Dos bolivianos relatan el drama de los que quieren reingresar a Bolivia. Afirman que hay más de 600 personas en ese poblado. Hubo dos controles médicos, en Huara y en Colchane y no hay enfermos o casos positivos

9 de abril de 2020, 18:22 PM
9 de abril de 2020, 18:22 PM

Víctor Hugo Ballesteros e Iver Laura son dos bolivianos que forman parte de esa inmensa muchedumbre que llegó hasta Colchane desde distintas regiones de Chile, intentando reingresar a Bolivia. Ambos son de Santa Cruz, el primero de La Guardia y el segundo prefirió no mencionar su lugar de origen, afirman que hay más de 600 personas en ese agreste poblado chileno, situado en la zona fronteriza con Bolivia.


Solo se come una vez al día”, gracias a la solidaridad de la población mapochina, “la comida no alcanza para todos”, “algunos se quedan sin comer nada”, “no hay dónde comer ni dormir”, “algunos se trajeron carpas y la pasan mejor”, son algunas de las apreciaciones que lanzan en una conversación cortada por el feroz viento que cruza este poblado, ubicado a 3.800 metros sobre el nivel del mar.


Ballesteros cuenta que viajó desde La Guardia hasta Santiago de Chile atraído por las oportunidades laborales que no hay en Bolivia. Trabajaba en la capital chilena y cuando el problema empeoró para los migrantes, decidió partir a su tierra. Le tomó cuatro días llegar a Iquique y luego ir a Huara. Llegó cuando el grupo grande salió hacia Bolivia y como no tenía dónde ir, optó por quedarse a esperar y no se equivocó, de a poco, Colchane volvió a llenarse de bolivianos.


Afirmó que él tuvo que tramitar su estadía en Chile por razones laborales, pero no significa que se quede a vivir ahí o sea militante de algún partido. “Aquí vemos que nos están acusando de ser militantes y defender partidos, nada que ver, nosotros queremos regresar con nuestras familias”, afirmó.


Familias


Iver Laura llegó con su familia, su esposa y su hijo, ambos trabajan en la parte norte de Tarapacá y retrasaron su retorno por cumplir su trabajo, cuando quisieron abordar un vehículo era tarde, todo estaba cerrado y viajaron en lo que pudieron junto con otros bolivianos.


Al igual que Víctor Hugo, llegaron a Huara cuando se produjo el ingreso del grupo de 480 y no había cómo darles alcance por falta de vehículos y los que habían, fueron utilizados para el transporte de esa comitiva.


Relató que en este grupo hay mujeres embarazadas, personas de la tercera edad y familias con niños, como la suya. Es muy difícil en su criterio llevar una familia entera a semejante travesía porque no hay comida.


Las familias que llegaron hasta Colchane, tienen el mismo problema, alimento y abrigo, porque el lugar es frío. “Nosotros no somos de aquí, no estamos acostumbrados a esta temperatura y peor nuestros hijos”, lamentó.


Al igual que Víctor Hugo, rechazó las acusaciones que lanzó el director de Migración, Marcel Rivas, sobre la militancia partidaria de algunos y aseguró que la gran mayoría de los bolivianos que están en el lugar, no volvieron por su gusto, sino por las difíciles condiciones que hay para ellos en Chile.


Controles


Los dos bolivianos, por separado, relataron que en Huara les hicieron el control médico correspondiente y lo mismo ocurrió en Colchane. Hasta ahora no hay ningún boliviano que tenga síntomas de coronavirus.


Pero alertaron que pueden producirse cuadros de gripe por el frío que campea en esta población y porque la mayoría no tiene dónde pasar la noche. Los niños y las mujeres embarazadas son las que más preocupan por las bajas defensas que tienen y además por el cuidado que requieren.


Hay apoyo médico, relataron, pero que las autoridades de Chile hacen lo que pueden frente a la desidia de las autoridades bolivianas, que solo los tildan de militantes partidarios.

 

Varios campamentos


En contacto telefónico con una emisora, Rivas aseguró que están concluyendo la edificación de un segundo campamento para recibir a este numeroso grupo, aunque no mencionó cuándo serán repatriados. En su opinión, la mayoría de los bolivianos en Colchane son activistas políticos del MAS y que solo unos pocos son personas y familias que quieren regresar a sus casas.


Aseguró que el plan de desestabilizar la frontera fue forjado hace más de un mes por los dirigentes masistas, aunque la emergencia en el país fue declarada recién el 12 de marzo y el decreto que cierra todas las fronteras es del 25 de marzo.


Para Rivas, se puede permitir el ingreso, pero por puntos autorizados y el cruce Colchane-Pisiga es un punto autorizado por donde, días antes, cruzaron 480 compatriotas que ahora están en el campamento Tata Santiago.