente; si una persona está detenida arbitraria e ilegalmente, como fue nuestro caso con Mario Tadic, la detención se considera en sí misma un acto de tortura. Obviamente que el Gobierno de Morales primero creó la Ley 007 para alargar nuestro encarcelamiento y luego elaboró la Ley de Descongestionamiento Procesal, con la que prohibió la cesación a la detención preventiva en nuestro caso. Sí, estábamos obligados y presionados de todas las formas y lo comprobamos ante la CIDH.

_¿Cómo ha vivido y a qué se ha dedicado en estos años de libertad?

Obviamente mi vida nunca será como antes, nadie nos puede devolver los 11 años perdidos y todavía esto no terminó. Seguimos en nuestro trabajo para obtener justicia y la mayor parte de mi tiempo a diario lo dedico a la obtención de esa justicia.

_¿Se comunicó con los procesados liberados?

Sí, de alguna forma sí. Con Juan Carlos Guedes y Alcides Mendoza de manera más frecuente, porque tenemos el mismo caso en la CIDH. Con Zvonko Matkovic solo hubo felicitaciones diplomáticas.

_¿Cuál sería para usted el final ‘ideal’ de este caso?

No existe un final ideal. Aquí se va a herir a familias y personas. Imagínate el agente estatal que de alguna forma fue obligado por su trabajo a cometer algunas ilegalidades. Tengo pena por él y sus familiares, porque sé cómo es. Estas cosas emocionalmente llevan ambigüedades, pero nadie obstaculizó a esa persona para que buscara otro trabajo.

Si realmente Bolivia quiere pertenecer al siglo XXI, tiene que cerrar las posibilidades de que otra vez ocurran ejecuciones extrajudiciales y torturas. Deben cambiar el dicho sobre el “amigo peruano, la mujer chilena y la justicia boliviana”. Que la justicia boliviana sea la más ideal posible.

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