La cifra global de fallecidos es de 10.935. En el ámbito económico el cierre de fronteras está afectando la demanda y la mano de obra para la cosecha de fresa y el cierre de los bares y restaurantes paralizó marisquea en Galicia

3 de abril de 2020, 6:06 AM
3 de abril de 2020, 6:06 AM

España registró 932 nuevas muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, lo cual sitúa su cifra global de fallecimientos en 10.935, según el balance ofrecido hoy por el ministerio de Sanidad.

Es el segundo día consecutivo que se supera la barrera de los 900 muertos diarios, después de que la víspera se llegara a 950, el récord máximo en 24 horas en este país, segundo del mundo después de Italia en número de fallecidos debido a la pandemia de la Covid-19. 

El comienzo de la primavera suele ser fructífero para Sergio Gómez, exportador de fresa del sur de España, pero la crisis del coronavirus ha puesto patas arriba la recogida: "¡llevamos cinco días perdiendo dinero!".

Con la población confinada desde mediados de marzo en la 'despensa de Europa' y casi todo el continente, numerosas fuentes consultadas por AFP comentan que el consumidor ha cambiado sus hábitos, lo que unido al cierre de fronteras está afectando a la demanda y la mano de obra.

La fresa sufre 

Uno de los sectores más golpeados es la fresa de Huelva, en Andalucía, que en este momento del año copa más del 90% del mercado europeo. Según fuentes sindicales y patronales, la demanda ha caído a la mitad.

Además, debido al cierre de fronteras con Marruecos, sólo vino un tercio de los temporeros marroquíes habituales, que hacen el grueso de la recogida.

"El sector está asustadísimo", dice Sergio Gómez, que exporta el 70% de su producción a Francia, República Checa y Polonia.

Cuenta que el principal problema es la demanda, y que es una "montaña rusa": "lo mismo tengo un pedido y tengo que echar una hora extra, que mañana me veo con las manos cruzadas".

"El consumidor ha cambiado los hábitos por completo", explica Manuel Piedra, secretario general del sindicato UPA en Huelva. Y es que ahora compra "cada cinco días, cada ocho, o incluso cada diez", lo cual "está haciendo mella en la venta de nuestros productos" perecederos.

Los esquiladores uruguayos que no vinieron 

El cierre de fronteras también afecta la actividad ganadera.

Gaspar González, gerente de la cooperativa Fovex SAT, en Extremadura, esperaba como cada año una cuadrilla de trabajadores uruguayos para esquilar entre abril y junio a unas 100.000 ovejas. Pero al menos hasta mayo no podrán venir.

Una pena, pues los esquiladores uruguayos "tratan muy bien al ganado" y "dan muy buenos resultados". Por otro lado, no hay alternativa de personal local, ya que "aquí desgraciadamente ese oficio se ha abandonado".

Juan Metidieri, presidente regional de Asaja, añade que la carne de ovino está cayendo casi un 40%. Sus propios corderos "estaban operando a 77 euros, y han bajado a 50-52. Es una verdadera barbaridad".

En Galicia ya no se marisquea 

Y es que tanto la carne como el pescado acusan el cierre de un cliente fundamental: los bares y restaurantes.

"Se vende todo, pero rebajando los precios", lamenta José Malvido, un pescador de Galicia que ha perdido casi la mitad de lo que suele ganar con sus lenguados y sus rodaballos.

Su mujer vende el pescado capturado en la lonja del pueblo, Bueu, pero "hay que moverse mucho" para colocarlo, vendiéndolo por ejemplo a domicilio a personas mayores.

En el Mediterráneo "más de un 90% de embarcaciones están paradas", por el miedo de la tripulación al contagio y la falta de equipos de protección, y en Galicia la explotación de marisco está estancada.

Javier Garat, presidente del principal sindicato pesquero europeo, Europêche, añade que el pescado capturado por buques españoles en aguas europeas (merluza, gallo, rape) está sufriendo "un bajón de precios en primera venta superior al 50%".

Y fuera de Europa, hay problemas de movilidad: "En Perú ha pasado que la flota ha ido a descargar las capturas y hacer relevo de personal, y han estado confinados 15 días en un hotel".