Un Mundial con 48 selecciones a partir del 2026 y un Mundial de Clubes con 24 equipos a partir del próximo año son algunas de las reformas del presidente de la FIFA.

25 de febrero de 2020, 12:59 PM
25 de febrero de 2020, 12:59 PM

Gianni Infantino, al frente de la FIFA desde hace cuatro años y reelegido por aclamación el pasado junio, sigue adelante con sus proyectos, pero tiene que hacer frente a una resistencia creciente por parte de las confederaciones.

 Un Mundial ampliado de 32 a 48 equipos desde 2026, un Mundial de Clubes con 24 equipos en 2021, una reforma de los traspasos, el aumento al doble de las ayudas a las federaciones... Infantino, de 49 años, no ha parado de idear el fútbol del futuro desde que sucedió el 26 de febrero de 2016 a Joseph Blatter tras el mayor escándalo sufrido por la Federación Internacional de Fútbol.

 "Infantino tiene una visión clara de lo que quiere conseguir, es un hombre de proyectos", analiza un habitual de las reuniones de la FIFA en Zúrich.

 "Pero a veces sus proyectos son extremadamente perturbadores. Además, tiene una manera de proceder que no genera unanimidad ya que avanza exponiendo públicamente sus ideas", añade este directivo del fútbol mundial.

 Un ejemplo claro de ello fue su plan de hacer que Catar coorganizara el Mundial-2022 con países vecinos pese al actual conflicto geopolítico en la zona. Un plan que finalmente tuvo que desechar.

"Fue una fallida buena idea, mientras que para el Mundial de Clubes a 24 equipos ha avanzado por la fuerza pese a la oposición de la UEFA", añade este experto.

 - Jugador de ajedrez –

Ante la influencia creciente de los clubes más ricos, que quieren refundar la Liga de Campeones para su mayor beneficio, Infantino, un auténtico jugador de ajedrez, mueve sus peones sobre el tablero de un mundo donde la política y los egos son piezas importantes

El dirigente suizo-italiano fue reelegido sin oposición el año pasado, pero sus proyectos están muy lejos de generar consenso.

 Han provocado por ejemplo resistencias en el esloveno Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, y el paraguayo Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, que se reunieron recientemente para estudiar alianzas.

 La Confederación Africana de Fútbol (CAF) y su presidente malgache, Ahmad Ahmad, acusado de una gestión financiera poco rigurosa, acaban de oponerse a la tutela de la FIFA, rechazando prolongar el mandato de Fatma Samoura, secretaria general de la FIFA y que supervisaba la CAF desde hacía seis meses.

 "Todos los golpes están permitidos. Nadie hace regalos y las relaciones están tensas", confirma Raffaele Poli, que dirige el Observatorio del Fútbol en el Centro de Estudio del Deporte (CIES) en Neuchâtel (Suiza).

 - 'Ambición en todos los niveles' – 

"Existe una ambición en todos los niveles del fútbol, con esta voluntad de extraer un máximo de dinero que me parece ser la racionalidad del fútbol de finales del siglo XX y de principios del XXI. El apetito de los clubes es voraz. Las federaciones y las confederaciones, que deben ser los garantes, están bajo presión por el pensamiento único del dinero", opina Poli.

 Según varios observadores, Infantino buscaría ejercer de coraza ante una 'NBAización' del fútbol mundial, es decir, un deporte bajo un mismo formato, con ligas cerradas y privadas al modelo de los campeonatos estadounidenses.

 "La postura de Infantino puede permitir conservar ciertas prerrogativas a la FIFA", explica Poli. Como ejemplo, el sistema de traspasos que quiere reformar el dirigente del fútbol mundial, aumentando las indemnizaciones para los clubes formadores. "Si fuésemos hacia un modelo NBA sería el final de las compensaciones entre clubes, pero vamos más bien hacia un refuerzo, lo que es una garantía", analiza este investigador del CIES.

 Pero otro dirigente del fútbol es menos benevolente con la labor de Infantino. "Es una impostura. Sobre la gobernanza, para acaparar para sí el poder y sortear las reformas, nombró a una secretaria general débil (Samoura). Al nombrar un 'director de comisiones independientes' (el italiano Mario Gallavotti), suprimió por completo la independencia de la comisión de ética que había suspendido su predecesor", criticó esta fuente.

 "También prometió un mejor control del destino de la ayuda económica a las confederaciones, sin embargo, vemos en África que esos controles son menos rigurosos que antes", añadió este conocedor de las instancias para quien el patrón de la FIFA ejerce "una forma de autocracia de la que las confederaciones ya se han cansado".

 ¿Podría vivir Infantino un segundo mandato agitado? "Conceder el Mundial 2026 a Estados Unidos (además de Canadá y México) supuso una tregua" subraya Poli. "Y si sus proyectos, como el Mundial de Clubes, funcionan, saldrá reforzado", concluye.