Opinión

Nadie se cansa, nadie se rinde

20 de febrero de 2020, 3:00 AM
20 de febrero de 2020, 3:00 AM


Ese momento tuvo un inicio, la traición al voto popular expresado en el referéndum del 21 de febrero de 2016 (21-F), desconociendo que la mayoría nacional rechazó la tercera candidatura a la Presidencia de Evo Morales.

El malestar se hizo creciente con el desastre ecológico del incendio de los bosques en varios departamentos del país, mientras el Gobierno nacional hacía la vista gorda y tenía los oídos cerrados al clamor de una declaratoria de desastre nacional. Esa fue la muestra más clara de la desconexión, de que Evo Morales y su entorno ya no gobernaban para Bolivia sino para un reducido grupo de poder.

Las elecciones del 20 de octubre y el evidente fraude, comprobado después por expertos de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea, fueron la gota que colmó el vaso y que permitió el inicio del paro cívico nacional, que duró 21 días y que demostró la fuerza ciudadana hasta conseguir que caiga la soberbia de Morales y su entorno. Esta gesta nació y terminó en paz.

La violencia comenzó cuando renunció el entonces presidente y desde su derrota movilizó a gente de su partido para incendiar buses, casas de activistas; cuando ordenó cercar a las ciudades y dejar sin alimentos a quienes pedían que se vaya.
Fue una epopeya que dejó heridas profundas en el país, una encrucijada que podía decantarse en una guerra civil, pero que se resolvió con la pacificación y la salida democrática de una crisis que no era de ese momento ni de un supuesto golpe de Estado, como pretende hacer creer Evo Morales, sino fruto de la acumulación de un malestar en la ciudadanía.

EL DEBER estuvo firme y de frente a las noticias. Cada episodio fue contado con el único objetivo de ser coherente con los principios de la democracia y de la libertad. Cada uno de los miembros de esta casa periodística estuvo y está comprometido con la verdad, más aún en momentos que fueron difíciles para todos.

En ese afán nació la idea de escribir un libro que cuente la epopeya boliviana, que refleje las jornadas de heroísmo ciudadano, la buena organización y la unidad que marcaron el rumbo de Bolivia. Editorial La Hoguera se unió a la iniciativa, actitud que saludamos y apreciamos.
Con el único interés de aportar a la verdad histórica de los hechos ha nacido Nadie se rinde. Una epopeya boliviana. En este libro se cuentan las jornadas vividas, desde la óptica del periodismo y desde una mirada que nace en Santa Cruz, departamento que fue fundamental en el liderazgo de las movilizaciones.

No podía completarse el documento escrito sin una adecuada selección fotográfica de esas jornadas y sin el reflejo de la voz de
EL DEBER en los editoriales.

Desde la Redacción, esperamos que este libro sea un verdadero aporte para que ni las actuales ni las venideras generaciones olviden lo que fue una epopeya boliviana. Vendrán más días y más momentos de tensión,
EL DEBER seguirá al pie de la información con el estandarte de honrar a la verdad y servir a su pueblo con honestidad.



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