El epidemiólogo Carlos Hurtado, del equipo de reacción temprana del Servicio Departamental de Salud, asegura que en una reunión entre la institución y las funerarias se informó sobre el protocolo que deben seguir para el tratamiento de los cadáveres. Se prohíben los funerales normales

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30 de marzo de 2020, 20:46 PM
30 de marzo de 2020, 20:46 PM

El Ministerio Público, a través del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), presentó esta tarde una Guía Médico Legal, para el Manejo de los Cadáveres que presenten Confirmación o Sospecha de Infección por Covid-19, el cual establece recomendaciones para el manejo y disposición final de los cadáveres en coordinación con autoridades del Ministerio de Salud, Gobernaciones, Alcaldías y Sedes. Más temprano, el secretario de Salud de la Gobernación cruceña, Óscar Urenda, había indicado que, por protocolo, los cuerpos deben ser colocados en dos bolsas, se los sanitiza y se los entrega a las funerarias para su entierro inmediato.

Al respecto, el epidemiólogo Carlos Hurtado, que forma parte del equipo de reacción temprana del Sedes, aseguró que estas bolsas se han distribuido a todos los hospitales de tercer nivel para realizar este trabajo y que está garantizado que el protocolo se cumpla en cada caso de fallecimiento en los nosocomios. 

Hurtado recordó que las funerarias, al ser privadas, deben proveerse por su cuenta del material con el que tratarán el cuerpo de los fallecidos, dejando en claro que está prohibido realizar los funerales de la forma acostumbrada. Asimismo, aseguró que los funcionarios del Sedes se han reunido con representantes de las funerarias para coordinar las acciones.

“El viernes, antes de lanzar el protocolo, nos reunimos y se les explicó el procedimiento. El uso de las dobles bolsas mortuorias es obligatorio. Ellos han recibido capacitación, la seguridad en ese sentido debe estar garantizada”, mencionó el especialista. 

El protocolo restringe la realización de autopsias y prácticas de embalsamamiento, salvo que estos cadáveres tengan sospecha de criminalidad o causa violencia en su causa de muerte. 

El personal de la funeraria tiene que ser informado de que el cadáver es de una persona con coronavirus. El servicio de velatorio tiene que ser con el ataúd cerrado, conteniendo el cadáver introducido en la bolsa sanitaria. El féretro puede ser uno normal. El destino final puede ser entierro o incineración. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que suponga ningún riesgo.