A través de un comunicado relataron las condiciones en las que se encuentran. Afirman que los dos sentenciados que menciona el Gobierno no son parte de este grupo

8 de abril de 2020, 21:33 PM
8 de abril de 2020, 21:33 PM

Los 480 repatriados que están en el campamento “Tata Santiago” rechazaron, a través de un comunicado, la existencia de infiltrados en sus filas, tal como denunció el director de Migración, Marcel Rivas.


“Lamentamos y desmentimos las declaraciones del director de Migración; en nuestro grupo no hay infiltrados, ni instigadores, las más de 400 personas repatriadas somos personas humildes y trabajadoras  que salimos de nuestro país en busca de mejores  oportunidades para nuestras familias”, señala la nota que fue distribuida, primero en redes sociales, y luego confirmadas por DDHH de El Alto.


Más adelante afirman que Calixto Ventura Álvarez y Guimer Cahuana Durán, quienes fueron sentenciados por atentados a la Salud y haber escapado de este campamento, no pertenecen al grupo porque ellos hicieron listas de todos los que llegaron hasta este lugar y esas dos personas no figuran en ninguna nómina ni nadie los conoce.


Trasladadas


En la nota hacen conocer que su protesta del 7 de abril se debió a que no recibían atención médica ni alimentación del Gobierno, pese a que las autoridades afirmaron que no faltaba nada en las carpas que armaron.


Cansados del racionamiento de comida, de la ausencia de instrumentos básicos para la higiene personal (alcohol en gel, papel higiénico), así como para la limpieza de los baños, y la falta de duchas, salimos de nuestras carpas, en un acto de protesta  para ser escuchadas y escuchados”, justifican.


Relatan también que en horas de la noche, las mujeres embarazadas, dos de ellas con amenaza de aborto y una joven descaderada, fueron trasladadas a hospitales, pero afirman que no conocen noticias de estas personas.


Los bolivianos en cuarentena llegaron el 4 de abril al campamento “Tata Santiago”, ubicado en Pisiga, y deben permanecer 14 días en cuarentena antes de que sean trasladados a sus regiones; ese plazo se cumple el 18 de este mes.


Agradecen al general Mario Pinedo, quien tomó el mando del campamento y atendió varias necesidades. Los bolivianos afirman que la situación se encontraba en proceso de normalización y que estaba retornando la tranquilidad al campamento, hasta que Marcel Rivas los acusó de tener infiltrados y que mantenían contactos con el grupo de bolivianos que está en Colchane.