Opinión

Prepararse para convivir con el coronavirus

28 de febrero de 2020, 3:00 AM
28 de febrero de 2020, 3:00 AM


El mundo tiembla ante la expansión acelerada del coronavirus que hasta hoy está presente en al menos 40 países y tiene más de 80.000 personas afectadas. Conocido técnicamente como Covid-19 por el acrónimo de corona-virus-disease (en inglés) y el año 2019 en que se descubrió, el virus observado al microscopio tiene formas circulares con protuberancias que se asemejan a una corona. De allí su nombre.

El brote que comenzó el 31 de diciembre en la ciudad china de Wuhan, de, 11 millones de habitantes, ahora aislada y declarada en cuarentena por las autoridades chinas, rápidamente avanzó hacia el mundo y esta semana ha llegado a Sudamérica, con el primer caso confirmado en Brasil y al menos un sospechoso en Chile.

Por su dimensión y actividad, Wuhan es la décima economía de China, y el intenso movimiento de personas que se genera ha propagado rápidamente el virus, primero en el sudeste asiático y luego al resto del mundo. Son las personas las portadoras, por tanto, allí donde viajen los contagiados llevarán la enfermedad.

El coronavirus ataca a las vías respiratorias, provoca tos seca, fiebre en los casos de cuadro leve, pero provoca insuficiencia respiratoria aguda y neumonías que pueden llevar a la muerte en los casos más graves.

Por los estudios más avanzados que se conocen del virus, se sabe que más del 80 por ciento de los casos han sido leves, y que son las personas mayores y las enfermas las que corren mayor riesgo de muerte. De hecho, a la fecha se han reportado 2.800 muertes, la mayoría de ellas en China, y algunas en Italia, Irán, Corea del Sur, Japón, Taiwán y Filipinas.

El virus de Wuhan se contagia por contacto directo con una persona infectada, con gotas respiratorias de cinco micras a una distancia de incluso dos metros. Igualmente se contagia a través del contacto de la piel con una superficie contaminada. Desde que se entra en contacto con el virus pasarán dos semanas de incubación para que comiencen a aparecer los primeros síntomas.

En Bolivia ha salido negativa la primera prueba de un caso que se consideraba probable, pero el riesgo no ha hecho más que comenzar. La llegada del virus al país es inevitable, así como a todos los países de la región, y solo es cuestión de tiempo.

Cuando llegue ese momento, el país tendrá que haber tomado las previsiones necesarias para establecer rigurosos sistemas de control en los aeropuertos y fronteras terrestres, habilitar ambientes aislados para el control de los casos sospechosos y prepararse para enfrentar los casos positivos

Esas medidas deben ir acompañadas de una campaña de educación ciudadana que haga menos vulnerable al contagio a las personas, evitando la exposición innecesaria al riesgo: se sabe que es necesario lavarse las manos frecuentemente, evitar toser delante de personas, evitar lugares de alta concentración.

A todo ello sería muy sano también evitar el saludo cotidiano con el estrechamiento de manos. Los bolivianos podríamos ponernos de acuerdo en entender que evitar darnos la mano no es un signo de descortesía o desafecto, sino, por el contrario, de aprecio por el interlocutor a quien no se le quiere contagiar ni con el coronavirus, cuando llegue, ni con otras infecciones particularmente respiratorias.



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