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Los aspectos fundamentales del precio del petróleo

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11 de abril de 2020, 3:00 AM
11 de abril de 2020, 3:00 AM

El petróleo, el rey de los commodities tiene una gran influencia sobre todos los aspectos de nuestras vidas. Vivimos aún en una época de intenso uso de energía fósil, esto a pesar de que la realidad ecológica del planeta marca la necesidad de descarbonizar nuestras fuentes de energía. 

Es innegable que el rol de los combustibles fósiles irá disminuyendo en los próximos años, la industria del petróleo y gas esta en una etapa de transición. Este contexto incontrastable junto con el final de una percepción de escasez de recurso instaurada por Marion King Hubbard, un geólogo que, trabajando para Shell en Texas y Oklahoma en los años 50, estimó que las reservas de petróleo al tratarse de un recurso finito estaban en su pico, y que por lo tanto el mundo estaría ante una inminente escasez, el famoso concepto “Peak Oil”. Hubbard cuyo estudio y observación es valido para el propósito que tenia, nunca pensó que su hipótesis fuera proyectada a nivel global. 

El advenimiento del petróleo no convencional en los Estados Unidos de Norteamérica, la explotación costa afuera profunda y otros descubrimientos de gran magnitud en las últimas décadas, han dado fin al debate de sobre Peak Oil.

Los precios del petróleo no son solamente dictados por la oferta y la demanda, hay muchos otros factores que tienen influencia sobre los mismo. Esta dinámica determina variaciones en el tiempo, cuando se dan cambios grandes y repentinos los mismos se deben generalmente a eventos disruptivos o con potencial disruptivo tanto para la oferta como para la demanda. 

 Así fue la guerra de Yom Kippur el 1973 que dio inicio al embargo árabe, y un primer shock de oferta que subió los precios, también tuvo un efecto de cambio brusco la crisis financiera provocada por Lehman Brothers el año 2008, derrumbando el petróleo de un precio record de 165 a 51 dólares el barril. Los precios se recuperaron un año después, estableciendo un periodo (superciclo) que mantuvo los precios por encima de los 100 dólares hasta septiembre del 2014. 

El nuevo nivel de precios a partir del final del superciclo esta influenciado por el incremento en la producción norteamericana, el incremento de capacidad en el resto del mundo, una ralentización del crecimiento económico asiático, la constatación de la no existencia del Peak Oil, la conciencia ecológica y los acuerdos para mitigar el cambio climático junto con otros aspectos menores. 

El periodo posterior al superciclo, con una faja de precios entre 55 y 75 dólares el barril es interrumpido por una crisis de demanda que se manifiesta con las disputas por las cuotas de producción entre los miembros de OPEC y Rusia a finales del 2019. ¡El nuevo paradigma de la industria es ahora Peak Demand!
Esta tendencia irreversible, exceso de oferta y un mercado menguante, además coincide con la aparición de una crisis sanitaria, el Covid19 que en pocos meses ha pasado de un problema provincial en la China a una pandemia con las consecuencias que todos conocemos. 

Este tipo de “Eventos Disruptores” desnudan todo tipo de falencias, terminan afectando todos los aspectos de la vida social, económica y política. Es casi unánime la percepción que hay ya un antes de después de la pandemia del Covid19. Estamos desde la perspectiva de productores de energía fósil ante un panorama con una nueva faja de precios, que auguran un periodo de varios años que no superen a los 50 dólares. Esta caída abrupta de precios, en medio de una crisis global ajuste tiene efectos distintos según el lado del que se esté. 

Al final no es mas que una suma cero, aquello que unos pierden es la ganancia de otros, en este caso por cada 10 dólares por barril de diferencia son aproximadamente 350 mil millones de dólares por año que cambian de bolsillo. La ecuación no es la misma para todos, ¡hay naciones exportadoras y sectores como el de petróleo y gas que el 2020 los empobreció!, ¿Quiénes son los que sobrevivirán?, generalmente son aquellos que tienen la lucidez de no adoptar posiciones de fatalismo complaciente o voluntarismos irresponsables. 

La angustia fiscal que supone para algunos países la perdida de renta, los efectos sobre los balances de los productores y la presión subsecuente sobre toda la cadena de valor tendrán un efecto brutal por decir lo menos en todo el sector y sus beneficiarios. ¡El dolor es inevitable, esta crisis va a transformar al mundo! ¿Por qué no habría de hacerlo con un sector que no esta desacoplado de las realidades económicas? El mundo seguirá utilizando combustibles fósiles por varias décadas más, esa es una realidad irrebatible. 

Por lo tanto, seguirá existiendo espacios para los proveedores de energía fósil, estos tendrán que cumplir con las condiciones esenciales (sine qua non) de ser relevantes y confiables. ¿Cuáles son las opciones para la nación boliviana? ¡Esperamos que todos los actores estén a la altura de este desafío, el bienestar nacional esta en juego!.

Carlos Dellius

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