"Tememos por el sur del mundo, porque carece de los recursos sanitarios y económicos para afrontar la crisis como logran hacerlo los países desarrollados", aseguró Arturo Zampini en una charla por facebook con la prensa acreditada en Roma

23 de abril de 2020, 14:33 PM
23 de abril de 2020, 14:33 PM

El religioso argentino Augusto Zampini, nombrado por el papa Francisco para liderar la "task force" del Vaticano contra el coronavirus, reconoció este jueves que teme ante todo las consecuencias sociales de la pandemia y el aumento del hambre en el mundo.

"Mi mayor preocupación ahora es la seguridad alimentaria", reconoció el religioso, quien estima que "se corre el riesgo de hambrunas" en muchos lugares del planeta.

"Tememos por el sur del mundo, porque carece de los recursos sanitarios y económicos para afrontar la crisis como logran hacerlo los países desarrollados", aseguró el religioso en una charla por Facebook con la prensa extranjera acreditada en Roma.

Secretario adjunto del Dicasterio Desarrollo Humano Integral, de 50 años, con un pasado como abogado en importantes bufetes y formado como teólogo, Zampini, e mantiene en contacto permanente con el pontífice para reflexionar sobre la crisis sanitaria mundial y sus posibles respuestas.

"El papa nos llamó para pedirnos que prestáramos especial atención a dos cosas. La respuesta inmediata de las iglesias locales y más allá de la iglesia, a la salud de la gente, particularmente a la asistencia humanitaria", relató.

"Pero también dijo que tenemos que mirar hacia el futuro. Nos dijo explícitamente que estaba preocupado por las consecuencias sociales y económicas de esta pandemia", contó.

"La hambruna es un problema político, necesitamos trabajar juntos como una familia. Es un tema muy complejo y que requiere mucha cooperación internacional", añadió. 

"La pandemia es terrible, las personas mueren por el virus, pero sabemos que no durará demasiado, en un año deberían poder encontrar una solución médica ... pero en cambio las personas pierden su trabajo, dejan de producir (...) hay riesgo de hambrunas y no podemos permitirlo, especialmente en medio de la pandemia", dijo.

Francisco, que lanzó un llamado al término de la Semana Santa para la cancelación o reducción de la deuda de los países más pobres ante la emergencia, quiere convertir la crisis sanitaria en una oportunidad para una movilización por el bien común, de manera que surja un modelo de sociedad más humano.

Zampini rechazó la idea de que la epidemia de coronavirus sea una suerte de castigo divino. "No es un castigo de Dios, sino más bien una autopunición", dijo.