El ministro de Salud asegura que la curva boliviana no está tan aguda. Hay 139 casos detectados, pero solo 1.153 pruebas hechas en 24 días de pandemia en todo el país. No se pueden hacer análisis a los contactos

El Deber logo
4 de abril de 2020, 10:14 AM
4 de abril de 2020, 10:14 AM

Dos caras de una misma realidad: mientras Aníbal Cruz, ministro de Salud, aseguraba anoche en Bolivia TV que la curva de la epidemia de coronavirus en Bolivia no era tan aguda y que esto se debía a la situación de cuarentena que estaba viviendo el país, Óscar Urenda, secretario departamental de Salud de Santa Cruz, no es tan optimista y calcula que en La Paz y Santa Cruz hay de a 200 casos de contagiados de coronavirus que no han sido detectados por el sistema de salud.

Para Urenda, eso explica por qué el índice de letalidad (cantidad de muertos por casos confirmados de coronavirus) es tan alto en La Paz, donde llega al 25%. El médico cruceño pone el acento en la imposibilidad que tiene actualmente Bolivia en hacerle las pruebas a todos los sospechosos de tener la enfermedad.

De hecho, no sabe cuál es la capacidad actual del Centro Nacional de Enfermedad Tropicales para hacer los test para el coronavirus, ya que esa institución depende de La Paz, pese a tener su sede en Santa Cruz.

Sin embargo, el médico cruceño pone un ejemplo: Corea del Sur, el país señalado por todos como un ejemplo a seguir, hace 30.000 pruebas por cada millón de habitantes. Para ponerse a tono con Corea, Bolivia debería hacer 330.000 test. Por el momento, en 24 días de presencia del coronavirus en el territorio nacional, Bolivia ha hecho 1.153 pruebas en 24 días, es decir, un promedio de 48 test por día.

¿Está bien la curva?

Édgar Villegas, ingeniero informático que se dio a conocer por denunciar fraude en las elecciones de octubre, calculó la constante de crecimiento de los casos de coronavirus en el país, basado en el comportamiento de la enfermedad en otras latitudes y cómo se había propagado en Bolivia en sus primeros días. Proyectó que crecería al 19% diario y se cumplió como un decreto supremo durante los tres primeros días después de su publicación. A partir del cuarto día, cuando los casos ya habían superado los 100, la curva teórica comenzó a adelantarse en relación con la curva real. El primer día de diferencia, se anunciaron 115 casos en lugar de los 126 proyectados. 

“Me encantaría que esa sea la cifra real, pero está demasiado baja para ser verdad. Lo más optimista que veía era que, con la cuarentena, bajemos al 8% de crecimiento diario, pero, aun así, llegaríamos a superar los 1.000 infectados en algún momento de abril”, dijo Villegas ayer desde el teléfono.

Ayer, Cruz dijo en una conferencia de prensa que el índice de mortalidad boliviano era del 1,2%. Si estuviera hablando de letalidad (sobre los infectados, no sobre la población total), eso significaría que actualmente en Bolivia hay unos 750 infectados. De hecho, el propio Cruz dijo anoche que la proyección epidemiológica para este viernes es que se hubieran reportado 184 casos.

El ministro de Salud, en la entrevista en el canal estatal, dijo que había “personas que hacen números con mala intención” y que no tiene nada qué ocultar y que presenta los números tal cual.

El infectólogo Rodrigo Castedo explica que el subreporte de casos no es un problema exclusivo de Bolivia y que sus colegas médicos que están en clínicas y hospitales viven una tensa calma, porque creen que la situación es más complicada de lo que se reporta.

Lo mismo opinan sus colegas médicos de Chile, Ecuador y España con los que tiene contactos. Dice, además, que muchas de las defunciones por coronavirus están siendo anotadas erróneamente como neumonía, quizá porque la muerte es anterior al resultado de la prueba.

Por eso, el infectólogo sugiere a sus colegas que traten a todo paciente con enfermedades respiratorias como sospechoso de coronavirus.

