Es emergencista y atiende a pacientes en sus viviendas. Estudió medicina en Bolivia e hizo su especialidad en España. Le tocó enfrentar esta pandemia en primera línea en Ginebra

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6 de abril de 2020, 12:52 PM
6 de abril de 2020, 12:52 PM

Fernanda Alcócer Lanza es boliviana y le tocó enfrentar la pandemia del coronavirus en primera línea en Suiza. Ella es doctora y atiende a los pacientes de todas las enfermedades en sus viviendas. A diario tiene que ir a visitar a al menos uno de ellos con traje de protección que incluye el mameluco, gafa y barbijo. 

En abril de 2019 fue su primer contacto con el sistema de salud de Suiza y en menos de un año ya enfrentaba esta crisis mundial en aquel país. La epidemia allá empezó mucho antes que en Bolivia. Aunque, según Alcócer, la situación  aún no está descontrolada. Esto no quiere decir que los pacientes no aumenten a diario ni que los hospitales y los médicos no estén saturados. De hecho, a ella le ha tocado hacer turnos sin descanso de hasta 14 horas. 

"Todos los días atiendo a pacientes con coronavirus, todos", comenta a tiempo de explicar que, desde el inicio de la pandemia en Ginebra, sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se habilitó un número único de emergencia al que el paciente, no solo de coronavirus, debe llamar para que primero lo atienda un médico en su vivienda y decida si requiere internación. 

Al igual que en otras partes del mundo, en Suiza la mayoría de los enfermos con coronavirus se recuperan en sus mismas viviendas, con seguimiento médico. 

Alcócer  nació en Cochabamba, ahí estudió medicina y en 2006 se fue a vivir al exterior. Hizo su especialidad en España. Ahora está en primera línea, lidia a diario con el coronavirus. Sin embargo, no oculta su temor de contraer el virus y de contagiar a los suyos.

La doctora se quebraba al recordar que, en una ocasión tuvo que estar unos días en cuarentena y hacerse la prueba de coronavirus porque estuvo en contacto con una persona que no sospechaban que tenía esta enfermedad. Así que decidió atenderla solo con barbijo y guantes. Sin embargo, cuando la revisó evidenció que sí tenía síntomas como distrés respiratorio (dificultad para respirar). La consulta terminó cuando ella llamó a una ambulancia y tuvo que trasladar al paciente con oxígeno al hospital. Él ingresó a terapia intensiva. 

Justo al día siguiente ella tuvo fiebre y flujo nasal. "Me asusté por mis hijos. No poder abrazarlos por miedo a contagiarlos", reconoce. Se tuvo que autoaislar.
Finalmente, un día después, la prueba dio negativo. Esto le dio a ella y a los suyos un nuevo respiro. "Todos los días me expongo al virus. Como todos los días está el temor de contagiar a mi familia, eso es lo peor, es lo más duro", dice sollozando. 

Hasta el 4 de abril, en Suiza, según el reporte de la OMS, se registran 19.943 contagiados, 632 muertos y 5.647 recuperados. 

En este tiempo a Alcócer le tocó atender a pacientes de todas las edades, la mayoría originarios de Suiza, aunque justo la semana pasada tuvo su primer paciente boliviano con coronavirus. Un hombre de 86 años que compartía la vivienda con otras seis personas, estaba estable, pero les recordó a todos que debían dejar de trabajar y quedarse en casa para evitar más contagios. "Es difícil cuando se diagnostica. Decir a la gente que debe dejar sus actividades. Muchos viven del día, pero es necesario", enfatiza.