El director argentino habla del éxito de esta cinta, que se estrena hoy en Santa Cruz. Está basada en uno de los robos más originales y famosos de la historia

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20 de febrero de 2020, 3:00 AM
20 de febrero de 2020, 3:00 AM

En 2006, un grupo de ladrones llevó a cabo el que es considerado uno de los robos más famosos y creativos en Argentina al asaltar una sucursal del Banco Río. Ariel Winograd lleva a la pantalla grande la historia.

_La película está a punto de llegar a los dos millones de espectadores en Argentina. ¿Qué te parece esta respuesta?
Muy contento. La película ha superado los 1.700.000 espectadores. La felicidad es absoluta, porque siento que está logrando encontrar su público.

_¿Qué te motivó a dirigir El robo del siglo?
Aunque no es algo bueno, digamos, es una historia basada en uno de los delitos más emblemáticos. 

Incluso está considerado el cuarto mejor robo de la historia. Todo porque nunca antes se había simulado un robo exprés por arriba, mientras por el subsuelo del banco los ladrones hicieron un boquete y se estaban escapando con la plata. 

A partir de este hecho contamos la aventura de estos dos personajes que interpretan Guillermo Francella y Diego Peretti, que tienen ese gen bastante argentino. Es un robo resuelto a la ‘argentina’. Con lo bueno y lo malo que significa eso.

_Esas características hablan de hombres que están entre la línea del bien y del mal, pero nunca en ambos lados. ¿Se los puede considerar los antihéroes por excelencia?
En un punto, es la historia de un grupo de antihéroes. Y en otro, es la historia de un hombre que tiene un sueño y que lo lleva a cabo. En este caso, al haberse basado en un hecho real se tocan otras fibras y los personajes adquieren cierta empatía. Pero la idea no era idolatrarlos, sino contar los hechos.

_Si la idea no era idolatrarlos, quiere decir que, al contar esta historia, logras superar cualquier dilema ético…
Convengamos que la historia está basada en un hecho real. Partiendo desde ese punto, yo hago cine. Obviamente que no celebro una toma de rehenes, ni un robo, porque no está bien. 

Sí hubo un dilema personal, porque estoy hablando de un hecho en el que no hubo violencia, ni muertes; eran personajes que tenían carisma. Todo eso me animó a contar la historia. Antes ya hubo hechos con toma de rehenes y muertos en Argentina. Yo creo que, si el final hubiera sido trágico, yo no hubiera dirigido la película.

_¿Qué dificultades técnicas se presentaron?
La principal fue que el Banco Río no existe más. Entonces tuvimos que crear uno completamente desde cero. Y después se tuvo que construir un túnel y llenarlo de agua. La verdad que fueron varios desafíos muy fuertes.

_Muchos críticos coinciden en que sos el director de cine que en la última década encabezó la renovación de la comedia argentina ¿Qué importancia ha tenido el género en tu búsqueda como cineasta?
La comedia es un género que me apasiona. Es una linda forma de contar historias. Tengo la posibilidad de seguir filmando y que el público vea mis películas. Todo eso me hace sentir muy agradecido.

_¿Qué le decís al público boliviano que irá a verla?
Los invito a todos a que vayan a verla. La van a pasar muy bien. Después me dicen qué les pareció en mi cuenta de Twitter (@sanwino).



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