El periodista realizó una investigación exhaustiva de las comparsas tradicionales. El resultado de ese trabajo es un libro que ya tiene una segunda edición

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23 de febrero de 2020, 3:00 AM
23 de febrero de 2020, 3:00 AM

 ¿Cómo nacen las primeras comparsas tradicionales?

Las comparsas tradicionales cruceñas nacen en los barrios. Era una ciudad chica, en los años 50, era la Santa Cruz de 50.000 habitantes. Los muchachos organizaban y hacían sus comparsas, ese fue su origen; en principio eran solo de varones, solo ellos salían en el corso, los tres días y a los bailes. En las noches, a algunos salones, los padres llevaban a sus hijas a bailar. Ese fue el caso del Palace Teatro, el primero que recibió mujeres en el Carnaval.

Con el correr de los tiempos y el crecimiento demográfico, empiezan a surgir nuevas comparsas de los grupos de bachilleres y de los estudiantes de un colegio, ellos incorporan a las mujeres.

¿Cómo se da esa incorporación de mujeres?

La incorporación de la mujer en el Carnaval ha sido muy real, más que simbólica. En 1937 la primera reina del Carnaval fue Soledad Arrien, tenía 16 años. No había comparsa coronadora, ella fue nombrada por las autoridades. De ahí, la Alcaldía nominó a una reina por año, hasta que se llega a la fundación de la Asociación de Comparsas Carnavaleras Cruceñas (ACCC). Esta institución elige por votación a la comparsa coronadora y los miembros de esa comparsa a su reina.

¿Qué puede decir de los nombres particulares de las comparsas?

Las comparsas se nombraron por afinidad de los integrantes, por ejemplo, los Matasuegras seguramente estaban en contra de sus suegras. Los nombres responden generacionalmente a lo que estaba de moda. Hubo una comparsa que ya no sale, pero marcó época, los Aribibis. Ellos juntaban ese tipo de ajíes y los batían en una olla, salían a la calle y lo ponían en la cara, te dejaban llorando.

Otras modalidades, como el caso de los Botaratas, que echaban grasa de camión, eran sucios, esa era su característica. Encontraban gente en la calle y la ensuciaban o la tumbaban a un charco.

¿Podría nombrar una reina inolvidable?

La reina es un símbolo de la mujer cruceña en Carnaval, cada una ha tenido su aporte y su momento de brillar. Un ejemplo es Anabel Angus, que por una circunstancia de su trabajo en medios de comunicación pudo marcar época. Los medios, especialmente la televisión, ha hecho de estas personalidades parte de un Carnaval excepcional.

También me quedo con el rol que está desempeñando Romy Paz. No solamente por su capacidad o su calidad, sino por el seguimiento que le hacen los medios y su facilidad para manejarlos.

¿Qué aspectos que se han ido incorporando no se deben perder del Carnaval?

En primer lugar, no se debe perder la alegría del cruceño y la música que no debe extranjerizarse, porque perdería un segmento cultural que lo caracteriza.

El día en que las casacas, los uniformes y la indumentaria empiecen a extranjerizarse el Carnaval va a perder su esencia, las casacas identifican las comparsas.

El aporte, relativamente nuevo, y que se debe valorar por su significado son las comparsas femeninas. Ellas le dan un matiz de elegancia, belleza y organización.

Desde 1985 se empezaron a realizar las precarnavaleras o ‘precas’ en las que las comparsas salen con sus fantasías. Este desfile es interesante, es vistoso, pese a que todavía hay cierto desorden y no hay un escenario adecuado.

¿Se le debe dar el mismo valor a los ballets folclóricos?

No quise omitirlos y son realmente también un aporte valioso, pero debo decir que no son ballets, son grupos folclóricos. Su aporte es muy bueno y también se debe resaltar el componente social de esos grupos, con jóvenes que están entre los 13 y 18 años, ellos antes nunca hubieran tenido la opción de carnavalear ni con los más chicos ni con los más grandes.

Con esta incursión ya pueden hacerlo, tienen su espacio ganado y hasta un corso folclórico. Ellos son una consolidación del espíritu carnavalero, por la vestimenta que usan y porque pese a ser jóvenes no usan imitaciones de otros países y resaltan lo local.

¿Qué aspectos de la organización y legislación municipal han funcionado?

Aquí ha funcionado una ley municipal que determina que la ACCC debe ser la que licite y cobre los espacios publicitarios y los espacios de venta en el recorrido del corso. Gracias a esos recursos se premia a los mejores del Carnaval y sus festivales. Por ejemplo, el Festival de Bandas tiene premios que paga la ACCC por disposición de esta ley. También paga los otros premios, como el mejor carro, el mejor grupo folclórico, la comparsa más numerosa, etc. Luego, la ACCC tiene que realizar una rendición de fondos.

El domingo pasado hubo el concurso de bandos carnavaleros, ¿es suficiente el impulso que se le da a este concurso?

Es necesario impulsarlo con más fuerza. La razón es que este evento nació con la llegada del Carnaval a estas tierras, simboliza su simpleza. Antes, una persona disfrazada daba vueltas a la plaza, montado a caballo, y leía estos bandos. Con el tiempo la gente se fue olvidando y es valioso que lo hayan reactualizado. Debe servir para que aparezcan los escritores de humor, que sepan del lenguaje cruceño.

No se había hecho por mucho tiempo y, tal vez, se deba a que no hay una escuela de humor de cruceños que enseñen lo cruceño. Otro factor es que debe darse más tiempo para que los escritores puedan plantear sus bandos. Cuando esos aspectos se tomen en cuenta, van a aparecer bandos más bonitos, más arraigados, más divertidos y mejor escritos.

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