Los vecinos del edificio donde vive, en Cochabamba, la acosan para que se vaya. Temen al contagio

8 de abril de 2020, 9:37 AM
8 de abril de 2020, 9:37 AM

Trabaja en un centro cercano al hospital Viedma, en Cochabamba, y lo único que desea al final del día es ver a sus hijos. Pero los vecinos del edificio Magestic, donde vive, quieren que esta médica abandone el lugar. 

C.F.C. alquiló un departamento en ese edificio poco antes de que se declare la cuarentena. Su trabajo la obliga a salir cada día y es frecuente que incluso deba, como médica, atender emergencias durante la noche. Los vecinos empezaron a notar sus salidas frecuentes y el mandil blanco y empezaron a sentirse inseguros. 

Comenzaron a tomar fotos y a filmar las salidas y llegadas de la médica. Reenviaban las fotos y videos a la dueña del departamento, que está alquilado por C.F.C. Ahí vive con sus dos hijos, de 13 y de tres años de edad. "Me acusan injustamente de actos reprochables. Lo que quieren es que yo me vaya", protesta la profesional. 

Las presiones llegaron hasta la dueña de casa, a la que la médica considera una persona de bien que también está amenazada por los vecinos. "Le dicen que si no me voy, le van a quitar el departamento", cuenta la médica. 

Ayer, policías y militares la acompañaron hasta el edificio donde vive para garantizar que pueda entrar sin problemas. Buscó ayuda porque inicialmente recurrió a un ministro y a un viceministro con los que pudo hablar. Le dijeron que se ocuparían del tema pero vio que no había ninguna acción y el acoso continuaba.  

"Yo puedo aguantar cualquier cosa, pero no mis hijos. Esa es la situación que estamos viviendo mi familia y yo. Espero que solamente se trate de mi caso y no se repita esta situación con muchos colegas. Lamentablemente estamos en la primera línea tanto médicos, policías y el Ejército. Lo único que pedimos es tranquilidad al llegar a nuestro hogar. Pido a la presidenta que nos dé garantías y yo pueda llegar cada día para ver a mis niños y no estar sufriendo esta clase de discriminación", protesta. 

C.F.C. supo que hace unos días los vecinos se reunieron y acordaron pedirle que se vaya. "Por eso decidí hacer público este caso. He aguantado en silencio, pero ya no se puede. Necesito trabajar y me están acosando", protesta. Ella está decidida a abandonar el edificio donde vive para no exponer a sus hijos a malos tratos. Sin embargo, lo hará después de la cuarentena. 

Con la ayuda de una abogada, fue a informar a la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen, pero le dijeron que por la cuarentena no están recibiendo ese tipo de denuncias. Se ha sentido reconfortada por el apoyo que le brindaron los abogados del Sindicato de Ramas Médicas de la Salud Pública (Sirmes). 

"Yo cumplo con las normas de bioseguridad y trabajo con equipo de protección. No se en qué momento puedo llegar a contagiar. Ni siquiera uso el ascensor del edificio, porque vivo en el primer piso". explica. 

Si bien el personal de salud puede contraer el virus, como explica el epidemiólogo Roberto Tórrez, solo puede contagiarlo cuando empieza la fiebre. En estos casos, el médico es aislado, dice. 

Ayer, la presidenta de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, pidió apoyo y comprensión para el personal de salud. "No tengan temor. Apóyenlos. Doctores, enfermeras y otros que trabajan para mantener la comunidad saludable merecen nuestro reconocimiento, gratitud y oraciones. Hay demostraciones espontáneas de apoyo. Esta es la clase de solidaridad de la que hablo. Necesitaremos más en las semanas que vienen", dijo.