Las emisiones de CO2 aumentaron un 0,6% en 2019 en el mundo, según el Global Carbon Project. "En vista del impacto mundial y continuo de la COVID-19, la celebración de una COP26 ambiciosa e inclusiva en noviembre no es posible", dijo el gobierno británico

2 de abril de 2020, 9:48 AM
2 de abril de 2020, 9:48 AM

El aplazamiento de la COP26 prevista en noviembre debido al coronavirus no puede ser un pretexto para postergar la lucha contra el cambio climático, advierten activistas, para quienes la pandemia brinda la oportunidad de lanzar una recuperación económica sostenible.

La 26ª Conferencia sobre Clima de la ONU estaba llamada a ser la más decisiva desde el Acuerdo de París de 2015 y en un mundo que se encamina peligrosamente a un alza de la temperatura de hasta 5 ºC a finales de siglo, los países debían revisar al alza sus metas de reducción de emisiones.

Pero como casi todos los grandes eventos mundiales previstos este año, empezando por los Juegos Olímpicos de Tokio, esta cita programada en Glasgow fue aplazada a 2021, anunció hoy el gobierno británico.

"En vista del impacto mundial y continuo de la COVID-19, la celebración de una COP26 ambiciosa e inclusiva en noviembre no es posible", dijo el gobierno.

Unas 30.000 personas, incluidos 200 líderes mundiales, eran esperadas en la COP26, del 9 al 19 de noviembre.

"En estas circunstancias, la decisión de posponer la COP26 era inevitable. Nuestra prioridad colectiva debe ser anteponer la salud", dijo Manuel Pulgar-Vidal, responsable de clima y prácticas energéticas del fondo internacional WWF. "Pero la acción climática es una prioridad global no negociable", añadió.

Las emisiones de CO2 aumentaron un 0,6% en 2019 en el mundo, según el Global Carbon Project, con sede en Estados Unidos. 

El dato contrasta con lo que según la ONU habría que hacer a partir de este año para lograr la "seguridad climática" y contener el calentamiento a +1,5 ºC: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de 7,6 % anual hasta 2030.

La comunidad científica estima que si no se revierte la tendencia urgentemente, el futuro de las generaciones más jóvenes podría quedar comprometido.

La masiva paralización de la actividad económica que suscitó la pandemia está provocando una caída de las emisiones globales, pero los expertos creen que esta será breve y por lo tanto inconsecuente.

"Las emisiones de CO2 bajan, porque los coches se quedan en el garaje y los aviones parados en las pistas de los aeropuertos. Pero creemos que el impacto será relativamente efímero", porque pasada la pandemia "el mundo volverá al trabajo", dijo Lars Peter Riishojgaard, de la Organización Meteorológica Mundial.

Aleksandar Rankovic, del Instituto de Desarrollo Sostenible y de Relaciones Internacionales de París, advierte incluso contra un cambio en el "orden de prioridades", con una reactivación a todo gas de la industria para hacer frente a la recesión económica que se avecina.

La Comisión Europea trató el jueves de aplacar esos temores. Bruselas "sigue comprometida en que la COP26 sea un éxito y en seguir adelante con el Pacto Verde", dijo su vicepresidente Frans Timmermans, en alusión a esta flamante estrategia de crecimiento económico, que tiene como meta alcanzar en 2050 la neutralidad carbono.

"Frente a la emergencia sanitaria y la crisis climática, no podemos permitirnos luchar solo contra una. Tienen que ser las dos. La pandemia de la COVID-19 nos recuerda trágicamente que los riesgos globales requieren acciones globales", dijo Andrew Steer, presidente del 'think tank' World Resources Institute, de Washington. 

"Los líderes mundiales deben trabajar juntos para anticipar estos riesgos, compartir información y movilizar recursos para garantizar la salud y la seguridad de sus ciudadanos", dijo Steer.

WWF abogó por que esta crisis con consecuencias laborales potencialmente catastróficas se convierta en una ocasión para transformar la economía

"Debemos concentrarnos en crear empleos sostenibles para una economía cero emisiones", dijo Pulgar-Vidal, citando como ejemplos los sectores de infraestructura digital, eficiencia energética, transporte ecológico, energía solar y restauración de ecosistemas.

Por otro lado, la lucha contra la destrucción de la biodiversidad, estrechamente relacionada con el cambio climático, también se ha visto afectada por la pandemia, con el aplazamiento al año que viene de la COP15 sobre la materia prevista en octubre en Kunming (China).

Asimismo, el Congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza programado en junio en Marsella, Francia, podría finalmente celebrarse en enero de 2021.