En todo el mundo se están desarrollando aplicaciones móviles para que nuestras vidas sean más seguras en tiempos del COVID-19. Europa quiere seguir su propio camino, a favor de la protección de datos

4 de abril de 2020, 8:49 AM
4 de abril de 2020, 8:49 AM

Mathias Reidel trabaja en la industria de software. Desde hace más de una semana, está creando, hasta altas horas de la madrugada y con antiguos colegas de Microsoft, un programa de telefonía celular, que ayudaría a averiguar más sobre la propagación del coronavirus. "Hubo días que nos fuimos a dormir a las seis de la mañana”, dice, pero casi a esa hora tenía que prepararse para ir a su trabajo normal.

Una versión de su "Radar Covid 19” ya está online. Con esta aplicación, las personas infectadas con coronavirus pueden marcar voluntariamente su ubicación. La aplicación muestra en tiempo real en qué ciudad, en qué barrio e incluso en qué calle hay un gran número de casos. "Suponemos que hay regiones en Alemania donde el potencial de riesgo es bajo", afirma.

Esta aplicación está destinada a ayudar a los responsables de tomar decisiones a permitir paulatinamente la apertura de la vida pública y de la economía. La determinación de la ubicación no permite identificar a sus usuarios. "Incluso en una situación de crisis, estamos obligados a no tirar por la borda las cosas por las que hemos trabajado en democracia", subraya Reidel.

Con la vista puesta en la protección de datos

El desarrollador de software se refiere a la estricta protección de datos en Alemania. Ahora hay varias aplicaciones en todo el mundo que subordinan la seguridad de los datos individuales a la protección de la sociedad, debido a la lucha contra el nuevo coronavirus. En Corea del Sur, por ejemplo, el gobierno recopila información a través de cámaras de vigilancia, datos de ubicación de teléfonos inteligentes y tarjetas de crédito para rastrear cadenas de infección; en China, la situación es similar. En Israel, según el "Economist", su servicio de inteligencia enciende los celulares de las personas infectadas para verificar su paradero.

También en Alemania, el debate sobre la relevancia, el objetivo, los límites y el peligro de los rastreadores del coronavirus se halla en pleno apogeo. Entre tanto, hay cierto consenso al respecto: una aplicación para rastrear el coronavirus no debe ser obligatoria y los datos deben permanecer en el anonimato.

Esto también se aplica a su programa de teléfonos inteligentes, dice Mathias Reidel, quien estuvo en contacto constante con las autoridades debido a las regulaciones de protección de datos.

Iniciativa europea, la favorita

Actualmente se está desarrollando un proyecto europeo, particularmente prometedor, para crear una aplicación oficial para evitar la propagación del coronavirus. Esta consiste en utilizar la tecnología bluetooth para visualizar las cadenas de infección. Alrededor de 130 investigadores están ahora involucrados en el proyecto "Pan-European Privacy-Protection Proximity Tracing" (PEPP-PT). El Instituto Fraunhofer Heinrich Hertz para Telecomunicaciones (HHI) es el equipo responsable en Alemania. "Los europeos tenemos que encontrar nuestra respuesta para resolver esta crisis", afirma el director del HHI, Thomas Wiegand.

Para ello, el equipo PEPP-PT utiliza una tecnología de corto alcance. Si el bluetooth está activado en el teléfono celular, los datos de contacto de las personas que se encuentran durante un largo periodo de tiempo estarán encriptados durante dos semanas en el teléfono celular de la otra persona. Si alguien da positivo en coronavirus, todos los demás que hayan estado en contacto con él o ella serán informados, sin dar el nombre de la persona infectada o el punto de encuentro. La persona informada puede decidir si quiere hacerse la prueba de contagio o ponerse en cuarentena voluntariamente.

Falta el visto bueno de los políticos

La exitosa aplicación "Trace Together" de Singapur funciona de manera similar, pero hay un aspecto que se ha hecho deliberadamente de otra manera en el proyecto del Fraunhofer: los teléfonos celulares con la aplicación europea no estarían conectados, explica Wiegand. En Singapur, además deben aportar el número de teléfono y "nuestro sistema también funciona más allá de las fronteras".

La aplicación podría ponerse en marcha en Alemania, después de Semana Santa. "Si la política la quiere", dice Thomas Wiegand con cautela, porque el debate aún no ha terminado. Mientras que la canciller Angela Merkel dijo que recomendaría una aplicación de este tipo, la ministra de Justicia alemana, Christine Lambrecht, es más cautelosa: hay que mirar la aplicación finalizada y en detalle. El experto espera que el reconocido y muy respetado Instituto Robert Koch introduzca el sistema PEPP-PT en el mercado alemán como parte de su propia aplicación.

Innecesarias muchas aplicaciones similares

Además de Reidel y Weigand, otros también están trabajando en las aplicaciones para rastrear el virus, como en Deutsche Telekom o PWC.

Tiene poco sentido "si de repente aparecen cuatro o cinco aplicaciones que hacen lo mismo", dice el desarrollador de software Reidel. Para que una aplicación contra el coronavirus funcione en el país, debe instalarse en tantos teléfonos inteligentes como sea posible. Es por eso que Reidel no lo pensaría dos veces si le preguntaran si la funcionalidad de su programa de teléfono celular también podría integrarse en una aplicación para evitar la propagación del coronavirus a nivel nacional. "Somos solo un pequeño bloque de construcción, pero en la suma podemos ser poderosos", afirma.

(rmr/jov)

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