“Hay muchos pacientes que están con coronavirus y no tienen los síntomas”, explica y asegura que el alto índice de muertes que se está mostrando es porque nuestra infraestructura hospitalaria no está preparada y porque algunos médicos están tomando decisiones equivocadas. Pone como ejemplo de ello la muerte del empresario de telecomunicaciones Richard Sandóval, en La Paz.

Los pacientes asintomáticos también preocupan a Urenda, que lleva cuatro días advirtiendo en sus apariciones ante los medios que la gente que sale a hacer compras debe tomar todas las medidas de seguridad posibles, porque hay muchos contagiados no detectados en las calles.

“Tenemos una población que no se reporta porque no tiene los síntomas y recién los captamos cuando se enferman. Si la gente sale, que salga con cuidado. Si el contagiado usa barbijo, alcohol en gel y mantiene su distancia, puede que no contagie”, dice. Sugiere exactamente lo mismo para los sanos.

De hecho, la enfermedad no se ha comportado en Bolivia como en otros países. En lugar de fiebre, tos seca y dolor de garganta, muchos de los casos detectados han tenido dolor corporal y malestar general como primeros síntomas, muy parecido al dengue. Además, se creía que el virus no atacaba a los niños y ya se tiene a cuatro menores de 10 años contagiados en Santa Cruz, la más pequeña, de apenas meses de edad.

Diferencias por departamentos

Mientras Santa Cruz, La Paz y Cochabamba envían decenas de muestras por día al Cenetrop, otros departamentos hacen muchas menos. Uno de los ejemplos en el país es Oruro, que lleva más de 15 días con silencio epidemiológico; es decir, sin nuevos casos reportados pese a que tuvo la paciente cero del país.

Para Cruz, es un ejemplo a seguir porque ahí se aisló al virus. Sin embargo, según el reporte diario del Ministerio de Salud, Oruro lleva por lo menos desde el 26 de marzo sin hacer una sola prueba de esta enfermedad.

En Beni, el único departamento del país sin presencia de Covid-19, solo se han hecho ocho pruebas durante toda la pandemia y Pando comenzó a hacer pruebas más seguido luego de su primer caso. Lleva 18 a la fecha, es decir tres por cada 1 caso positivo detectado.

La falta de celeridad en las pruebas de coronavirus es tal que en Santa Cruz no se pueden hacer los análisis a todos los contactos de los contagiados. Desde hace al menos una semana, Urenda reporta más de 300 observados. Anoche, esa cifra se cerró en 390. Todos son contactos de los 74 casos positivos que ya ha tenido el departamento y, según el secretario de Salud, lo ideal sería hacerle pruebas cada tres o cuatro días hasta descartar que estén contagiados.

Actualmente, el protocolo indica que solo se le hace los test a los observados si presentan el síntoma de la enfermedad, pese a que muchos serán contagiados asintomáticos.

El ejemplo más duro de la aplicación de este protocolo es lo sucedido en los hospitales Japonés y El Bajío. En el primero, según el Sedes, hay una lista de 20 profesionales de salud en autoaislamiento, sin que se les pueda hacer el test; mientras en el segundo hay 12 que tuvieron contacto con un fallecido que llegó al nosocomio con paro cardíaco y solo se le hizo la prueba al médico de turno, que resultó negativa.

Urenda espera que desde la próxima semana ya pueda dar mejores noticias. No habla solo de los primeros dados de alta en el departamento, sino de la instalación de dos laboratorios más para el coronavirus, uno móvil y otro en la Maternidad Percy Boland. “Esperemos que nos den los reactivos”, dice y confiesa que no sabe cuántos test le quedan a Cenetrop.

Consultado si se espera que la curva se aplane o si los contagiados que se están reportando ahora ya entraron con el virus a la cuarentena, Urenda cree que en los próximos 14 días tendremos una mayor cantidad de infectados, tanto de los que no cumplen con la cuarentena como de los que se aglomeran en los mercados “y los que van a cobrar su renta en bolleo”.

Ante eso, el único escudo es el barbijo quirúrgico y el alcohol. Sugiere a la gente que no tiene para comprarse uno nuevo, que no bote el usado, que lo sumerja en agua con lavandina, lo haga secar y luego lo planche para volverlo a utilizar.