Mientras tanto, las 300 unidades de terapia intensiva que el Gobierno prometió que llegarían hasta el viernes aún no están en el país. La iniciativa es apoyada por la Universidad Católica Boliviana y cada unidad no costará más de $us 120.

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28 de marzo de 2020, 10:03 AM
28 de marzo de 2020, 10:03 AM

El proyecto se llama Mambú, no tiene fines de lucro. Un grupo de profesionales bolivianos, liderado por Diego Suárez y Fabio Díaz, y apoyado por la Universidad Católica Boliviana, diseñó un prototipo que podrá ser fabricado en todo el país o la región y tendrá un costo aproximado de $us 120. 

De hecho podrá salvar las vidas de las personas que sufran una de las complicaciones del coronavirus, cuando requieren un respirador artificial, instrumento médico que actualmente escasea en el mercado internacional.

El mecanismo es fabricado y cortado por una máquina láser, puede ser ensamblado en un tiempo mínimo, lo que permitiría al Gobierno boliviano o a cualquiera de la región que opte por esta opción producir un respirador Bambú por hora, 168 a la semana, más de 672 al mes a un costo un poco mayor a 80.000 dólares.

EL DEBER conversó con el ministro de Planificación, Carlos Díaz, y le consultó sobre la posibilidad de que, ante la escasez de unidades de terapia intensiva en el mercado internacional, que además tienen un costo mayor a 10.000 dólares por cada una, ésta pueda ser una opción que tome el Gobierno. 

La autoridad señaló que el Ministerio de Salud es el que debe evaluar las condiciones técnicas de los respiradores, "en base a esas especificaciones, si las cumplen, nosotros haremos las cotizaciones para las adquisiciones necesarias".

El 20 de marzo, el ministro de Salud, Aníbal Cruz, informó de que se había realizado los trámites de importación de 300 unidades de terapia intensiva (UTI) y dijo que los equipos estarían en el país en una semana. Ese plazo se cumplió el viernes, pero el material no llegó.

"Le pido que nos demos tiempo hasta el lunes (30 de marzo), yo voy a tener una visión más clara de lo que estamos haciendo. Hay posibilidades de comprar, estamos haciendo gestiones importantes, nos está apoyando mucho el PNUD, el Banco Mundial, con la asistencia técnica de la OMS/OPS. Con esas instituciones y gente de los ministerios avanzamos bastante bien", precisó el ministro de Planificación.

La crisis que ha generado la pandemia del coronavirus es mundial, "nosotros somos un país pequeño. Imagínese, sólo Nueva York, una sola ciudad de Estados Unidos, se requieren 100 mil unidades, es difícil competir con eso", admitió el ministro. Fuentes de salud, por su parte, revelaron que en Bolivia, no hay más de 120 UTI disponibles en este momento.

La enfermedad ha avanzado rápidamente. De hecho, la Gobernación de Santa Cruz ya alertó que el virus pasó las fases de contagio importado, local y ya se encontraría en la comunitaria, la más peligrosa porque el virus ya está en las calles. El sistema de salud debe estar preparado para recibir a pacientes con complicaciones. 

En Europa, primer mundo, se vieron casos en que los médicos tuvieron que elegir a quién salvar, ante la escasez precisamente de respiradores.





Este es el equipo que desarrolló el respirador. Foto: Diego Suárez

Mambú es una propuesta sin fines de lucro con la modalidad abierta (open source) para que pueda ser fabricada en Bolivia o en países de la región. "Cuando llega una persona infectada de coronavirus, y tiene dificultades para respirar, en vez tener una enfermera o a alguien presionando y entregando oxígeno al paciente, lo que proponemos es un prototipo que diseñamos, que entrega volumen y frecuencia exacta para que el paciente pueda recibir el oxígeno. En principio eran cuatro, pero ahora vemos que son más de 12 o 14 horas continuas durante las que puede funcionar esto sin ningún problema", dijo el arquitecto Diego Suárez, uno de los líderes del proyecto.

La iniciativa trabajó con materiales que se pueden encontrar en el mercado. Un trupán, "que es un conglomerado de maderas, que puede cortar con una máquina láser, y con un software que vamos a entregar para que todo el mundo lo pueda bajar. En máximo una hora se puede armar uno de estos prototipos".

Explicó que el médico tratante tendrá que definir si es que pone una mascarilla al paciente u opta por entubarlo, "además, podrá configurar las frecuencias, diseñamos una interfase que sea sencilla y consiste en apretar un botón de más y menos para la respiración y volumen, para regular el ingreso de aire a los pulmones".

Acotó que "lo hemos probado con biomédicos, seguimos trabajando en el tema de la interfase, pero el sistema ya está funcionando perfectamente". El dispositivo fue diseñado por un equipo de investigación y desarrollo conformado por Fabio Díaz, director de la carrera de ingeniería mecatrónica de la Universidad Católica Boliviana; Khalil Nallar, ingeniero mecatrónico y gerente del Print3D Bolivia; Diego Suárez, docente e investigador de la carrera de Arquitectura de la UCB y gerente de AARBOL, los ingenieros meatrónicos Gabriel Rojas y Jhon Ordóñez y el ingeniero biomédico Óscar Crispín.